Capítulo 13. Sospecha

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-Me parece que fuiste... -empezó el peli negro -¿Cómo decirlo?

Re destro, sentado detrás de su escritorio, sonrió ligeramente.

-Blando... -completó al fin -con él. Incluso permitiste que se llevara a varias personas y también ofreciste ayuda, ¿es que él te agrada, Destro?

-No es precisamente de mi agrado -respondió reclinando la silla hacia atrás -Dime, Hanabata, ¿te parece Katsuki una persona fácil de tratar?

El alto alfa de negocios suspiró. -No, de hecho, me parece que tal vez resulte un problema.

-Exactamente, la idea de enviar a Geten con él era más bien una distracción, tengo la esperanza de que el nuevo cachorro llegue por fin, antes de que él regrese.

Detrás de la puerta semi abierta, estaba parada con la cabeza gacha una delgada chica de cabello corto, escuchando atentamente.

-Bueno, han estado fuera por un día entero, ella seguramente estará dando a luz mañana por la noche, fue lo que me dijo Kizuki.

Detrás de la puerta, Jiro frunció el ceño. Entendiendo que se referían a la omega embarazada. Pasaría de nuevo, ellos iban a hacerlo otra vez.

-Bueno, ya sabes que hacer -dijo, como última orden, el líder de la comunidad.

Ella respingó al escuchar los pasos de Koku acercarse a la puerta, alzó la mano fingiendo que iba a tocar justo cuando él abrió. Ella inclinó la cabeza rápido y dijo temblorosamente:

-Quería ver al señor, estoy por retirarme.

Ella no pudo verlo, pero sabía bien que Hanabata hizo una mueca al tenerla tan cerca, él incluso retrocedió un paso. Desde adentro, Re destro la miró y dijo:

-Vete ya.

La peli negra hizo una reverencia, agradeció y regresó por el pasillo. Bajó las escaleras a toda prisa escuchando las risas de Kizuki, probablemente charlando con Geten al fondo. Los evitó saliendo por la cocina hacia el cuarto de la servidumbre. Allí tenía su cambio de ropa, una vez fuera del horrendo vestido se puso los jeans a toda prisa, una blusa y encima una sudadera, sus botas y el bolso de todas las noches, entonces salió corriendo de la casa.

Miró a un lado y al otro verificando que ya no había gente caminando por las calles, ya pasaba la hora del toque de queda pero la casa de Re destro aún tenía luz, caminó hasta el fondo de la calle y se aseguró de que no hubiera luces en las casas, nadie la veía, entonces levantó la tapa de la alcantarilla y entró.

Ella no fue consiente de la curiosidad fulgurando en los ojos azules de alguien que la vio, desde la cocina de la última casa de la calle.

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-No se detiene -dijo Kirishima desde atrás.

Katsuki miró por el espejo retrovisor como el peli rojo hacia su mejor esfuerza para que el brazo de TetsuTetsu dejara de sangrar. Izuku dejó sus armas a un lado y buscó en los compartimentos del carro algo con lo que ayudar a detener el sangrado.

-Alcanza al camper, -dijo -creo que Yuga llevaba un botiquín ahí.

Katsuki pisó el acelerador hasta alcanzar la entrada del vertedero, el resto ya estaban estacionando. Cuando bajaron, todos los demás se abrazaban felices de estar vivos y varios lloraban las pérdidas.

Izuku bajó y gritó inmediatamente:

-¡Todoroki! ¡TetsuTetsu se desangra!

El bicolor, que estaba felizmente devolviendo a Kohaku a sus padres, volteó alarmado. Kirishima y Katsuki bajaban del auto al peli plata. Rápidamente Shoto se acercó al alfa y ordenó buscar donde recostarlo, la elección fue el colchón dentro de la casa rodante de Rody, el cataño se apresuró a abrir y desempolvar lo mejor que pudo para cuando metieron al hombre.

ApocalipsisWhere stories live. Discover now