Capitulo 4

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Mi cara era todo un poema. ¿Es que a caso mi opinión importaba una mierda?

-No pienso pasar la noche contigo.- replique cruzada de brazos. Escuché su risa ya que estaba de espaldas a mi.

Se giró y nuestras miradas se cruzaron, me acerqué hasta la puerta. -Esto es estupido, voy a avisar a mis tíos que me dejen dormir en el sofá de su habitación..- Abrí la puerta pero en menos de un segundo la cerró apoyando su mano.

-Tus tíos llevarán horas durmiendo, ¿es que a caso no quieres dormir conmigo?- preguntó haciéndome girar sobre mi.
-¿Necesitas la respuesta? Entonces es verdad eso que dicen que los guapos son tontos.- maldecí dentro de mi, lo dije sin pensar y ahora sabe que me parece guapo. Escuché una baja risa. Capullo.
-Hay dos camas, rubia. Aunque la idea de juntarlas y dormir juntos es mucho más apetecible.- me sobresalte, seré estupida, claro que habían dos camas, no iba a dormir junto a mi prima.
-Ni en sueños.- me crucé de brazos y me dirigí hasta el baño.

Encendí la ducha dejando caer el agua para que se pusiera caliente, mientras tanto me acerqué a mis maletas y cogí ropa interior negra y una camiseta ancha y larga. Mientras me dirigía al baño logré escuchar a Derek -En mis sueños haríamos de todo menos dormir.- Me estremecí y me metí corriendo al baño, cerré la puerta y eché el pestillo. Este tío era capaz de entrar al baño mientras me duchaba.

Un rato después salí de la ducha, ya con el
pijama puesto salí del baño y pude ver que Derek había apagado todas las luces y estaba durmiendo en una de las camas. Gracias a dios no las a juntado, aunque seguro que lo a pensado. Me reí imaginando la situación.

Me tumbe en la cama vacía y cerré mis ojos al instante de lo agotada que estaba...

-Mamá... -dije entre sollozos soñando.
-Dana, arriba hay que bajar a desayunar.- me despertó una voz conocida, era Meg.

Me levante de golpe y miré dirección a la otra cama. -Se a ido hace un rato, él me a abierto la puerta.- comentó Meg sabiendo a quien buscaba.

Me desperecé estirándome, cogí unos shorts negros rotos y una camiseta de tirantes, me arregle un poco el pelo y me puse mis converse. Miré a Meg, ella iba guapísima para ir simplemente a desayunar, llevaba una falda entubada y un top rosa color barbie que resaltaba mucho con su pelo oscuro. -Vamos.- nos agarramos mutuamente del brazo y nos fuimos directas a desayunar.

Entrando al comedor ahí estaban todos, mi tío Max y mi tía Helen, me acerqué y les di un beso de buenos días. Estaba tan agradecida de que me dejaran estar con ellos este verano. Me giré y vi a Luis y Derek cogiendo cosas del buffet.

-Vamos, muero de hambre y si no como nada me pongo de muy mal humor.- me dijo Meg riéndose. Asentí mientras le sonreía.

Derek y Luis pasaron junto a nosotras mientras ellos iban directos a sentarse con mis tíos. No sin antes pararse Luis y plantarle un beso a Meg. Vomitivo. Miré a Derek, pero el siguió su camino, nuestras miradas no se cruzaron esta vez.

Cogí un par de cosas y nos reunimos con los demás, mis tíos preguntaron por cómo nos fue la noche y entre risas y anécdotas fue pasando la mañana. Acabemos de desayunar y fuimos todos a coger las cosas a las habitaciones.

-Vamos Dana.- insistía Meg abriendo la puerta, donde detrás de ella estaban los chicos. Siempre juntos.
-Ya acabo.- repliqué. -¿Que está haciendo?-escuché que decía Derek, si, ya reconocía su voz.

Estaba deshaciendo la cama, y dejando las sábanas y las toallas usadas en montones, dejé plásticos y cosas recogidas para que no tuviera que agacharse y hacerlo el personal de limpieza que le tocara nuestra habitación.

-Sabes que hay personal de limpieza, ¿verdad?- escuché una risa de fondo pero me daba igual, mi madre limpiaba hoteles y siempre tenía mucho dolor de espalda, si podía ahorrarle trabajo a alguien, lo haría.

Opté por ignorarlo y cuando acabe cogí mi bolso y las maletas. Mierda. Me dejo el móvil.
Volví corriendo a la habitación, ahí estaba encima de la mesita de noche. Mierda. No había llamado a mi padre para avisar de que todo iba bien.

Cuando me volví a acercar a ellos vi que Derek llevaba mis maletas, las que había dejado tiradas cuando salí a buscar el móvil.

-Vamos.- escuché a Meg y todos nos pusimos en marcha.

Estábamos entrando al parking y mi tía se acercó a mi. -¿Quieres venir con nosotros o quieres ir con Meg y los chicos? Tengo la sensación que vais a hacer buenas migas. -confesó mi tía. Dudé, dudé mucho, pero accedí a ir con los chicos y Meg.

Después de un rato de camino, Meg emocionada me grito que estábamos llegando. Miré por la ventanilla, el mar, siempre me a parecido precioso venir aquí, estás playas eran geniales y el ambiente también aunque siempre era muy pequeña para salir de fiesta, este año por fin puedo disfrutar de ese ambiente que tanto me llamaba la atención de pequeña. Llegamos a casa, no recordaba muy bien como era pero seguro que me vendrían recuerdos a medida que pasará el tiempo. Era una casa grande, con dos habitaciones para invitados.

-Nos vemos luego, chicas.- comentó Luis mientras Meg y yo bajábamos. Meg metió la cabeza por la ventanilla del copiloto y se despidieron con un beso. Mi mirada fue a Derek, no me había dirigido la palabra en todo el día pero había tenido pequeños detalles, llevarme las maletas, las cargó en su coche...

Entremos en la casa y todos los recuerdos vinieron a mi, miles de sensaciones se apoderaron de mi cuerpo y Meg lo notó, me abrazó y lo agradecí mucho. Me acompañaron a dejar las maletas a mi habitación y me dejaron sola para poder ir deshaciendo las maletas.

-Ponte cómoda, cielo. Y llama a tu padre.- me dijo tía Helen. Es verdad, mi padre.

Cogí el móvil de mi bolsillo y en menos de dos segundos ya estaba llamándole.

-Hola.- escuché a través del móvil la voz de la que tanto quise huir.
-Hola papa, ¿cómo estás?- pregunté sin estar segura si quería saber la respuesta.
-Ayer salí a tomar unas cervezas y la verdad que me a sentado muy bien, hija. Y tú, ¿que tal el viaje? Todo por ahí debe estar igual...- la voz se le iba apenando conforme iba acabando de hablar.
-Todo bien, el viaje, la familia, la casa... todo sigue igual.- menos nosotros, pensé...
-Me alegro y me alegro que me hayas llamado, me voy a vestir que tengo una entrevista de trabajo hija, te quiero.-comentó él.
-Vaya, papá. Me alegro mucho, suerte, te lo mereces, te quiero.- acabe la frase y colgué.

Mi padre a continuado su vida, yo era lo que le anclaba a no avanzar y al final saliendo de ahí, hemos podido empezar a avanzar los dos. Hemos conseguido empezar una vida nueva.

VIDA NUEVA | COMPLETA ✔️Where stories live. Discover now