11

5 2 0
                                    

La pondría una dieta con más grasas porque como siempre lo digo pesa lo mismo que un cachorro, para volver al campamentos tuve que cargarla porque me había sido imposible despertarla, la tenía en posición como koala. Su amiguito Gael se nos quedó viendo cuando pasamos por su lado y solo para dejarle las cosas claras beso la mejilla de la loca haber si así le queda claro que ella no está en el mercado.

Una vez que la dejo sobre la cama salgo del cuarto, no va a ser que esté en este maravilloso lugar y también me la pase trabajado.

—Pensé que se estaba inventado que tenía novio—volteo y me encuentro con el psiquiatra—Pero ahora me doy cuenta que no era así.

—Me estás confensado que intentabas ligar con mi novia.

—Eso sería mucho, ella ni siquiera me dejaba una oportunidad de intentarlo—no parece mal tipo pero lo que oí en el restaurante todavía permanece en mi cabeza—Cuídala muy bien porque incluso cuando no estás ella daba a conocer que te tenia.

—Lo sé, ella es el tipo de mujer que uno no encuentra en cualquier parte.

—No sé si sepas esto pero si te trajo aquí es porque no tenéis secretos entre vosotros—si él supiera que apenas llevamos días de conocernos—No dejes que él se vuelva a acercar a ella o siquiera que lo hagan sus padres.

¿El? A quien se refería con él o ¿padres?según como lo dio a entender sus padres están muertos o esa fue la impresión que me dio. Pongo mi cara de poker el psiquiatra intenta medir el nivel de confianza que tenemos.

—Será mejor que no hablemos de esos temas tu por el código ético y yo por la confianza que ella a puesto en mi—deberían darme el oscar de eso estoy seguro—No sé cuanto te halla contado pero no creo que sea lo suficiente así que si me disculpas.

Le dejo ahí, si se cree que no me di cuenta que usaba sus métodos de psicología barata conmigo se equivoca por favor mi abuela es psiquiatra ya me sé todos esos trucos baratos en comparación a los de ella. Entro a la habitación con una bandeja de comida en las manos para la señorita que todavía duerme. Precavido me acerco hasta la cama después de dejar la bandeja sobre la mesita de noche.

—Alaïa tienes que despertar—la sacudo con delicadeza pero no responde—Alaïa.

No responde por lo que un poco más brusco la remuevo pero sigo sin conseguir ningún resultado y empiezo a asustarme que tal que algo la halla pasado mientras pensaba que estaba dormida, compruebo su pulso y me tranquilizo al saber que todavía lo tiene aunque fuera bajo. La llevo hasta el baño y nos metemos al mismo tiempo que enciendo la regadera y oigo sus murmullos.

—¿Alexander?—suena a pregunta en su tono bajo.

—Me habías asustado  Tinkerbell—la digo apegándola a mi cuerpo—no vuelvas a hacer eso.

—Medicamentos—llego a escuchar e inmediatamente apago la regadera y nos envuelvo a los dos en toallas.

Una de las cosas más difíciles que he tenido que hacer desde que fingimos es sin duda esta tuve que cambiarla de ropa haciendo de mi máximo esfuerzo por no mirar lo que no es debido y juro que ha sido la cosa más difícil en toda mi vida, una vez termino le doy los medicamentos que me indican están en su maleta y poco a poco veo como va recobrando color.

—Me vas a dar tu horario de medicación.

Lo que pasaba era que se había saltado toda su medicación y lo peor es que ella era consiente de todo pero simplemente lo deja.

—No es necesario nada hubiera pasado solo tendrías que esperar unas horas.—responde apenas tocando la comida—estaré bien pero gracias.

—No me importa a partir de ahora te voy a monitorear—eso no estaba en negociación—mientras estés conmigo en esto no voy a permitir que digan que no cuido de mi novia.

NO SUELTES MI MANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora