(E.13) EXTRA TRECE: Pain and guilty

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E. 13 Pain and guilty

Canción: Safe inside – James Arthur

Daryl no da crédito por la historia. Nelea le cuenta cómo fue que encontró a Merle, cómo le quemó el muñón y que a cambio su hermano mayor accedió a guiarla fuera de la ciudad.

­—¿Por qué nunca volvió?—el arquero sabe que es de lo menos importante en la conversación. Lágrimas caen de sus mejillas, como si alguien hubiera dejado una llave abierta; Nelea también llora sus sollozos hacen que su cuerpo se sacuda violentamente­—Pudieron haber vuelto a la Cantera, conmigo.

—Él no me dijo nada de ustedes...—la doll omite la carta que encontró en el automóvil que Merle robó y la parte en la que se sintieron atraídos, en especial Merle hacia ella—Cuando lo conocí dijo que estaba solo, se metió en problemas y se cortó la mano para escapar. Días antes de separarnos me confesó que venía de un grupo pero que él era como una patada en culo y prefirió seguir su camino. Me propuso ir con ustedes y yo... Le dije que no.

Daryl no esconde su dolor. Su hermano prefirió abandonarlo a volver a ser el apartado del grupo, lo odiaron desde que llegaron y cada día después hasta que el Gobernador lo asesinó. No quiso molestar y ahora entiende por qué eran tan cercanos: empezar de cero, cada uno con su historia como una sombra.

Se escuchan los quejidos de los caminantes, ninguno ha subido el porche así que no son una amenaza. Nelea agradece que no le haga más preguntas de su grupo, ni siquiera parece interesado en saber más sobre Desmond.

—No debimos encontrarnos de nuevo—Dixon se limpia la cara con fuerza, culpable—deberíamos habernos mantenido alejados y tal vez él hubiera, estaría...

—Dear, era muy posible encontrarlo si decidió quedarse cerca de la de Atlanta. Tal vez él sí pensaba buscarte algún día.

—Parece que quería encontrarte a ti.

Nelea se queda de piedra. Contiene la respiración y desvía la mirada, los ojos de Dixon aun rojos por el llanto parecen clavársele como puñales; la chica toma su vaso de whisky y apura el contenido, se ha terminado la botella, se levanta por la última botella que queda en la pequeña cantina y la destapa, bebe directo de la ella. La deja en la mesa y la desliza hacia Dixon.

—No creo que buscase eso...

Miente.

Dixon bebe y le pide a Nelea que cuente el resto de la historia. Nelea oculta ciertos detalles, todos los que tengan que ver con algo íntimo entre los dos, estuvieron juntos casi un mes y medio. Cuando volvieron a la Cantera con ella y Glenn, dejó de hablarse del hermano perdido, antes de dejar Atlanta hicieron una última ronda sin tener señales de Merle, quien debió haber estado en Woodbury todo ese tiempo.

—Supongo que estuvimos cerca de encontrarnos, rondándonos los unos a los otros. Mientras me perseguían. Enviaron unas patrullas que debieron atraparnos pero decidieron hacer la vista gorda porque no querían arriesgarse tanto con las hordas juntándose era cada vez más peligroso perseguir a dos personas. Pero hubo un grupo de cuatro que sabían cómo operaba mi grupo, sabían lo que era. Decidieron que me buscarían por su cuenta, llamarían al Maestre y lograrían una especie de intercambio tal vez unirse al grupo y escapar al fin de la tienda de raya moderna—Dixon frunce el ceño, no entiende lo último—es parte de la historia mexicana, antes de la Revolución los hacendados tenían campesinos a su cargo, esclavos, se les pagaba una miseria y había tiendas con víveres y demás objetos de los mismos hacendados... Les "prestaban" sabiendo que su sueldo jamás lo cubriría, así que les daban la "opción" de trabajar en la Hacienda mientras pagaban su deuda. O podían liquidarla en una sola exhibición más intereses. La deuda se pasaba de generación en generación; lo mismo hicieron en ese lugar, te dan suministros y te hacen sentir deudor porque te "salvaron" usando recursos en salvarte y ahora debes pagar la deuda que se irá acumulando ahí—la doll recibe de vuelta la botella y bebe el contenido, el alcohol hizo efecto y siente que flota, mucho mejor que el peso de su realidad—Eran deudores, nos cazaron. Tuvimos que enfrentarnos, una horda nos alcanzó. Nos separamos y creo que lo demás ya lo sabes... Lamento no haber hablado contigo antes pero no quería contarte eso. Manipulada o no, soporté demasiado, me costó todo. Sólo quería contarte la superficie y no todo lo que debajo para ser completamente honesta.

—¿Porqué? Tienes mi absoluta confianza.

—Porque me avergüenza, fue humillante y no quería que me vieras como...—no lo dice. Nelea se cubre la cara con el suéter de la pijama, el viento se cuela por la casa con un tétrico silbido, Dixon piensa en su hermano sabía que la charla sería dolorosa en especial para ella pero lo está siendo muy duro para él, nunca imaginó que Merle fuera la persona en la que su novia depositaría todas sus penas, tal vez pensaron que estarían ellos dos hasta el final ¿su hermano y Nelea saldrían?, ¿se enamorarían con el tiempo? Sabe que la diferencia de edad poco importa en ese mundo roído hasta la médula, pero ¿Merle se atrevería? La cabeza le duele—Lo siento. Pude ahorrarte todas esas desagradables sorpresas sobre mí. Pude ser yo al que lo contara pero no pude, lo intenté muchas veces, de verdad lo intenté.

La voz se le quiebra, es apenas entendible al final de la frase, abraza sus piernas que no ha bajado de la silla. Desearía dejar de existir. Dixon observa a su novia echa un ovillo, vulnerable y completamente expuesta, cada cosa terrible que le obligaron a hacer parece pasarle factura, las imágenes son inevitables en su mente que las corre como una espantosa película.

—Entiendo si quieres dejar todo hasta aquí.

Los caminantes subieron el porche, se estrellan contra la puerta. Daryl se levanta, acaricia a Nelea de la espalda y la anima a levantarse. La toma en brazos y suben las escaleras, se encierran en la habitación y observan la horda pasar: cerca de treinta caminantes, algunos recién convertidos. Nelea se detiene en la ventana, mirándolos andar sin rumbo ni sentido.

Daryl se para detrás de ella y espera a que el nudo en la garganta le permita hablar, la doll no mueve ni un músculo tratando de alargar el tiempo, como si alguna vez hubiera sido un aliado.

—Nelea, no quiero que lo nuestro termine. Es real, siempre ha sido real. Ambos nos deshicimos de la desconfianza, he visto tus cicatrices, tú las mías. Nada de lo que me contaste hizo que cambiara la forma en la que me siento.

Nelea reanuda el llanto, sostiene la respiración sin encarar a su novio. Sabe que los sentimientos no son lo suyo, así que no interrumpe para que no romper el momento. Dixon acaricia su brazo por encima de la suave tela, una corriente le recorre la espina dorsal y traga saliva.

—No quiero seguir en un mundo como este sin ti.—Daryl hace que se gire hacia él y toma su barbilla empapada por el llanto que le enfría la cara, hace que la mire a los ojos.—Si me sigues escogiendo, aquí estaré. Te elijo a ti, a quienes somos juntos. Hasta la última gota de sangre y lágrimas, estoy contigo... Quiero que me escojas a mí también, quiero seguir luchando contigo junto a mí. No quiero volver a lo de antes.

Al arquero se le oprime el pecho conforme pasan los segundos, espera la respuesta.

—También quiero estar contigo, Dear. Quiero quedarme a tu lado hasta donde lleguemos.

Daryl toma la cara de la chica en sus manos y la besa con cuidado, un beso dulce e íntimo. Nelea le acaricia el cabello, sus cuerpos se unen ella lo abraza de la cintura con fuerza como si temiera que fuera a desvanecerse.

El arquero disipa todas sus dudas con dos palabras.

—Te amo, Nelea.


-   F  I  N  -

DEL LIBRO UNO

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Archer | Daryl Dixon | ❤️ The Walking DeadWhere stories live. Discover now