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Vergüenza, siento vergüenza al mirar a Alexander después de lo que presenció aquel día y justo por eso lo había estado ignorando y evadiendo sus pedidas para quedar, sabía que eso afectaba el plan por eso decidí compensarlo saliendo con su madre.

Después de nuestra tarde de compras me invitó a su casa a tomar algo no pude negarme por mucho que no quisiera solo rogaba que Alexander haya querido encerrarse en su trabajo como siempre.

—Se que te mueres por ver a mi hijo pero siento decepcionarte casi nunca viene a verme a la casa—si supiera lo que me alegra oír eso en estos momentos—Si necesito verle siempre voy a la empresa se pasa más tiempo ahí que en ningún otro sitio.

—Te sonará raro pero el y yo funcionamos de la misma forma, los dos absortos en nuestros trabajos.

—Pero tú no estás tan absorta si has podido pasar la tarde conmigo.

—Porque renuncié a mi trabajo ahora solo tengo un proyecto pero aún no comienza.

—¿Con que constructora?

—Con la de tu hijo, trabajaremos en un proyecto y aunque no me guste mezclar lo personal y lo laboral no tengo de otra.

—Eso es buenísimo así pasarán mas tiempo y hay más posibilidades de darme un nieto.

Mi bebida se atora en mi garganta provocándome una tos que me cuesta calmar, alguien me entrega un vaso de agua por detrás y lo tomo sin fijarme de quién se trata.

—Gr...gracias—digo una vez vuelvo a respirar perfectamente.

Esa misma mano me acaricia la espalda antes de revelar su rostro.

—Madre no vayas diciéndole esas cosas o la vas a asustar—aparta la silla a mi lado y aprovecha que su madre nos está mirado para tomar mi manos encima de la mesa y besarme en la mejilla—No le hagas caso cariño.

Resistiendo a las ganas de apartar su mano de la mia me trago mi desgana solo con una sonrisa.

—¿Que haces aquí?—me apresuro a preguntar—Por lo que me dijiste tenías mucho trabajo pendiente.

—Si pero decidí dejarlo para venir a verte.

—Eso nunca lo había echo por nadie—comenta Adeline—Deberias sentirte orgullosa querida.

Le sonrío dándole la razón. Nos metemos a una plática que afortunadamente Adeline y yo nos complace descubrimos que teníamos gustos similares. Al ver que casi era la hora de salida de Anne me despedí de todos y aproveché que Alexander se había ausentado para irme.

—Te llevo a casa—su voz suena detrás cuando cruzo el umbral de la puerta—Sube.

No quería ir con él pero tampoco quería llamar la atención de todos al no subirme al coche de mi supuesto novio y sin más opciones me subí, en el transcurso de su casa a la mía evito hablar con el.

—El sábado habrá una fiesta en mi casa y aprovecharemos para anunciar nuestro compromiso—dice pero no obtiene una respuesta por mi parte—¿Que te sucede?

—Nada.

—Parece como si te estuviera obligando a esto encima que soy yo quien te está haciendo un favor.

—Nunca te pedí tu ayuda tu mismo quisiste solo para que no terminara con el acuerdo—le recuerdo no vaya a dejarme como la mala—Pero si te incomoda puedes cancelar todo aún estoy a tiempo de irme.

—No, no lo hagas ver de esa forma solo no te entiendo.

—Solamente estoy poniendo barreras entre nosotros, está claro que ya las cruzamos pero no tiene que volver a suceder.

NO SUELTES MI MANOWhere stories live. Discover now