Capítulo 3

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Derek hizo una pequeña carcajada reaccionando cuando giré los ojos. Lo miré.

-¿Y tú, no tienes novia?- pregunté para tener conversación aunque no sé muy bien porque le pregunté eso. Él sonrió.
-Yo no tengo de eso.- me reí.
-Vaya, qué bonito calificativo "de eso".- me volví a reír mientras lo decía. Me fulminó con la mirada. Escuché pasos detrás de mí, eran Meg y su novio, venían riéndose y muy contentos.
-¿Habéis echo buenas migas?-preguntó Meg. Me reí ante aquella pregunta. -Véte haciendo a la idea prima, si quieres pasar el verano conmigo yo voy a estar pegada a ellos todo el día. Son muy divertidos cuando los conoces.- comentó ella sonriente. Suspiré, no me imaginaba que el verano con mi prima iba a ser rodeada de dos toros españoles acompañándolos a todos lados.

La tarde seguía su curso y me enseñaron sitios de la ciudad, aunque no me acababa de gustar, mucha gente, mucho ruido, no estoy acostumbrada a eso. No recordaba muy bien cómo era donde ellos vivían y deseaba que fuera algo más tranquilo. Acabaron pasando las horas y llego la noche.

-Mis padres ya están en el hotel y ya han cenado, dicen que hagamos nuestros planes como queramos.- comentó Meg apartando la vista del móvil dejando de leer el mensaje que le mando su madre.
-He visto en un cartel que hay fiesta esta noche en un hotel. Podemos ir a ver qué tal está el ambiente.- comentó Luis y yo asentí sonriendo. Me encantaban las fiestas, bailar no se me daba nada mal aunque la ropa que llevaba no era de ir a una fiesta.
-No creo que la ropa que lleve sea adecuada, vosotros vais guapísimos y yo solo voy cómoda por el viaje.- confesé mirándoles de arriba abajo.
-Esos leggins te marcan un culo que cualquiera se quedara embobado en la fiesta, rubia. - contestó Derek y no pude evitar sonrojarme. Le miré. -Me llamo Dana.- le dije acercándome a él, desafiándolo. Él sonrió al ver mi reacción.
-Venga chicos, ya ligareis esta noche en la fiesta.- comentó Meg para apaciguar las aguas.

Este tío era un auténtico imbecil, era el prototipo de chico del que huía. Chulo y altivo. Luis parecía todo lo contrario, no entiendo como pueden ser amigos de ese ser. No me apartaba la mirada y evidentemente yo sé la mantenía.

Cenamos algo rápido, un par de tapas en un bar de por ahí y nos pusimos rumbo a la fiesta. Entramos al hotel donde se organizaba, había muchísima gente, todos bailaban y parecían pasárselo bien.

-Vamos a la barra.- Mi prima gritó para que la escuchara. La música nos envolvía y era difícil mantener cualquier conversación con alguien. Me agarro del brazo y tiró de mí dirección la barra. -Ponme dos mojitos de fresa, porfavor.- escuché que le decía al camarero. Él nos miró de arriba a abajo, y nos hizo la pregunta que no quería escuchar-¿DNI o cualquier tipo de identificación?-

Mi prima y yo nos miramos, ella le sonrió al camarero pero no surtió efecto. Una mano detrás de mi pasó por delante mientras escuchaba que le decía una voz conocida -No creo que haga falta, ¿verdad crack? Pago yo.- y acto seguido el camarero accedió cogiendo el dinero y empezó a prepararnos las bebidas. Me giré, aunque llevase con ellos muy pocas horas esa voz ya me era reconocida. Derek. Al haberme girado eso hizo que me quedara atrapada entre sus brazos ya que los tenía apoyados en la barra alrededor mío.

-Puedes dejar de comportarte como un imbecil y tratar a las personas bien. No soporto a la gente altiva.- le dije mirándole a los ojos, el me mantenía la mirada.
-Si no fuera por mi, ahora mismo estarías bebiendo agua, ¿esas son tus formas de agradecérmelo, rubia?- rodé los ojos y intente quitar uno de sus brazos para salir de ahí.

Estaba demasiado fuerte, en uno de mis intentos para quitarle uno de sus brazos y salir de ahí pude tocar uno de sus músculos tensándose a mi contacto. Tenía la piel suave, caliente, y para qué mentirnos ese contacto y que estuviera tan pegado a mi me hacía estremecerme.

-Ay, rubia.-exclamó él.- Te voy a tener que enseñar modales. Se dice gracias, y a continuación me das un beso.- le miré y me reí en su cara.
-Estás loco, yo jamás te besaría.- le contesté riéndome, parece que a él eso no le había echo gracia. Se tensó, lo noté porque aún me tenía rodeada.- Déjame irme y tendrás la suerte de no irte con una patada en las pelotas.-me miró con mirada desafiante, sus ojos marrones no dejaban de penetrarme, le mantenía la mirada y acto seguido se hizo a un lado mordiéndose el labio.

Sabía que estaba aguantando las ganas de responderme pero pasé completamente de él, cogí a Meg del brazo y la lancé conmigo en medio de la pista.

La noche pasaba y nosotras no parábamos de bailar, de vez en cuando Meg se iba con Luis y se liaban muy apasionadamente y yo me quedaba sola bailando, eso hacía que muchos toros se tiraran sobre mí aunque no les hacía caso a ninguno. Estaba bailando sola, con gente alrededor que no conocía de nada y mis ojos se posaron a lo lejos en un chico que parecía no quitarme los ojos de encima. Ya sabéis quién era. Derek.

Le guiñe un ojo y acto seguido agarre del cuello al primer chico que estaba cerca y le planté un beso, mientras nos estábamos besando abrí un ojo para ver dónde estaba Derek y cuál era su reacción. No estaba.
Aparte a aquel chico de mi lado molesta, ¿por que? De alguna forma u otra me molestaba no haber visto la reacción o saber si nos había visto besarnos. A los pocos segundos siento unas manos grandes cogiéndome de la cintura, me giré rápidamente con la mano alzada para abofetearlo. Derek.

-¿Que intentas, rubia?- dijo acercándose a mi oído, acto seguido procedió a morderme la oreja. No pude evitar soltar un suspiro y noté que me apretaba contra él aún más fuerte.
-¿Que crees que intento?- contesté subiendo mis manos y cogiéndole del cuello. Gruño cuando le estire de los pelos de la nuca.
-Llevas toda la noche bailando con todos, y no sabes como me estás poniendo.- su respuesta hizo que mi piel reaccionara. -Mueves el culo como una diosa, no se si ya te lo habrán dicho antes.- continuó diciendo. Sonreí y él me apretó aún más contra él, tanto que casi ni el aire podía traspasarnos.
-Aléjate de mi.- contesté con una sonrisa muy pícara. Pude ver su cara de confusión y sus manos resbalaron y se soltaron de mi, acto seguido se fue.

Y yo me quede embobada mirando como se iba, se lo había dicho yo pero algo dentro de mí quería que se pusiera chulo y me vacilara quedándose conmigo.

Acabó la noche y ya no podía más, me bebí alguna que otra copa más, gracias a nuestros amigos Derek y Luis que eran mayores de edad pero no sabía exactamente la edad. Fuimos caminando a nuestro hotel que no estaba muy lejos.

-Los chicos tienen su habitación y nosotras la nuestra, estamos puerta con puerta y al final del pasillo están mis padres. - me explicó Meg saliendo del ascensor.

Nos dirigimos hacia una puerta y empezaron a besarse en modo despedida, como si no fueran a verse en un par de horas. Le cogí la tarjeta de la mano y la pase por la puerta, esta se puso de color verde y abrí. Ahí estaban mis maletas así que era nuestra habitación. Pude escuchar que Luis le decía algo a Meg entre beso y beso. -Es una pena que tengamos que estar separados, sabes que te haría de todo.- alcancé a escuchar y vi como Meg se giraba y me ponía ojos de niña buena. No me lo puedo creer.

-¿Te importa si se queda aquí Derek? Es solo una noche, no siempre podemos estar a solas Luis y yo.- me pregunto Meg con cara de cachorro.
-Meg...- no pude terminar de hablar, un cuerpo ancho y grande traspaso la puerta.
-Yo cuido de tu prima, Meg.- dijo Derek, sin darme derecho a decidir ya que esté cerró la puerta nada más acabar la frase mientras nos quedábamos solos en esa habitación.

VIDA NUEVA | COMPLETA ✔️Where stories live. Discover now