60.

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Desperté abrazada a Junior y con cuidado tomé mi celular para revisar mis mensajes. Después entré a TikTok y lo primero que vi fueron videos de Nata y Junior.

Antes de entrar en pánico, verifiqué las fechas y confirmé que eran del día anterior. Ambos estaban en un bar, con botellas y cantando. Me enfurecí, mientras yo estaba llamando para que me ayudaran, ninguno contestó porque estaban de fiesta.

—Antonio —lo desperté molesta.

Abrió los ojos con el ceño fruncido.

—¿Qué te pasa? —preguntó confundido y adormilado.

Le mostré mi celular y él rodó los ojos.

—¿Por eso ayer ninguno contestaba? —le pregunté—. ¿No que estaban en el estudio?

No dijo nada, solo me miraba.

—Paula, son las 8 de la mañana.

—No me importa —respondí molesta—. A veces siento que me tratas como si fuera estúpida.

Vi la expresión de mi novio cambiar completamente.

—No tienes por qué hablar así —dijo en voz baja, tomando mi mano, pero yo la aparté.

—No entiendes, tuve un día horrible y te necesitaba.

—Y lo entiendo, Paula —contestó, sentándose en la cama—. Apenas vi tus mensajes, vine corriendo y estuve aquí apapachándote.

Rodé los ojos frustrada.

—No, no lo entiendes —continué—. Estabas de fiesta y yo estaba llorando en medio de la avenida.

—Pau, solo fueron unos tragos y ya —me contestó intentando acercarse—. Estuve todo el día en el estudio, pero fuimos a desestresarnos un poco.

Reí sarcástica.

—Hace meses que no salgo, prácticamente desde que nos reconciliamos—continuó—Fue muy poco tiempo.

—Pues parece que ya te urgía, ¿no? —preguntó—. Porque por supuesto que no puedes quedarte solo conmigo y en cuanto tuviste oportunidad, fuiste a buscar a otras.

Me miró confundido.

—¿De qué estás hablando?

—Ay, ¿crees que me trago el cuento de que solo estaban ustedes dos?

—Paula, en el video literalmente solo estamos Nata y yo sentados en una mesa, sin nadie más al lado —contestó obvio—. ¿De qué hablas?

—Ajá, ¿y por eso ninguno de los dos contestó mis mensajes?

Junior suspiró y negó con la cabeza.

—Te estás alterando demasiado.

—No, no lo estoy —alcé la voz y él me miró sorprendido—. Está claro que tú nunca cambiarás, solo seré suficiente para ti por unos meses y luego buscarás a otras.

—¿Nunca cambiaré? —negó—. Paula, he hecho hasta lo imposible por ti, para que avancemos.

Me reí sarcástica.

—Todo lo que has querido lo hemos hecho —continuó—. No salgo a ningún lado, apenas termino en el estudio, me tienes aquí.

Miré al suelo, tal vez me había exaltado demasiado, pero ya no podía retractarme.

—Te digo todo el tiempo dónde estoy y con quién —estaba molesto—. Y parece que nada de eso te ha parecido suficiente.

—Nada me asegura que no había más chicas ahí —contesté—. Como si no te conociera.

—Llámale a Nata o a Cochi entonces—dijo alzando su celular desesperado—Pregúntales que hice ayer.

—Todos son tus tapaderas—conteste—Tu no vas a cambiar nunca.

Junior se relamió los labios y asintió con la cabeza, molesto.

—Puedo darte todas las explicaciones del mundo y seguirás pensando así de mí —se levantó, poniéndose frente a mí—. Entonces, me parece ridículo seguir con esto.

Sentí el arrepentimiento entrar en mi rápidamente.

—No tienes por qué actuar así, entiendo lo que he hecho, pero he intentado compensarlo todo —continuó hablando—. Actúas como si todo lo que hemos tenido estos meses no valiera nada.

Lo miré a los ojos, enfrentándolo.

—Te amo con toda mi vida, pero lo que acabas de decir me hace dudar de si nuestros pensamientos son los mismos cuando estamos juntos.

Tragué saliva, ¿cómo podía salvar esto?

—Pues se acabó entonces —contesté.

ya hacia falta un drama, no?

la cherry; junior hWhere stories live. Discover now