Destinada a sobrevivir.
Destinada a luchar.
Destinados a protegerse.
Geralt de Rivia, conocido por muchos nombres, pero por todo el mundo como Brujo (witcher), un mutante creado para matar monstruos a cambio de unas monedas.
Su vida solitaria...
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A pesar de todo lo acontecido las pasadas 24 horas, junto con dos noches sin dormir y la dificultad del viaje hasta aquí, no podía conciliar el sueño.
No era algo nuevo para mí el sufrir insomnio, pero pensé que Morfeo acudiría a mí tan sólo por puro agotamiento.
Y cuando, tras meditar en aquellos acantilados, centrándome en el sonido de las olas rompiendo contra las rocas y el viento contra mi piel, no me sentí tan siquiera mínimamente somnolienta, acepté que esa noche el sueño huiría de mí otra vez.
Suspirando, deshago el cruce de las piernas bajo mi cuerpo y las dejo colgar libremente del borde del precipicio, aspirando profundamente el aroma salvaje a salitre.
Descontenta, vuelvo a pensar en el momento del portal junto al Brujo.
No quería mostrarme débil y con sentimientos con Geralt de Rivia, pero estaba claro que estaba condenada a fallar una y otra vez.
Pero verlo tan asustado, tan inofensivo, tan... como el joven al que recordaba, pudo conmigo, y me vi haciendo cualquier cosa para borrar ese miedo de él.
Cuando en el aire que respiro el olor a salitre se mezcla con madreselva, pienso que la imaginación está jugando conmigo, pero, cuando se sienta a mi lado, copiando mi postura, me doy cuenta de que da igual lo que haga, siempre parecemos movernos alrededor, el uno con el otro.
-¿Qué haces aquí a estas horas?- Pregunta con voz calmada, mirándome.
-El mundo pertenece a aquellos que se levantan temprano.- Me salgo por la tangente. Sonríe ante mi respuesta.
- Son las tres de la mañana, así que no estoy seguro dónde está la línea entre madrugar y trasnochar.
-Touché.- Muevo los labios en silencio.
-¿Pesadillas?- Niego con la cabeza.
-No he llegado a dormir. Así que por lo menos aprovecharé para pensar. ¿Quieres algo para dormir? Tengo reservas de láudano y lavanda.- Ofrezco.
-Lo que no me deja dormir es pensar en qué puedo hacer para convencerte de seguir con el plan inicial y que no te lances al peligro por tu sentimiento de justicia.- Bufo.
-Al principio la poción para dormir era simplemente por amabilidad. Ahora se ha convertido en una invitación a que te apartes de mi vista.- Respondo a la defensiva. Gruñe y se frota la cara, desesperado, sabiendo que ha metido la pata.
-Me pregunto qué te matará antes, si tu lealtad por tus ideales o tu cabezonería.- Comenta exasperado.
-Me encantaría ser como vosotros y voltear el rostro ante lo que ha pasado, conformarme con que el artífice directo haya desaparecido, pero cada vez que lo intento las imágenes de esos niños vuelven. Sin tantos murieron estando nosotros allí, ¿cuántos morirán hasta que nos lleguen las noticias y nos busquen cuando algo así vuelva a pasar?
