seis

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-Hola- lo saludo de nuevo con una leve sonrisa, porque estoy bastante sorprendida de verlo aquí

Tiene su boca entreabierta y sus ojos un poco desorbitados, parece que su lengua se enreda porque no emite ni una sola palabra. Es que claro, me acaba de ver gritar a los cuatro vientos como una desquiciada

Creo que lo asusté

-Hola, querido- se adelanta a saludarlo mi mamá- Un gusto, Cecilia

Recibe su mano para estrecharla, ahora si, con una sonrisa que no demora en ser formada en su rostro

Siento un murmullo a mis espaldas que me hace un nudo en el medio de la panza

-Juan Pablo, el gusto es mío- se presenta él amablemente, mirándome de reojo

-No sabía que tenías novio- dice mi prima con sus ojos en mí

Nos miramos al mismo tiempo, alarmados

-No somos novios- aclaro rápidamente- Es el nieto de Camelia

-Debes ser igual de dulce que tu abuela- halaga mi mamá y él ríe un poco- Mira que bellas flores te trajo este muchacho, Clara

Si supiera que cuando sonríe hay que hacer una fiesta de celebración

-De hecho...la abuela me pidió que te trajera las flores que te regaló, las dejaste olvidadas en el florero de su casa

Estira el ramo de rosas hacia mí y puedo ver como la cara de mi madre se va transformando lentamente a una de decepción

-Gracias- agradezco recibiendolas

-Siento interrumpir, no sabía que estaban festejando

-No interrumpes, Juan Pablo- habla mi padre desde la mesa- ¿Por qué no te quedas un rato con nosotros?

-Papá...

-¿Qué? Vino solo para traerte las flores, no lo vamos a echar tan pronto- excusa mi padre

Juan me mira con sus manos en los bolsillos y terror en sus ojos, con ese aspecto infantil que hoy de mañana me hizo sonreír

Así que trato de ayudarlo

-Ya es tarde, Juan Pablo mañana trabaja...- hablo mirando a mi familia

-Oh, puedo quedarme si no es molestia

Me doy la vuelta de inmediato para volver a verlo, incrédula

Y me quedo absolutamente callada

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Pasa el tiempo y a cada minuto estoy más convencida de que cambiaron al Juan Pablo original por un impostor.
No tengo idea dónde dejo su fachada de hombre serio y callado, pero lo que si sé es que no ha parado de reírse y hablar con cada familiar desde que mi padre lo invitó a quedarse

Les cuenta sobre Camelia, y anécdotas que jamás escuché

Sobre su trabajo, y los libros a los que ha tenido que ponerles portada

De música y lo mucho que le gusta desde pequeño

De fútbol, todo el tiempo, y eso es algo que me toma por sorpresa. Porque a simple vista, Juan Pablo no es alguien que parezca fanático del fútbol

Parece un señor que lee libros empresariales y que escucha jazz

Todos lo escuchan, todos hablan entre sí, menos yo

Son las once de la noche y estoy deseando que todos se vayan para poder por fin estar en silencio

Cuando todos están los suficientemente absorbidos por los chistes que cuenta mi papá, me levanto sigilosamente de la mesa para irme hacia afuera.
En la entrada de mi casa hay un pequeño patio, con flores que me regaló Camelia para plantar hace mucho tiempo

Hanami - Juan Pablo VillamilWhere stories live. Discover now