11.

3.4K 230 30
                                    

—No te vayas —dije triste mientras hacía masajes con las yemas de mis dedos en su pecho desnudo.

—Qué más quisiera, mami —pasó sus manos por mi espalda debajo de mi suéter—. Pero nos la pasamos muy bonito hoy, ¿no?

Y vaya que así había sido. Hoy era nuestro último día juntos y habíamos ido a un jardín botánico precioso. Caminamos bastante. Por la noche, le pedí a Estefanía que preparara para nosotros una cena, y aunque no le agrade mucho mi relación con Antonio, hizo lo mejor posible. Nuestra mesa con velas y rosas estaba en el centro. Cenamos delicioso y platicamos demasiado.

—Bésame, ¿sí? —le pedí alzando mi cabeza para alcanzar su boca.

Pasamos unos minutos besándonos, y yo me moría por pasar al segundo nivel. Me sentía lista y muy enamorada.

Subí mis piernas sobre él para quedar sentada encima suyo, seguí besándolo. Pronto sentí sus manos en mi trasero y su respiración agitada. Nuestro beso aumentaba de intensidad y yo cada vez me sentía más ansiosa porque ocurriera. Comencé a mover levemente mis caderas, haciendo que la fricción entre nosotros fuera mayor.

—No hagas eso —dijo separándose de mí con la respiración agitada y la voz un poco más ronca.

—¿Por qué? —le pregunté besándolo aún.

—No me querré detener.

—Ya no quiero que lo hagas —respondí mirándolo a los ojos y peinando levemente su cabellera—. Estoy lista.

—¿Segura? —asentí—Qué gran despedida, mi amor.

Me dijo para después girarnos para que él quedara encima de mí.

Por un tiempo, lo único que se escuchaba en la habitación eran nuestras respiraciones y gemidos. Fue la noche más bonita de mi vida, terminamos hablando de nuestras infancias y entre chistes y más besos, quedamos derrotados.

—Te hablaré diario, ¿sí? —asentí mientras me escondía en su pecho y las cobijas—Grabaré muchas cosas y les estaré contando a todos sobre ti.

—Está bien —dije sonriente—. Aunque aún siento algo de vergüenza con Gabito.

Lo escuché reír.

—Amor, ni siquiera debe acordarse de ti.

—Lo sé —tomé un suspiro y decidí preguntar lo que llevaba tanto tiempo pensando—. Junior?

—Dime

—Qué somos?

La habitación se quedó en silencio por unos momentos. Cerré mis ojos y mordí mis labios.

—Pau, tú sabes, lo hablamos al inicio —me dijo un poco más serio.

Apreté mis ojos recordando aquella conversación. Unos días después de la primera reunión, Junior preguntó si yo era consciente de que jamás podría darme una relación formal porque no estaba acostumbrado a nada de eso y no quería afrontar el compromiso de tener una pareja.Acepté pensando que, en algún momento, se enamoraría de mí y aceptaría algo serio.

Sentí desilusión.

Asentí y tomé las cobijas para darme la vuelta, dándole la espalda. Lo escuché suspirar para pronto sentir unos brazos rodear mi cintura.

—Mi amor, tú sabes que te adoro.

Volví a asentir y preferí cerrar mis ojos para caer en los brazos de Morfeo. Al otro día desperté un poco tarde, con un enorme ramo y una nota.

"A quien más extrañaré, gracias por la preciosa noche que pasamos y los mejores días llenos de amor."

la cherry; junior hWhere stories live. Discover now