Capítulo 37

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Escuché mi nombre en un susurro, mire hacia Derek. Seguía dormido, murmuró mi nombre mientras dormía, no quise despertarlo, pero me hizo feliz que dijera mi nombre.
A lo largo de la noche, enfermeros iban yendo y viniendo con bolsas de sangre. La hemorragia paro. Miré su brazo, lo tenía vendado. Mis ojos ya no aguantaban más despiertos, se fueron cerrando solos hasta que caí profundamente dormida.

-Si, me encuentro bien.-
-No podemos darte aún el alta, tienes que estar en observación.-

Voces en la habitación me hicieron despertar, me sobresalte al ver ahí un medico.

-Buenos días, nena.- miré hacia Derek, estaba despierto, me lancé sobre él a lo que reaccionó haciendo un pequeño quejido.
-Cariño...- dije sin hacer caso al quejido, levante mi cabeza busque sus labios, necesitaba sentirlo. Le di un suave beso el cual correspondió, sonreí. -Te quiero.- susurre en sus labios.
-Ahora que está despierta también le digo a usted el diagnóstico.- escuché la voz del medico. Me separé de Derek quedándome de pie junto a él. -A tenido una gran pérdida de sangre, pero ya está recuperándose, la hemorragia paro, así que no hay bala dentro, por lo que hay agujero de entrada y de salida. En cuanto lo metimos para valorarlo vimos la herida y le cosimos, por eso tiene el vendaje, tiene que hacer completo reposo de ese brazo por lo menos hasta que se le quiten los puntos. Por lo demás todo bien, debemos ver si la herida no empeora y que usted vuelva a tener el 100% de sangre en su cuerpo.- dijo seriamente.

Los dos asentimos con la cabeza y el médico despareció.

-He pasado mucho miedo...- dije mirándole a los ojos.
-Ahora estoy bien.- dijo acariciando mi mano con su brazo bueno.
-¿Quieres que llame a Meg y Luis?- pregunté dudosa.
-No está de más que Luis sepa que a pasado, el sabra cómo proceder.- contestó serio.
-¿Como proceder?- pregunté confusa.
-Mi amor, esto no va acabar hasta que uno de los dos acabe con el otro.- dijo seriamente. Yo negué con la cabeza. -Cariño, o es Adam o soy yo. ¡A intentando matarte!- gritó frustrado.
-Nosotros somos mejor que esa maldita basura.- respondí, mis ojos volvieron a llenarse de lágrimas, no podía pensar en volver a ver a Derek como esta noche.
-Vale cielo, no llores... llamaré yo después a Luis.- dijo levantando su brazo y secando una lagrima que se me escapó.

Una enferma entró dentro de la habitación con una bandeja.

-Me muero de hambre.- confesó Derek cuando vio venir a la chica. La enfermera sonrió y dejó la bandeja en una pequeña mesa con ruedas.

Se sentó en el borde de la cama, destapó la bandeja, un par de tostadas con jamón y un café escondía la tapa.

-¿Te vas a quedar bien con eso?- pregunté mirando la bandeja. -¿Voy a la cafetería a cogerte algo?-
-Está bien así, no te vayas de mi lado.- dijo mirándome fijamente. Agarró una tostada.
-Espera, te ayudo.- dije estirando mi brazo y acercando la tostada a su boca.
-No cariño, esta es para ti.- dijo Derek sonriente.
-No, tienes que comer, tienes que recuperarte.- dije apenada.
-Estoy bien, me obligan a quedarme sino ya hubiese cogido el alta, nena.- dijo guiñándome un ojo.

Se estaba haciendo el duro, sabía que le dolía, me dolía verlo así, estaba fingiendo estar bien para que yo no estuviera preocupada.
Esto no puede seguir así, esto tiene que acabar.

-Voy a coger un momento aire, ahora vengo.- dije levantándome.
-Nena, ¿que ocurre?- preguntó preocupado.
-Estoy bien, solo necesito un momento.- dije fingiendo una sonrisa.

Me acerqué a su rostro, besé sus labios, que cálidos estaban, que bien se sentía volver a sentir su calor.

Me dispuse a salir de la habitación, tenía mucho que pensar y que aclarar en mi cabeza. Recorrí los pasillos hasta que conseguí llegar a la calle, ahí estaba, en el mismo sitio donde hace apenas unas horas atrás salía corriendo de un coche pidiendo ayuda.

VIDA NUEVA | COMPLETA ✔️Where stories live. Discover now