trece

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Villa me hace entrar a su oficina y luego sale de ella con la premisa de volver en unos segundos

La editorial está llena de oficinas separadas, pero todas dan hacia la oficina del jefe. Toda la pared que da hacia ella es de vidrio, así que puedo verlo caminar por el edificio cuando sale. Las paredes, la decoración, las puertas, es todo muy colorido, y se me complica a la hora de imaginarme a Juan Pablo trabajando en un lugar como este

Pero parece que se le da bastante bien, porque es el superior del área de diseño gráfico de toda la editorial, o al menos eso me dijo Simón

Su escritorio, y todo a su alrededor, está demasiado ordenado. En uno de los estantes flotantes de la pared, hay una serie de portarretratos, y me detengo a ver una foto de él junto a su a abuela. Me parece haber visto esta foto antes, y creo que era del álbum familiar que conservaba Camelia, del que tantas veces me habló y mostró

Los dos están riendo, tirados en el pasto, y con el sol pegándoles en la cara. Juan Pablo no tendría más que unos ocho años, y Meli no tenía tantas canas en sus cabellera enrulada. Se los ve tan felices que una sonrisa se me forma en el rostro, aunque dentro mío siga doliendo un poco cuando lo hago

Es horrible pero es cierto, los momentos son lo más preciado que tenemos, pero también lo más complicado de retener. Todavía no podemos volver el tiempo atrás, dichoso será el que invente la máquina del tiempo; pero si algún día se logra, daría lo que fuera para volver una tarde con ella, y estoy convencida de que él lo haría también

Me siento en la silla que está frente a su escritorio, para esperarlo, y miro nuevamente hacia el ventanal

Juan Pablo habla con una chica pelirroja, de pelo corto por los hombros y más o menos de mi altura

Si yo creía que al lado de él estaba vestida como un arcoiris, a ella le vomitó un escuadrón de unicornios encima. Y lo más sorprendente es que le queda super bien

Que envidia

La chica sube sus lentes y lo escucha hablar con atención, incluso hace una cara de concentración que me hace acordar a Simón. Sus cejas se fruncen como en una demostración de pena y sus manos viajan a los antebrazos de Juan, acariciándolo

Luego se pone de puntitas y él se agacha para recibir un beso en su mejilla

¿Será su novia?

Corro mi mirada de inmediato, con total vergüenza, cuando la colorada conecta sus ojos con los míos y me descubre mirándolos desde la oficina

Bueno, esto es un récord, llevo menos de cinco minutos aquí y ya la cagué

Me hago la tonta, recorriendo el lugar con mi mirada, y después de un minuto llega Juan Pablo

-Lo siento- se disculpa haciéndose presente

-Tranquilo- digo medio sonriente, y él se sienta frente a mí

Me observa con esos ojos verdes oscuros, y con menos deconcierto en la cara

-¿Cómo estás?- pregunta- No sabía que vendrías

-Pues, bien. Perdón por no avisarte, pensé en hacerlo pero nunca viste mis mensajes, entonces...- contesto y lo veo tragar fuerte- ¿Cómo estás tú?

-Bien, gracias- responde y asiento con mis labios fruncidos

Nos quedamos en silencio por unos segundos

Mierda, que incómodo

Suspiro y trato de formar otra sonrisa falsa antes de hablar

-Bueno, vine porque tengo algo que contarte- digo y pongo los pasajes en la mesa

Escanea los papeles lentamente y su ceño empieza a fruncirse a medida que los lee

-¿Qué es esto?

-Eustolio se contactó conmigo, me contó que Camelia había dejado algo para mí...y era esto, junto a una carta- explico y sube sus ojos hacia mi nuevamente- Son pasajes para New York, dentro de dos semanas

-¿Y qué tengo que ver yo con esto?

-Que los pasajes son para nosotros dos

Me enderezo en el asiento cuando su respuesta es tan solo una risa seca, que no tiene ni una pizca de gracia. Juan acaricia el puente de su nariz con los dedos y después refriega su rostro con ambas manos

-¿Y por qué ahora?- cuestiona señalando los papeles

-En New York es primavera, Juan- digo con una pequeña sonrisa

Pero claro que el cactus sigue serio

-Clara...

-Ya sé que eres difícil de convencer, sé a lo que me enfrentaba antes de venir aquí, tu abuela me lo dejó escrito y bien claro- respondo

Juan Pablo asiente en concordancia y mira los pasajes una vez más antes de suspirar y empezar a hablar

-Mira, tengo un trabajo que cuidar, no puedo hacer un viaje de la nada sólo porque a mi abuela se la haya ocurrido que era buena idea

-No lo hizo por eso, lo hizo porque quería que estés bien- excuso con seriedad

-Lo estoy- dice y alzo mis cejas- Clara, voy a serte sincero...

No sé por qué tengo la leve sensación de que esto va a terminar mal

-Me dolió mucho lo de mi abuela, demasiado, pero la vida pasa y estoy tratando de vivirla sin ella...y tu deberías hacer lo mismo

Mis mejillas comienzan a arder de la furia y las palabras salen en un puro acto de impulso

-¿Y tú que sabes de mi vida? Si en todo este tiempo ni siquiera fuiste capaz de preguntarme si estaba bien- digo molesta- Si crees que todo esto sólo te dolió a ti, estas muy equivocado, Juan Pablo

Él me observa en silencio, con sus brazos entrelazados a la altura de su pecho

-No voy a discutir esto contigo, Clara- habla y acerca los papeles hacia mi- Puedes darle tranquilamente mi pasaje a alguien más si quieres, yo no voy a ir

Niego con incredulidad ante su respuesta. Tomo los pasajes, y me levanto de la silla intentando guardar toda la calma posible

-Gracias- murmuro caminando hacia la puerta

Y justo cuando estoy con la perilla en la mano, mi lengua vuelve a picar. Así que me doy la vuelta, y vuelvo a hablar

-Creo que siempre fui bastante respetuosa y buena contigo, incluso me preocupe mucho por ti cuando pasó lo que pasó, mucho, y tú no hiciste más que ignorar mis mensajes- digo mirándolo fijamente- Sinceramente no sé si hice algo que te molestó, si te caigo mal, o eres así con todo el mundo, pero esto no va sobre ti y sobre mí, es sobre Camelia y lo que ella hubiera querido

Doy unos pasos hacia su escritorio y dejo el pasaje sobre la mesa de madera

-Así que si te apetece dejar tu egocentrismo por un rato, piénsalo al menos por tu abuela. Y quédate tranquilo, que si decides ir, no te molestaré de nuevo

Y dicho eso, lo miro por última vez antes de darme la vuelta e irme

Hanami - Juan Pablo VillamilWhere stories live. Discover now