NO SUELTES MI MANO

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Mañana me pedirá matrimonio oficialmente pero el muy estúpido se le olvidó mencionar que sería su cumpleaños si supiera lo difícil que fue para mi disimular frente a Adeline y a la arpía de la pelirroja, ahora no tenia tiempo para encontrar algo adecuado para el.

Además que se le regala a alguien que ya lo tiene todo, hoy en las clases de terapia otra vez al intentar pintar terminé pintándolo a él otra vez.

—Siempre tuve la duda de saber quien es el.—me pregunta Didi.

—No me lo vas a creer si te digo quien es.

—Se que es Alexander Cox pero que relación te une con el.

—Es una relación súper rara de un amor-odio que nadie puede entender—enarca las cejas con duda en ellas—Es mi novio.

—Ya decía yo que es muy raro que siempre termines pintándolo a él.

—Pero se supone que no debería pintarlo a él tengo que superar esto pero siempre vuelvo al punto de partida.

—No trates de forzar tu recuperación recuerda que el proceso lleva su tiempo—limpio el pincel sin ganas de ver lo que acabo de hacer—Y por lo que veo el es clave para eso.

—El también es partícipe de esto, pero no le puedo echar la culpa de mis traumas.

—Pero estás con él eso quiere decir que estás tratando de dar un paso hacia delante.

—Ojalá.

Ojalá decirle que solo estábamos juntos por un acuerdo que nos beneficia a ambos y no porque nos amamos como le hacemos creer al mundo. Esta vez me llevo el cuadro ya había perdido tiempo en la terapia y no me daba tiempo de buscarle un regalo al idiota. Al llegar a su casa no lo hallé por ningún lado solo encontré la nota que decía que pasarían por mí a la hora de la fiesta no se porque pero al pensar en la arpía decidí retocar el cuadro que le regalaría esperaba poder ver su cara.

Me tomé mi tiempo para prepárame no me iba a exceder a la hora de vestirme mi estilo es más minimalista tanto como a la hora de diseñar como a la hora de vestir, me puse un vestido que odiaba con toda mi alma porque pertenece a la clase alta o como lo llama mi madre la clase digna, era un vestido corto que se ceñía al cuerpo, en la zona de las caderas estaban abiertas y las mangas consistían de un velo del mismo color que todo el vestido.

Para el maquillaje no me excedí, me dejé el pelo suelto con ondas al final y para los zapatos unas sandalias de tacón con cuerdas con estampados de flores como el vestido. Cuando el portero me avisó que ya vinieron por mi tomé mi bolsa y el cuadro bien envuelto lista para la fiesta.

—Buenas noches David—saludo al chofer de Adeline.

—Buenas noches señorita está usted espléndida.

—Gracias aunque si te confieso algo estoy un poco nerviosa.

—¿Porqué?

—Es la primera vez que Alexander va a presentarme oficialmente como su novia y además no creo que le guste mi regalo teniendo tantos mejores.

—Por la presentación no se asuste ya todos saben que ustedes están juntos y digan lo que digan nadie puede cambiar ese echo—siempre que podía conversaba con él, era una de las buenas personas de esa casa—Y por el regalo le aseguro que le gustará no hay nada mejor que los regalos que se hacen de corazón.

—Gracias David.

—De nada señorita.

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