XLIV - Confianza: Difícil de ganar, fácil de perder.

157 24 19
                                    

Jaskier nos esperaba dando vueltas en el exterior de la taberna de Undvik, nervioso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jaskier nos esperaba dando vueltas en el exterior de la taberna de Undvik, nervioso.

Su rostro cambió de nervioso a alegre cuando nos vio a ambos, para después tornarse sorprendido y preocupado cuando me vio cargando a una Ailith débil en brazos.


-¿Por qué estás cubierta en sangre negra?- Pregunta el bardo corriendo hacia nosotros, con el ceño fruncido. La camisa blanca de Ailith había perdido el color níveo para ser cambiado por restos secos de negro.

-Oh, esto... me apuñalaron varios cristales afilados bañados en Caos.- Responde tranquila, quitándole hierro al asunto, mientras que mi desasosiego crece.

-¿¡Qué!? ¿¡Por qué!?- Exclama horrorizado, mostrando un eco de mi cabeza.

-¡Y yo que sé! Deberías preguntarle al que provocó el apuñalamiento.- Se sale por la tangente, calmada. Ambos la miramos con el ceño fruncido, esperando una verdadera respuesta. Chasquea la lengua, dándose por vencida, y me palmea el pecho un par de veces.- Bájame, por favor. Necesito hacer un portal para que podamos irnos a un lugar seguro.

-No creo que estés en condiciones...- Comienzo, pero ella hace una mueca.

-Estoy en peores condiciones para luchar si vuelven.- Rebate. La dejo sobre sus piernas débiles, en desacuerdo, pero con delicadeza, y cuando el portal se abre, comienzo a sudar.


Habría pasado por esto dos veces en un mismo día y tenía ganas de vomitar. Pero, de repente, siento mis nervios disminuir.

Miro de reojo a Ciri, que con una mirada tierna me está haciendo un Axii.


-No soy Sardinilla.- Refunfuño. Ella sonríe en respuesta y me agarra la mano para cruzar.



Sus piernas no aguantan más y se doblan debilitadas tras el sobreesfuerzo. La obligo a sentarse pegando su espalda a uno de los árboles mientras montamos el campamento, y en cuanto tiene su tienda montada, se mete rauda para salir poco después con el torso vendado.

Todavía puedo ver moratones por aquí y por allá que se van curando lentamente frente a mis ojos. Ella levanta una mano tranquilizadora frente a mi expresión torturada.


-Con un poco de descanso estaré recuperada del todo. Lo noto.- Avisa.

-¿Pero qué demonios te ha pasado? Nunca te había visto así. ¿Mataste a los magos?- Interroga el bardo, calentándose las manos en la lumbre. Ailith chasquea la lengua, fastidiada.

-Ojalá, pero no.- Gruñe.- Geralt tenía razón, era una trampa. Pero no estaba ninguno de los magos. Contrataron a Ilmerith para apresarme o matarme.- Me levanto como un resorte, con los pelos como escarpias.

THE WITCHESS //  The Witcher fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora