Hanami - Juan Pablo Villamil

dieciséis

Inconscientemente, tarareo una canción en voz alta mientras mi cerebro viaja por locaciones desconocidas. Tengo la vista fija en la pantalla del avión, no encontré nada bueno para mirar, así que he decidido rendirme en la búsqueda

Tampoco le puse mucho empeño a la tarea de encontrar una película que me entusiasme, es que el nerviosismo ni siquiera me deja pensar con claridad

Me siento demasiado incómoda, tanto que me da miedo hasta acomodarme en mi asiento

Y claro que al momento del despegue sufri treinta crisis mentales, todas al mismo tiempo. Cerré mis ojos, como si eso pudiera protegerme de algo; creo que en un momento agarré con fuerza la mano de Juan Pablo y cuando al fin decidí abrir los ojos, vi a un niño reírse de mí

No veo la hora de pisar New York y salir de aquí

-Clara- escucho y mi burbuja se rompe

Miro a Juan Pablo, que tiene sus audífonos en el cuello, y lo encuentro observándome con una sonrisa en su cara, pero a la vez con confusión

Bueno, si sonríe es una buena señal

-¿Qué pasa?

-¿Estás bien?- cuestiona divertido

-¿Por qué?

-Estás mirando a punto fijo desde hace como...una hora- responde mirando su reloj

Doy una vista rápida hacia nuestro alrededor; algunos pasajeros hablan, otros duermen o miran películas

Debo haber parecido una loca

-Lo siento, me distraje- contesto con un poco de vergüenza

-¿Quieres que te ayude?- pregunta señalando la pantalla y niego

-No, no me gustó ninguna- digo y él asiente

Lo miro por un momento y sus ojeras me hacen detener algunos segundos allí; quizás durmió tan mal como yo, que en realidad no dormí

-¿Estás nerviosa, verdad?- su pregunta me saca del transe y mis ojos se vuelven a perder en el pasillo del avión

-Un poco- miento

-¿Quieres hablar?

Vuelvo mi mirada a sus ojos, una risa nace de mi pecho a raíz de su sugerencia y no puedo evitar que salga

Tapo mi boca rápidamente y él alza sus cejas

-Lo siento- me disculpo

-¿Qué pasó?

-Nada, no me hagas caso- niego y vuelvo a reír

-¿Tengo algo?

-No, me resultó gracioso que tú me propongas hablar- confieso

-Oh, si no quieres hablar entonces...- amaga con poner sus audífonos nuevamente y lo freno

-No, por favor, lo necesito- pido con apuro y él ríe

Frena la película que seguía reproduciéndose y deja los audífonos colgados

-¿De qué era la película?- pregunto señalando su pantalla

Su gesto se suaviza y una pequeña sonrisa aparece en las comisuras de sus labios

-No sé si quieres saberlo

-¿Por qué no querría?

-Pues...gira en torno a un accidente de avión

Vuelve a reírse en un volumen bajo cuando mi boca y mis ojos se abren con exageración