treinta y uno

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¿El mundo está dado vuelta?

Eso es lo primero que pienso cuando abro los ojos

La cama está tibia, y por un segundo me gustaría volver a cerrar mis ojos y dormir unas cuantas horas más arrollada en estas sábanas blancas; pero siento un ligero dolor de cabeza que me hace despertar del todo, y largo un quejido al sentir la luz de la ventana pegándome en el rostro

-Buenos días- escucho la voz de Villa cuando me incorporo en la cama

Me giro a verlo; Juan Pablo está sentado en su cama, con sus lentes de leer puestos, y con un libro apoyado en su regazo. Su cama queda junto a la ventana, así que la luz del sol entra justo por detrás de él, y observarlo así me hace sentir como si estuviera viendo un ángel

-¿Cómo te sientes?

-Bien...creo- murmuro, refregandome los ojos- ¿Qué hora es?

-Son las once- responde, mirando su reloj- Te traje el desayuno

Volteo mi cabeza hacia la mesa de luz, y veo una pequeña bandeja de madera, con un vaso de jugo de naranja y un pastelito de cereza apoyados allí

También hay un tulipan, y eso me hace sonreír un poco

-Gracias, Villa- agradezco

-Preferí no despertarte porque supuse que estarías cansada...oh, y te dejé una aspirina

-La voy a necesitar- comento y él ríe un poco

Caigo en cuenta de que llevo la misma ropa que ayer, que mis zapatos están tirados justo al lado de mi cama, y que lo último que recuerdo de anoche es el sabor de los chupitos que me regaló Yoelina mientras bailábamos. Pienso en que Villa me ha traído en la noche hasta aquí, sólo y con mi estado de borrachera. Las mejillas se me ponen rojas de la vergüenza y me encuentro con que volvió a leer, cuando lo veo de reojo 

Una imágen de él sonriendo, junto a una chica en la barra del bar, viaja por mi cabeza y veo al desayuno con un poco de asco al sentir un agujero en el medio de la panza

¿Habrá pasado algo entre ellos y por haber tomado tanto no me acuerdo?

-¿Estamos en condiciones de ir al casamiento?- cuestiona, interrumpiendo mis pensamientos

Me sonríe expectante a mi respuesta

Resulta que, las pocas veces que me he emborrachado, supe sobrevivir a la etapa de la resaca con exito; sé que esta no va a ser la excepción, por lo tanto asiento con mi cabeza 

Un baño, otra aspirina más, una siesta y varios vasos de agua más tarde, el sol comenzaba a descender y la hora de la fiesta estaba cada vez más cerca.

Me miro al espejo con un poco de inquietud, no recuerdo la última vez que me arreglé de esta manera. No suelo maquillarme con mucha frecuencia, sino que todo lo contrario. Sin embargo, hoy intenté esforzarme un poco más en hacerlo, sin intentar ser extravagante ni nada parecido

Aún con unos pequeños aros plateados que me compré en una pequeña tienda ubicada cerca del hotel, siento que el atuendo final queda un poco vacío a la altura de mi pecho, y pienso en que el toque perfecto resulta estar guardado en mi mochila

Doy unos pasos hacia el espejo con el collar en mano, y trato de prenderlo alrededor de mi cuello con delicadeza; cuando lo veo llegar a mis espaldas a través del reflejo, con ese traje que se compró ayer en el second-hand

Esta noche va a ser muy difícil para mí

Vuelvo a concentrarme en el collar, pero camina lentamente hacia mi y siento el calor de su pecho en mi espalda

Hanami - Juan Pablo VillamilWhere stories live. Discover now