Capítulo 18. Dorado

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No fue hasta este episodio que descubrí el nombre de Mt. Lady, me sorprendí. Disfruten~

¿O no?

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Acostumbrarse a vivir bajo tierra era más difícil de lo que parecía. La falta de sol, aire fresco y el espacio reducido significaba un problema del que fácilmente podían prescindir. Así que acomodaron sus vidas en el exterior, dejando el bunker solo para un caso de emergencia y, para ducharse, porque gracias a la posición del refugio había un abasto de agua directamente del río. Sobre tierra no solo podían sembrar, también podían criar animales.

Gracias a la cooperación de todos habían logrado capturar varios animales de granja, que ahora llevaban tiempo criándose como animales silvestres, desde gallinas hasta un par de cabras. Pescaban en el rio y en la laguna. Sembraron vegetales en los invernaderos y, el equipo de caza, tenían un gran territorio para atrapar presas grandes detrás de la montaña en las zonas cercanas al rio, solo bastaba esperar a que los animales buscaran agua. Lavaron perfectamente la enorme piscina y, junto a varios contenedores, reunieron agua de las lluvias.

Carne seca, conservas, agua esterilizada y, ya que dentro del bunker había electricidad, conectaron un gran refrigerador y ahí conservaban algunos alimentos para las épocas difíciles.

Poco a poco comenzaron a hacerse de su propia reserva de comida de corto plazo, dejando la reserva del bunker de largo plazo para cuando fuera necesaria.

No pasó mucho tiempo para que se dieran cuenta de la presencia de más de un grupo de personas en la zona. Esto porque todos parecían tener costumbres y hábitos bien estructurados, como si entre ellos no quisieran encontrarse.

A Katsuki esto no le daba buena espina. Pasó por lo menos 1 mes hasta que tuvieron un primer encuentro con alguno de ellos.

Fue a medio día. No era extraño para el equipo dejar el territorio de Koza para ir a buscar suministros que no encontraran ahí, en general lo hacían en coches pequeños que no gastaran demasiada gasolina, ya que ese combustible se estaba volviendo peligrosamente escaso.

Atravesaron la ciudad hasta la autopista y salieron del territorio. Ya que los asaltos por suministros eran algo alejados, solían tardar varios días, pero no fue posible esta vez.

—Un clavo —dijo Rody inspeccionando la llanta ponchada.

Katsuki suspiró. Esa misma mañana habían sacado el gato y las herramientas de la cajuela para liberar algo de espacio, es como si el coche estuviera desquitándose con él. Mirando al rededor, frunció el ceño.

—No hay un solo auto a la vista.

Izuku le respondió. —¿Volvemos?

—Aunque siguiéramos adelante no lograríamos nada. Sin auto somos presa fácil. Volvamos.

Entonces tomaron el camino de regreso, pero Katsuki no quiso subir por la parte trasera de la montaña, tendrían que cruzar el río que ahora estaba desbordado por las lluvias y se llenaría de lodo, lo que dificultaría la subida. Se molestó consigo mismo porque había vivido algunos meses sin hacer grandes esfuerzos y ahora era un quejumbroso.

No tenía idea de que maldeciría toda su vida esa decisión.

Rody y Tokoyami iban al frente, los otros dos que los acompañaban ese día, él e Izuku iban detrás, ambos pares charlando como si caminaran por el parque, hasta que vieron a alguien correr cerca de su posición.

Una mujer, atravesó la calle justo frente a ellos, apenas unos 10 metros por delante. Ella los vio, los cuatro se paralizaron. Era alta, de cabello castaño y corto.

ApocalipsisWhere stories live. Discover now