Capítulo 2

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Me desperté a las 4 de la mañana, el vuelo salía a las 7:30 y quería ir con tiempo. Hacia muchos años que no iba a España y recordaba que el viaje era largo y agotador. Pensar que al llegar me estarían esperando me hacía feliz, verles de nuevo y tener un cachito de mi madre cerca otra vez.

Revise mis documentos, revisé las maletas, los neceseres. Creo que lo llevo todo. Busque entre la ropa que me deje ahí algo cómodo para ponerme. Opte por un leggin negro y un top color crema, me puse también una sudadera porque lo que si recordaba es que en los aviones hacía mucho frío, me puse mis converse y me maquillé muy sutilmente, mi pelo no me daba mucho trabajo, lo tenía ondulado y en media melena, me hice un semi recogido con un moño despeinado y lista. Cogí mi bolso y las maletas y abrí la puerta.

Vi a mi padre dormido en el sofá, quizá era mejor llamar a un taxi y así no despertarlo. Me choque con la maleta y mi padre abrió los ojos.

-¿Que hora es?- preguntó muy desubicado.
-Las 4:30 de la mañana y el vuelo sale a las 7:30, tenemos una hora de camino y nunca se sabe que puede pasar en la carretera...- comenté dudosa.- pero si quieres puedo llamar a un taxi y así sigues descansando. - Lo que menos me apetecía era discutir las últimas horas con mi padre, me apetecía estar bien con el.
-Ni hablar, te llevo yo, me pongo algo decente y salimos.- Asentí con la cabeza.

Salí fuera bajando las escaleras de la entrada yendo directa al coche a guardar las maletas. Mientras cargaba las maletas en el coche recordé que no había cogido nada de comer y que las cosas en los aeropuertos eran demasiado caras, así que volví dentro a coger alguna cosa rápida.

La cocina era estilo americana, cocina y salón juntos, solo lo separaba una enorme barra donde ahí desayunábamos los tres juntos tortitas, y desde que mamá se fue jamás volvió a ocurrir. Agarre un plátano y un par de paquetes de galletitas saladas y cuando me fui mire hacia el pasillo donde estaba mi habitación, estaba mi padre delante de la puerta de esta mirando hacia dentro.

-Papá.- dije en voz alta a lo que él se sobresaltó un poco.- perdona, no quería asustarte. Se giró y vino directo a mi.

Y sin darme cuenta abrió sus brazos y me cogió para abrazarme. Que cálido. Cuánto hacía que no sentía un abrazo de él, ni de nadie. Me entristecí sabiendo que lo dejaba solo y intuía que él también sabía que no iba a volver.

-Te quiero hija, aunque estos años hayan sido muy duros.- confesó él aún fundiéndonos en un abrazo. Yo le apreté más fuerte en respuesta.- Vamos, no quiero que pierdas ese vuelo.- Y nos fuimos directos al coche.

Una hora y media más tarde lleguemos al aeropuerto, había tráfico y di gracias a que mi madre me inculcara el ser precavida y salir con antelación. Bajemos del coche y agarre todas mis cosas, mi padre me acompañó hasta dentro. Mirando los paneles vi que ya ponía en que puerta de embarque salía mi avión. Acto seguido me giré hacia mi padre y lo vi... ¿llorando?

-Pero no llores papá, te estoy muy agradecida en que me hayas dejado ir a pasar el verano con la familia de la tía Helen.- dije acercándome a él, consolándolo.
-Tengo la sensación que no te voy a ver hasta dentro de mucho.- comentó entre lágrimas. Y me rompía ver a mi padre así, y dejarle solo en esa casa llena de recuerdos. Pero él tenía que seguir adelante y yo también.
-Eso nunca se sabe papá, pero te quiero.-intente consolarle lo mejor que pude ya que si que era cierto que no pensaba volver hasta dentro de mucho.

Y dicho esto se tiro a mí para darme un último abrazo y entre lágrimas escuché que decía "te quiero hija" y acto seguido se separó de mi. Le sonreí y me di la vuelta, no podía hacer como que no me dolía. Estos años han sido muy duros pero toca mirar adelante, estaré en contacto con el, y quizá en la distancia nos entendamos mejor.

Una vez pasada la barrera vi que él seguía ahí, cogí mis cosas y me despedí a lo lejos con la mano, acto seguido se giró y se fue. Se que esto le vendrá bien a él también, sin mí en casa saldrá para hacer vida social y quizá podría llegar a pasar pagina, y volver a ser feliz.

Una vez en el avión las horas pasaban lentas, con alguna que otra turbulencia y algún llanto de algún bebé que iba a bordo. Pero en general estaba siendo un viaje tranquilo, largo, pero tranquilo.

Pasadas muchas horas llegamos al destino, Barcelona. Eran las seis de la tarde y al ser verano aún hacía un sol espectacular me recordaba los veranos que íbamos en familia para pasar unas semanas junto a ellos. Recogí mis maletas y me dispuse a salir donde te espera la gente.

No me lo podía creer, mi familia había venido con carteles que ponían mi nombre Dana Helson y Bienvenida. Los iba a matar. Ellos al verme sonrieron. Y yo fui corriendo donde estaba mi tía a tirarme sobre ella.

No recordaba lo que se parecía a mamá, no eran gemelas ni nada por el estilo, se llevaban solo un par de años pero se parecían muchísimos y no pude contenerme y abrazarla más fuerte. A lo que ella reaccionó igual, me apretó entre sus brazos. Me dispuse a saludar y abrazar a todos pero ahí habían un par de personas de más que no conocía de nada.

-Te presento a Luis, mi novio.- contestó mi prima Meg acercándose con él y tendiéndome la mano.
-Encantada.- contesté con una sonrisa tímida y mis ojos se desviaron al chico moreno, alto, algo fuerte y una cabeza más alto que yo. - ¿Y tú eres?
-Derek, soy amigo de Luis y Megan.- contestó acercándose a mi y dándome dos besos.
-Bien, echas las presentaciones ¿Que te parece si te vas con Meg y los chicos y te enseñan la ciudad?- preguntó mi tía sonriendo, mire hacia las maletas y no quería estar por ahí lo que quedaba de día con las maletas arrastrando.- Las maletas las llevamos al hotel, recuerda que nosotros no vivimos aquí, pasaremos solo la noche y mañana nos iremos a casa.- sonreí y asentí con la cabeza.

Estaba muy cansada pero como mañana no íbamos a poder ver la ciudad no iba a decir que no. Quiero ver todos los sitios posibles y ver qué probabilidades hay de poder quedarme aquí a vivir.

Me monte en el coche y vi que el que conducía era Derek, me senté detrás de él y Luis de copiloto a lo que Meg se sentó detrás de él. En lo que nos dirigíamos a la ciudad vi que Derek me miraba por el espejo retrovisor y me inquietaba pero no le daba importancia. Un rato después pararon el coche y se bajaron de el, yo les imité. Mi español era muy básico mi madre me había criado hablando español así que me defendía bien. Nos sentamos en la terraza de algún bar y Luis y Meg se levantaron en un momento diciendo que ahora volvían.

-Se han ido a dar el lote, para que no estemos incómodos.- confesó Derek. Giré los ojos y no pude evitar pensar en lo tonta que se vuelve la gente cuanto se echa un novio.

VIDA NUEVA | COMPLETA ✔️Where stories live. Discover now