Capítulo 1

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-Ya no te soporto más, me largo de aquí.- Grité mientras me dirija a mi habitación.
-Sin mi no eres nada, Dana.- contestó detrás de mi la voz masculina que escuchaba día y noche.

-Sin ti, lo soy todo papá.- confesé para mis adentros y dejándole con la puerta cerrada en la cara. Me largaba de ahí, tenía que hacerlo. Me dispuse a coger mis maletas y empezar a meter ropa en ella.

¿Donde voy a ir? Me quedan dos semanas para cumplir los 18 así que no tengo muchas opciones, tengo dinero ahorrado que me daría para aguantar unos días en algún motel de carretera barato pero yo necesitaba un cambio drástico donde nadie me conociera y empezar de cero.
Desde que mi madre murió hace 3 años mi padre no levantaba cabeza y me estaba hundiendo con él sin darse cuenta, yo no quería esto para mi vida. Necesitaba salir, ser de nuevo yo. Al acordarme de mi madre me acordé de mi tía Helen, que vivía al otro lado del charco, en España.

-España...- dije en voz baja.

Quizá podría pasar ahí el verano y como ya sería mayor de edad podría trabajar y buscarme algo por allí y tener una vida nueva. No sonaba mal, ahora faltaba que mi tía Helen quisiera acogerme para pasar el verano aunque no creo que haya problema. Antes de que mamá muriera éramos todos como carne y uña, lejos pero cerca, era como el ancla de la familia nos mantenía unidos a todos.

Un escalofrío me recorrió el cuerpo al pensar en mamá, y en cuanto la echaba de menos y todo lo que había cambiado mi vida desde que ella no estaba.

Decidida saque el móvil del bolsillo trasero de mi pantalón, abrí la agenda y segundos después ya estaba dando tono...

-¿Hola?- contestó una voz dulce que reconocía a la perfección y se parecía mucho a la de mi madre.
-Hola tía Helen.- contesté nerviosa.
-¿Ocurre algo Dana?- preguntó ella.
-Necesito irme de aquí tía Helen, no lo puedo soportar más.- confesé apenada. La relación con mi padre siempre a sido buena pero ahora se a vuelto obsesivo conmigo, teme que me pase algo y no deja que despliegue mis alas, al contrario que mamá, que me dejaba ser un alma libre y disfrutar lo que me tocaba con la edad que me correspondía.
-Dana, aún no tienes 18 años. No puedes irte de casa, dime ¿como te puedo ayudar?- contestó preocupada.
-Tia Helen, déjame pasar el verano allí con vosotros, con mi prima Meg, me merezco ser y disfrutar una vida de 17 años.- confesé y escuché de fondo a mi prima Meg aunque no lo suficiente para entenderla.
-Eso suena genial. Llamaré a tu padre para convencerle, sabes que en eso soy la mejor. Ves haciendo las maletas cuando sepa algo te llamo, cielo.- contestó y la noté muy alegre. Y eso me hacía estar feliz.
-Eres la mejor.- contesté sonriendo felizmente.
-Losé, vais a pasarlo genial este verano, adiós cielo.- Y sin mirar atrás colgó y segundos después a lo lejos escuché la melodía de llamada que provenía del teléfono de mi padre.

Ya tenía las maletas medio echas, no quería regresar pero tampoco quería que se dieran cuenta de ello así que cogí muchas cosas pero también dejé muchas otras. Horas después noté que mi móvil vibraba. Un mensaje.

Tía Helen:
Hola cariño, perdona que te envíe un mensaje con el trabajo no tengo tiempo de mucho. Haz las maletas. Mañana sale un vuelo. Te he comprado el billete y te lo he enviado a tu correo, mira bien todo para no perderlo, estaremos esperándote. Te queremos.

Grité y algo en mí pareció volver a surgir. Las ganas de vivir.

Con las dos maletas echas y mi habitación medio vacía me estiré en la cama. Creo que debería salir a cenar y darle las gracias a mi padre por dejarme ir pero acabaríamos como siempre, discutiendo por alguna tontería. Así que mejor dejarlo para mañana.

VIDA NUEVA | COMPLETA ✔️Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum