treinta y nueve

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Al Aire - Morat

La editorial está casi vacía y el ambiente gris lo convierte en un día triste, más de lo que ya es. Es que afuera hay una tormenta terrible, que azota los cristales de las ventanas cuando los truenos retumban fuertes

Doy vueltas en mi silla de escritorio sin saber que hacer, aburrido, porque sigo teniendo mucho trabajo por hacer pero la inspiración no llega a mi jamás. Hay un silencio que no es común en las oficinas, porque siempre hay mucho alboroto y música, y eso me deja navegar mucho en mis pensamientos

Las palabras de mi abuelo rondan por mi cabeza desde ayer de tarde, provocando un escalofrío cada vez que vuelven a mi retina, y es raro pensar que tan solo un producto de mi inconsciencia me provoque tanto en las fibras más profundas de mí. Y es que Nando tenía ese poder, su sabiduría lo dejaba entrar en la mente de las personas con tan solo dos frases, y yo claramente no era una excepción

Es tan fácil pensar en que quizás él tiene razón, en que debería arriesgarme y pedirle que se quede conmigo aunque eso pueda provocarnos una herida a largo plazo; porque eso es lo que sucede en las películas, ¿No?

Él la va a buscar y ella no se va, y viven felices por siempre; y a ninguno de los dos les importa que están dejando atrás, ni que tan egoístas son

Es la magia de las películas, es la que nos hace creer que todo es tan sencillo como levantarse e ir a un aeropuerto bajo lluvia a buscar al amor de nuestras vidas

Pero a la vez vuelvo a pensar en mi abuelo y todo pensamiento anterior se me desmorona rápidamente, así que decido distraerme para no hacer nada de lo que me pueda arrepentir luego

Voy camino a la oficina de Martín, puedo verlo junto a Nia y a Nath a través de los ventanales, sentados alrededor de su escritorio blanco, aparentemente bastante concentrados en algo

Tanto, que cuando entro a la oficina sin ni siquiera golpear, ningun ojo se dirige hacia donde me encuentro

-¿Qué hacen...?- cuestiono y me callan

-Hay muchas personas preguntándose por tu historia de Instagram, Juan Pablo- escucho una voz femenina hablar que me suena de algún lado- ¿Quieres aclarar algo a la audiencia?

Frunzo mi ceño hasta que me encuentro con una radio encendida en el escritorio de mi amigo, y tan solo me basta escuchar unas palabras más de aquella voz para descubrir de donde la recordaba

Es ese programa que escuchaban Clara y mi abuela casi todas las tardes

-¿De cuál foto hablan, Orianna?- le pregunta el otro conductor del programa

Observo a Nia sonreír, porque Juan Pablo, el conductor, es su amigo desde hace ya mucho tiempo

Si no me equivoco, fue su chófer

-La que subiste el día sábado- contesta ella

-Oh, ¿la foto de una señorita muy bonita?

Nathalia ahoga un grito de felicidad y tomo asiento junto a ella, en la mesa

-La foto de una señorita que dormía una siesta muy plácidamente encima de ti, si. Me imagino que ella no sabía que una foto de ella durmiendo terminaría en redes sociales

-Eso es lo que pasa cuando te duermes antes de que termine la película, mi amor

Los tres celebran en silencio, porque quieren seguir escuchando lo que los dos se dicen, pero Orianna cambia de tema, y entonces vuelven su atención a mí

Hanami - Juan Pablo VillamilWhere stories live. Discover now