cuatro

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-¿Quién es?- cuestiona Camelia y frunzo mi ceño

-Soy yo, Clara- respondo

-¡Pasa, cariño!- exclama ella y abro la puerta de su casa

Cuando entro, la veo sentada en su sofá. Su sonrisa crece cuando me ve frente a ella, pero su expresión es rara

-¿Qué pasa?- pregunto

-Me duelen mucho las piernas, Clarita- dice con algo de tristeza- Siento no haber ido a recibirte

Sonrío con ternura y me acerco a abrazarla. Permito no preocuparme por lo débil que es su agarre, y tan solo enfocarme en sus caricias en la espalda y su olor tan característico

Ese perfume que se convirtió en olor a hogar

-No pasa nada, Meli- murmuro- Mira, te traje unos jazmines

-Pero si soy yo la que te tiene que dar un regalo- excusa haciendo puchero

Toma el ramo de jazmines y lo pone en su florero de cristal. Luego se estira hacia el costado del sillón donde está sentada y agarra una bolsa de papel azul, con una moña blanca de brillantina

Claro que viene acompañada de un ramo de rosas rojas

La miro con emoción cuando estira sus regalos hacia mí

-Feliz cumpleaños, querida- dice y la abrazo de nuevo

-No tenías porqué

-Claro que sí, ¿Qué clase de amiga sería?

Me siento a su lado y abro la bolsa con cuidado; me encuentro con una pequeña caja negra en el fondo de ella. No demoro ni un segundo en abrirla, y encontrarme que en el interior de la caja hay una cadenita plateada, con un dije de una flor en el medio

-Es preciosa- susurro impactada

-Muy preciosa- agrega ella- Me la regaló Nando en mi último cumpleaños con él, nunca la he usado

Levanto mis ojos hacia ella, incrédula

-Meli...

-No empieces con bobadas, quiero que la tengas tú- me interrumpe- Es como si tuvieras un pedacito de los dos, a donde vayas

Mis ojos se llenan de lágrimas y vuelvo a agradecerle

No me gusta mi cumpleaños, y mucho menos celebrarlo. Pero, independientemente de la fecha, me gusta reunirme de gente que quiero

Camelia logra que todos los días se sientan como un cumpleaños, o al menos, como ellos se deberían sentir

-¿Cómo empezaste tu día?- pregunta

-Con un poco de nervios- contesto poniendo las flores en agua- Tuve la entrevista de trabajo de la que te hablé

-¿Y qué tal?- cuestiona con emoción

-Pues...bien- contesto levantando mis hombros- Técnicamente es imposible que quede. Pero quizás, si tengo suerte, les guste y me contacten para otro lado, no lo sé

Conseguí una entrevista de trabajo con el asesor de una de las revistas más importantes de España. Están buscando un asistente para el escritor de la columna más leída, lo que significaría más que un trabajado soñado para mí

El problema es que, evidentemente, tendría que mudarme a Sevilla

Pero no es un problema para mí, porque ni siquiera estoy ilusionada con recibir el llamado

Aún así, como me dice mi madre, "contactos son contactos", y quizás pueda abrirme alguna puerta en un futuro

-Será lo que tendrá que ser- afirma Camelia- Y si no es, te tendré un ratito más aquí para disfrutarte

Hanami - Juan Pablo VillamilWhere stories live. Discover now