—A mí me vale verga —respondió y carcajeé—. Y ¿qué si te gusta mi compita Junior o puro pedo?
—Si supieras —tomé de mi café—. ¿Tú crees que él me quiere?
—En la vida yo había visto a Junior hacer lo que hizo ayer —me sonrojé—. Todos dijeron lo mismo.
Bajé la mirada a mi plato sonriendo.
—Buenos días —dijo Antonio bajando las escaleras—. ¿Por qué no me esperaste?
—Tenía mucha hambre —contesté—. Y Nata me preparó de desayunar.
—¿Qué vamos a hacer hoy? —preguntó Natanael.
—Te dije ayer, vamos a ir a volar la avioneta —contestó Junior.
—¿A qué hora llegarán? —pregunté.
—Tú vas conmigo, mami —dijo sentándose junto a mí y tomando mi mano—. A donde vaya, irás tú.
—Me da miedo —dije cuando las avionetas estaban listas frente a nosotros; él se rió.
—No pasa nada, chula —puso una mano en mi cintura—. Nata y yo hemos hecho esto muchas veces.
Suspiré y me subí; Junior subió después de mí, sentándose a un lado.
—No te preocupes —dijo poniendo una mano en mi pierna—. Te va a gustar, vas a ver.
Al principio, estaba aterrada, pero conforme fue pasando el tiempo, los nervios disminuyeron y comencé a disfrutar de la vista.
—Voltea —habló Junior grabando con su celular—. Qué chula te ves.
Sonreí. Pasaron un par de minutos, y yo veía a Antonio pegado al celular. Si no estaba grabando, estaba mensajeando.
—Estamos por aterrizar —dijo el piloto, y Junior asintió guardando su celular.
La avioneta cada vez se acercaba más a la pista de aterrizaje. Guardó su celular y nervioso tomó mi mano.
—Asómate por la ventana, mami.
Lo que vi me dejó en shock. Al lado de donde aterrizamos, había unas grandes letras que juntas decían "¿Quieres ser mi novia?", un ramo enorme de mis flores favoritas y un corazón gigante hecho de pétalos.
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Bajamos, y entonces, en todo el lugar sonó una canción de Junior que en mi vida había escuchado.
—Vamos a bailar.
Yo no sabía qué hacer, solo sentí que Junior me tomó de la cintura y comenzó a bailar conmigo. No podía dejar de mirar todo lo que nos rodeaba; él de verdad había hecho esto por mí.
Fina como Dom Peri, quemando la cherry Me mata cómo mueve el vestidito Fendi Pa' la bellaquera ella no es cualquiera Te juro que de mi mente no sales, baby
Sonreí al escuchar la voz de Junior y di un pequeño beso en su boca mientras seguíamos bailando.
Es que una vez no fue suficiente Solo pienso en verte y otra vez comerte Bailando reguetón en mi habitación Solitos tú y yo, perdiendo el control
—Todas las primicias las tienes tú, mami —dijo pegando su cara con la mía.
Pido Dom Peri en el antroBaby, ya desde hace rato Que yo te estaba mirando De miradas intercambio Prenden bengalas en el antro Varias botellitas te mando Y a tus amigas les pago Porque te ves fina como
Fina como Dom Peri, quemando la cherry Me mata cómo mueve el vestidito Fendi Pa' la bellaquera ella no es cualquiera Te juro que de mi mente no sales, baby
—¿Cuándo hiciste todo esto? —pregunté. —No sabes lo estresado que he estado estas semanas —contestó—. Cuando te molestaste, creí que no ibas a venir y todo esto sería en vano.
Es que una vez no fue suficiente Solo pienso en verte y otra vez comerte Bailando reguetón en mi habitación Solitos tú y yo, perdiendo el control
—Me encanta tu carita —dijo mientras yo tenía mi atención en los pétalos del piso.
—Nunca pensé que alguien podría quererme tanto —me sonrió con ternura y dejó un beso en mi mejilla.
—Nunca sabrás cuánto te quiero yo, mi amor.
Pido Dom Peri en el antro Baby, ya desde hace rato Que yo te estaba mirando De miradas intercambio Prenden bengalas en el antro Varias botellitas te mando Y a tus amigas les pago Porque te ves fina como
Los flashes de las cámaras estaban sobre nosotros, al parecer Junior pensó en todo. Lo cual me alegraba porque yo no paraba de temblar de los nervios.
Fina como Dom Peri, quemando la cherry Me mata cómo mueve el vestidito Fendi Pa' la bellaquera ella no es cualquiera Te juro que de mi mente no sales, baby
Al terminar la canción, Junior se distanció un poco de mí y tomó el ramo de rosas.
—Entonces, ¿qué, chula? —preguntó tomando mi mano—. ¿Me dejas ser tu novio?
Sonreí como nunca antes para después asentir.
—Siempre va a ser un sí contigo—dije para después acercarme y besarlo.
