veintidós

513 64 186
                                    

Hace tan solo unos minutos volvimos del restaurant, de mi falso cumpleaños; que por mas falso que haya sido, creo que jamás la había pasado tan bien en uno de ellos, al menos no como hoy

Los pies me duelen de tanto bailar y mi garganta se siente agotada de cantar, pero de alguna manera, no logro que el sueño venga hacia mí. Ni siquiera con la poca luz que entra en la habitación, ni con la comodidad de la cama, ni la mínima serenidad que se puede sentir en New York a las cuatro de la mañana.

Juan Pablo se remueve a mi lado y me pregunto si se encuentra desvelado como yo, porque aunque nos hayamos despedido recién, todavía sigue moviendo sus pies por dentro de las sábanas

Sus pies deben estar igual de doloridos que los míos, porque cuando por fin se dio por vencido, comenzó a bailar y cantar conmigo hasta que el restaurante llegó a su hora de cierre. Desde que lo conozco, nunca lo había visto tan relajado, tan suelto, tan genuino; y verlo de esa manera me hizo, no solo estar feliz, sino que también en paz

Decido darme la vuelta en la cama para verlo, cuando larga un suspiro largo y lento que me indica que, efectivamente, está despierto. Lo encuentro bocarriba, con su cabeza apoyada en el antebrazo y los ojos pegados en el techo, hasta que conecta con los míos y sonríe un poco

-¿Tampoco puedes dormir?- cuestiona y niego

Abrazo mi almohada y entierro mi cara allí, haciéndolo reír. Aunque debo confesar de que lo hago, no para divertirlo, sino porque encuentro un rastro de su perfume allí y es increíblemente delicioso

-No tengo sueño- murmuro

-Yo tampoco

Hay un silencio que llena la habitación por solo unos segundos, hasta que Juan Pablo vuelve a hablar

-No tenemos por qué dormir

-¿No?- cuestiono llevando mi vista a él

-No- responde

.

.

.

El aroma a su perfume que antes sentía sólo apenas en la almohada, ahora me recorre por completo al estar dentro de su abrigo, que él mismo me dio

Es que en el mirador del hotel, en el piso 23, se encuentra notablemente fresco; y yo soy tan terca que no le hice caso a Juan Pablo cuando me dijo que me ponga un abrigo para subir

Pero, al fin y al cabo, no fue una mala decisión

Las luces de la ciudad desde aquí arriba parecen estrellas, y quedo hipnotizada ante la vista panorámica que el mirador, que se encuentra totalmente vacío, nos ofrece a la madrugada

Parece que fuimos contagiados por la ciudad que nunca duerme, como suelen decirle, porque ambos parecemos más despiertos que nunca

Nos sentamos en un banco de madera y yo pongo música en mi celular con un volúmen bajito, mientras que Juan Pablo revisa su celular

-¿Te gustaría ir a un concierto de Coldplay?- pregunta él

-Me encantaría, ¿Por qué?

-Mi amiga me dijo que tiene dos entradas para un concierto de ellos aquí, en dos días. Que las había sacado para venir con su esposo, pero el tonto de Martín se olvidó que tenía una reunión super importante...- explica risueño- ...así que como no van a poder venir, pensó en nosotros

Me toco el pecho de pura ternura y sonrío con emoción. Coldplay lidera aproximadamente todas mis playlist desde hace varios años ya

-Que lindo de su parte- contesto alegre

Hanami - Juan Pablo VillamilWhere stories live. Discover now