Capítulo 23

82 20 47
                                    

-¿Y bien?-
-Ha pasado 24h estable, su tensión a mejorado.-
-¿Porque no responde?-
-Descartamos que esté en coma.-
-Dios, menos mal.-
-A vivido una situación tan estresante que su cerebro a decidido bloquearse.-
-No entiendo nada.-
-Le explico, Dana, a raíz de caer en coma, cuando vive situaciones graves de estrés no lo procesa como nosotros, ella debe relajarse enseguida, si no su cerebro envía señales a las extremidades de su cuerpo y estas deciden apagarse.-
-¿Como la puedo ayudar?-
-Creemos que nos escucha, aún que no reaccione. Así que invítala a volver aquí, háblale de cómo está el día, de la noticia del día, de que está protegida, de que no tiene que tener miedo a volver...-
-¿Cuánto cree que puede estar así?
-Por el momento no se sabe, lo importante es que no necesita oxígeno, solo tiene conectada esta sonda que la alimenta y el suero que la mantiene hidratada.-
-Quiero que esté en las mejores manos, puedo pagar el dinero que haga falta.-
-No será necesario, ya está en las mejores manos. -

Volví a sentir esa calidez cuando me volvieron a agarrar la mano y empezaron a hacerme caricias, escuché una puerta abrirse o cerrarse...
Perdí la noción del tiempo.

-Dana, tienes que volver.-

-Tienes que volver aquí, conmigo.-

-Estas 24h sin ti son un puto infierno.-

-Eres mi puto chaleco salvavidas.-

-Dana, por favor.-

Derek... era el... poco a poco lograba entender de quién era la voz, era él. Siempre había sido él.

-Derek.-
-Hola Meg, Luis.-
-¿Como está? ¿Que han dicho?-
-Está estable, no está en coma, pero tiene un shock muy grave, no saben cuánto puede estar así...-
-Joder...-
-Hola, chicos.-
-Hola Helen, hola Max.-
-¿Alguna mejora?-
-No, por el momento todo sigue igual, lo importante es que no empeora.-
-Véte a casa Derek, duerme un poco y pégate una ducha, llevas aquí 24 horas.-
-Yo de aquí no me voy sin ella.-

NARRADO POR DEREK:

¿Por qué cojones la dejé sola? No paro de echarme la culpa, si hubiese estado a su lado ese malnacido no habría sido capaz de acercarse a ella, y ahora no estaríamos aquí.
Lo más probable es que estuviéramos en nuestra casa, en nuestra cama retorciéndonos de placer.

Las horas se me hacían eternas, los segundos parecías minutos, los minutos parecían horas... Dana seguía igual.

Después de 24 horas no mejoraba, pero lo importante es que no empeoraba.
Paso el día y llego la tarde, su familia vino a verla, su padre está al tanto de todo y está a la espera de poder coger el primer vuelo que salga hacia aquí.

Aún recuerdo cuando Meg, con 13 años me contó que su prima Dana, el amor de mi vida, había caído en coma por un accidente. Yo solo tenía 15 años cuando esa noticia se llevó parte de mi alma.
Solo por que un puto drogadicto decidió coger el coche y estamparse contra una familia, dejando a está echa pedazos de por vida...
En ese momento perdí el sentido a la vida, se me fueron las ganas de seguir viviendo, ¿como era posible destrozar a una familia tan unida?

Meg después de esa noticia empezó a juntarse con tipos extraños, muchos más grandes que nosotros, mentía a sus padres diciendo que pasaría la noche en casa de una amiga estudiando, se iba de fiesta y volvía con la billetera llena. Para Meg fue una de las peores épocas que vivió. Estaba destruida.
Por suerte no duró mucho, dos semanas estuvo Dana en coma y cuando despertó, Meg volvió a ser ella, aunque seguía juntándose con esos tipos mayores que nosotros.
Un día me contó que hacía, iba a la discoteca de las afueras, ahí unos tipos con mucho dinero se reunían para apostar y jugar con dinero, las chicas iban para subir las apuestas, ya que, quien se quedara sin dinero, su apuesta sería la chica.
Cuando me lo contó me volví loco, ¿es que acaso no veía lo peligroso que era todo eso?
Ella me convenció para ir y probar con el dinero que ella había ido ganando durante esas dos semanas, me negué.
Pero Dana llegó a mis pensamientos, en todas las promesas que nos juramos de pequeños, y vi la oportunidad de hacerlas reales.
Volví a tener algo por lo que vivir.

Al empezar tuvimos muy mala racha, pero en cuanto mejore jugando empecé a llevar a chicas, el dinero subía como la espuma con ellas, con 15 años ya tenía 100.000€ ahorrado, solo jugando un par de partidas buenas.
He de admitir que me enganche, el dinero era adictivo. Nunca era suficiente.
Y después me lleve la hostia.
La primera partida que perdí pujando a una chica fue cuando vi la realidad detrás de todo eso.
Esa chica no quiso saber de mí nunca más, los tipos con los que pasó las 24h os podéis imaginar todo lo que le hicieron.
Pero aún así, no pude parar, necesitaba todo el dinero posible para poder cumplir todas las promesas, y después de las promesas empecé a darme caprichos y descubrir mi pasión por las motos, así que siempre avisaba a las chicas de las consecuencias que podría acarrear venir conmigo y aún así muchas aceptaban, no me importaba lo que pasara con ellas, ellas sabían las consecuencias, y yo solo quería dinero.
Un día, el tipo con el que siempre iba Meg perdió. Y yo me volví loco. No podía dejar que se llevaran a Meg, no con tan solo 13 años. Así que empecé a pelearme a puñetazos con todos los que habían en la sala, a partir de ahí, pusieron a dos seguratas.
Ahí también me lleve una completa hostia de la realidad, fue la primera paliza que me dieron, un crío de 15 años pegándose con tipos de 25 o incluso 30... no tenía nada que hacer. Desgraciadamente no pude salvar a Meg, casi acabo en urgencias de la paliza que me lleve, los tipos no paraban de decir "las normas son las normas" mientras yo estaba tirado en el suelo y ellos seguían pegándome patadas en el estómago, vi como agarraban a Meg y se la llevaban de ahí, ella nunca quiso contarme nada de lo que le hicieron, a sus padres les mintió diciendo que volvería al día siguiente, que tenía muchos exámenes y estudiaba mejor en casa de una amiga. Aún no se como no dudaron en ningún momento de Meg.
Yo por otro lado, tengo pendiente vengarme de esos hijos de puta, juro que lo haré, tarde o temprano.
Después de la primera paliza me di cuenta que no podía jugar solo, que debía empezar a tener una imagen amenazadora, que tuvieran miedo al verme, ir al gimnasio, necesitaba tener un grupo, y poner una única norma, si es alguien del grupo quien gana la partida, se lleva el dinero pero no a la chica. Paso el tiempo y poco a poco fui haciendo contactos, me fui metiendo en líos a propósito para ir aprendiendo a pegar, a tener por fin esa imagen de tipo duro... fuimos obteniendo aliados y fuimos creando una banda.
No solo con las apuestas en este juego.
Y llego Luis, el segundo capitán. Gracias a él la banda se hizo real, Meg y Luis tuvieron muchísima complicidad desde el minuto uno, y cuando lo vi jugar por primera vez, supe que ganaríamos mucho dinero.
Respecto a Adam... es una larga historia.

Pasaron los años, éramos unos críos con dinero hasta las orejas, un ego subido, tanto que a los 18 empecé a comprar propiedades a mi nombre. Mi primer coche fue un 4x4 rojo. Y seguidamente fue el ático. Después logre ser inversor de uno de los mejores restaurantes de la zona y poco a poco iba ampliando mi pequeña colección de motor, entre coches y motos tendría unos 20 ahora mismo en el garaje. Después llegó el barco, fue un simple capricho, tenía dinero y nos gustaba ir con todo el grupo a celebrar fiestas así que, que mejor que tener uno propio.
Todo fue por ella, esas promesas eran lo único que me mantenían con vida.

¿Y para que? ¿Para que mierda sirve el dinero si esto ahora no lo puede arreglar? La quiero a ella de vuelta, conmigo.

Y ahí me quedé, otra vez a solas con ella, en esa habitación que se hacía demasiado grande para mi solo. Verla ahí tumbada me partía en dos, se veía tan indefensa, necesito escuchar su voz, necesito mirarla a los ojos y perderme en su mirada, necesito que me diga que está bien.
Juro que Adam lo pagara muy caro.

Y así, sin quitar mis ojos de ella... sin darme cuenta... volvió a pasar un día más...

VIDA NUEVA | COMPLETA ✔️Where stories live. Discover now