Capítulo 25

78 19 29
                                    

Estaba muy mareada, no se por cuántos sitios me habían llevado, cuantas pruebas me habían echo ni cuánto tiempo estuve por ahí.
Estaba tan cansada que inconscientemente cerré mis ojos mientras me trasladaban de vuelta a la habitación.

-Señores.-
-Doctor, ¿como está? Habéis estado 24h con ella.-
-Estable, ahora está durmiendo de agotamiento.-
-Pobrecita.-
-Dana es una chica muy fuerte, pero su cerebro no puede aguantar situaciones de estrés extremo.-
-Comprendo.-
-Sobre las pruebas, han salido correctas, todo está bien.-
-Gracias doctor.-
-Si vuelve a caer en este estado no puedo asegurar que siga adelante. Nada de situaciones estresantes para ella, ¿entendido?
-Entendido.-
-Por otro lado, puede que recuerde algo si os a estado escuchando, tratarla con mucha delicadeza, para ella no han pasado 4 días.-
-Se quedará 24h más en observación, esta vez aquí, con vosotros.-
-Perfecto, necesitábamos verla.-
-Si no hay cambios mañana le daremos el alta, con seguimiento médico.-

Abrí mis ojos lentamente... pude observar cómo un hombre vestido con bata blanca se iba, en los pies de la cama estaba mi padre, papá, que alegría que esté aquí, y al lado de mi padre, estaba él.
Maldigo el día en que puse el pie en ese maldito barco y me crucé con Adam, por su culpa estoy aquí... Adam... solo pensar en ese nombre hace que me duela la cabeza...

-¿Pa...pa?- logre decir con una voz cortada, vi a Derek girarse rápidamente y venir hacia mi, mi padre igual.
-Hija, estoy aquí.- dijo agarrando mi mano.
-Me duele... me duele la cabeza.- me quejé.
-Voy a decirles que te pongan medicamento por la vía, ahora vuelvo.- dijo papá saliendo por la puerta.
-Nena...- susurró Derek.
-De...Derek.- susurre.
-Dios, Dana... estás aquí.- dijo mientras se le escapaba un pequeño sollozo.
-Estoy aquí.- dije en susurro con una media sonrisa.
-Te quiero, te quiero tanto.- dijo mirándome a los ojos agarrando mis manos.
-Derek...- solté.
-Lo se, no hace falta que digas nada, solo necesito decirte lo que siento.- me miró con mirada suplicante.
-No... Derek... yo... creo, creo que te quiero.- solté dejando escapar una amplia sonrisa.
-Rubia, no juegues con mis sentimientos.- dijo riendo.

Mi padre entró cortándonos la conversación y detrás de él una enfermera.

-Vaya Dana, tienes a unos hombres maravillosos cuidando de ti.- dijo la enfermera de mediana edad.
-Son increíbles.- susurre.
-Tu también lo eres, cariño.- respondió la enfermera muy cercanamente mientras ponía una bolsita de medicación conectada a mi vía. -Descansa, chicos solo se puede quedar uno a pasar la noche.- y acto seguido desapareció por la puerta.

Derek y papá se miraron. Se venía drama.

-Yo no me voy.- respondió Derek.
-Yo tampoco.- respondió mi padre. Me reí.
-Papá, descansa, el viaje es agotador y apuesto a que no has dormido desde que has llegado.- respondí
-No hija, soy tu padre, me tengo que quedar aquí, a tu lado.- dijo en tono preocupante.
-Por favor, no discutáis.- dije tocándome la cabeza. Derek casi se tiró encima mío preocupado.
-¿Te duele? ¿Necesitas algo?- preguntó, su voz estaba tensa.
-Descansar.- suplique mirando a los ojos de Derek y después a los ojos de mi padre.

Papá miro a Derek.

-Supongo que si has cuidado bien de ella estos 4 días hoy también podrás hacerlo bien.- contestó papá en tono desafiante.
-No hay nada mas importante en mi vida que su hija, señor Jim.-  respondió seriamente mirándole.

Papá se acercó a mi y depositó un suave beso en mi frente, -Te quiero, hija.- dijo mientras se iba separando, le respondí con una media sonrisa diciendo te quiero. Unos segundos después se acercó hasta la puerta, miró hacia atrás echando un último vistazo a Derek y luego a mi. Acto seguido desapareció.
Derek y yo nos miramos.

-¿Puedo...?- no le deje terminar de hablar, agarre su camiseta y lo tire hacia mi, buscando sus labios. Se sorprendió, pero enseguida vio mis intenciones y se lanzó a mis labios, complaciéndome.
-Derek...- dije quejándome cuando se separó de mi.
-Nena, tenemos toda la vida por delante, tienes que descansar.- respondió separándose aún más y dándome un beso en la mano.
-¿Somos novios?- pregunté mirándole a los ojos, él se empezó a reír. -¿Que tiene tanta gracia?- le mire fulminantemente.
-¿Acabas de despertarte de un shock y preguntas si somos novios?- hablaba riéndose, no le veo la gracia.
-Si.- respondí seria.
-Me encantas.- respondió aún riéndose y dándome un pequeño beso en los labios.

Un ruido proveniente de fuera me hizo quitarle atención a Derek, me sobresalte, por algún motivo tenía miedo, miedo a que fuese Adam.

-Derek, quien hay ahí fuera...- dije con voz temblorosa.
-No te preocupes.- dijo dirigiéndose hacia la puerta, pero no le dio tiempo a llegar, una enfermera con una bandeja entró por la puerta.
-Traigo la cena cariño, te han quitado la sonda así que, aquí tienes, que aproveche.- dijo la enfermera depositando la bandeja en una pequeña mesa con ruedas y se fue.

Derek me acercó la mesa y la puso a mi altura para que no me levantara de la cama.

-Tienes que descansar así que lo mejor es que comas así.- dijo dándole a un botón haciendo que el respaldo de la cama se fuera incorporando.
-Gracias.- respondí amablemente.

Abrí la tapa que escondía lo que traía la bandeja. ¡Iugh, que asco! Ensalada de lentejas y de segundo arroz blanco cocido. ¿Ya está?
Derek vio mi cara de disgusto y se echo a reír.

-¿Quieres que pida algo?- preguntó riéndose.
-Por favor.- suplique con ojos de cordero.
-¿Hamburguesa, tú favorito, te apetece?- preguntó sonriente mientras desbloqueaba el móvil para empezar a pedir.
-¿Como sabes que la hamburguesa es mi comida favorita?- pregunté incrédula.
-De pequeños fuimos a celebrar uno de tus cumpleaños a una hamburguesería súper conocida y barata, te fascinaban, eras la niña más feliz del mundo, pediste que tu pastel fuera una hamburguesa gigante, pero te trajeron un pastel normal y te enfadaste, jamás se me olvidara.- respondió con una sonrisa perfecta.

Y en ese momento... un pequeño flashback llegó a mi mente.
Niños riendo, corriendo y cantando el cumpleaños feliz mientras una chica traía un pastel y otra muchos globos de colores para los niños, todos decían en coro "un deseo, un deseo, un deseo" y acto seguido las velas se apagaron haciendo que todos aplaudieran, un chico, vino corriendo para plantarme un beso en la mejilla.

No puede ser, un recuerdo.

-¿Que ocurre?- preguntó Derek frunciendo el ceño.
-Sabes que... mejor no pidas nada, quiero descansar.- dije un poco abrumada por el recuerdo.
-¿A pasado algo?- preguntó en tono preocupado.
-No, solo quiero descansar, ven.- dije apartando la mesa para tumbarme a un lado de la cama para dejarle un hueco y que pudiera tumbarse conmigo.
-Tranquila, el sofá no está nada mal.- dijo sonriéndome para complacerme. Como puede ser tan mono, ¿dónde está el chico borde y prepotente de hace ya un mes y medio?
-Necesito dormir contigo.- supliqué mirándole con ojos de pena.
-No me mires así... que no me puedo negar.- dijo sonriendo acercándose a la cama.

Derek se tumbó a mi lado, levante mi cabeza para que pasara su brazo por debajo y así poder estar pegada a él, mi cabeza se volvió a poner en su pecho y solo escuchando sus latidos ya me hacía cerrar los ojos como si fuera morfina para mi. Poco a poco mis párpados me pesaban cada vez más. -He echado de menos tenerte entre mis brazos, rubia.- hasta que caí en un profundo sueño.

-Vaya... vaya... así que sigue viva.-

VIDA NUEVA | COMPLETA ✔️Where stories live. Discover now