Capítulo 17

76 23 25
                                    

Estaba cansada, solo quería llegar a algún sitio donde me sintiese segura. Quería estar con alguien que me protegiera. Rodee la moto rápidamente sin hacer caso al tipo que se me cruzo con ella, llevaba puesto un casco así que no podía ver quien era.

-Hey, rubia, súbete que te llevo al centro.- gritó desde la moto.
-No, gracias. He encontrado otro camino.-contesté borde sin quitar los ojos hacia dónde me dirigía. La discoteca no estaba tan lejos, ¿o si? Joder, estoy jodidamente perdida.
-Venga, no te hagas la estrecha.- dijo volviendo a poner la moto en marcho y volviendo a estar a mi altura, este estiró su brazo, en su mano había un casco, me lo estaba ofreciendo.
-¡Que te largues, joder!- grité enfurecida.

Un sonido estridente de un motor de delante me hizo pararme en seco unos segundos. Alguien se dirigía hacia mí a gran velocidad, incluso se le oía derrapar. Estoy completamente jodida.
Las luces del coche que se acercaba me deslumbraban, no era capaz de ver quien era. Seguí caminando sin hacer caso al del coche ni al de la moto, pero este último siguió persiguiéndome. El coche se paró. Cuando pase el coche dejándolo atrás escuché como el ruido del motor iba dejando de hacer ruido, lo había apagado. No puede ser real. No podía salir corriendo con esos tacones y no quería pararme demasiado rato.

-Joder, ¿es que acaso estás sordo? ¡Que te largues!- grite desesperada. Escuché la puerta del coche cerrarse de un portazo, mierda, ahora venía el otro tipo.
Escuché unos pasos detrás mía eso me hizo acelerar tanto el paso que casi iba corriendo.
El de la moto aún me seguía, pitó. -Venga, sube rubia nos vamos a divertir mucho juntos.- gritó. Me entraron ganas de vomitar solo de imaginar como es su forma de divertirse con una tía. Escuché los pasos de atrás acelerar el paso, no podía más, los pies me iban a reventar. Me pare en seco y quise arrancarme los tacones lo más rápido posible para así poder caminar o salir corriendo. Levante un pie para desabrochar los tacones, joder esto se me estaba dando fatal, estaba tan temblorosa que no era capaz de desabrocharlo, arranque la tira que sujetaba mi tobillo al zapato de tacón, me daban igual, eran solo unos tacones mas. Repetí el mismo proceso con el otro zapato. Continúe caminando.
El tipo de la moto seguía insistiendo y pitando. La persona de atrás simplemente parecía no estar, si no fuera por el sonido que esté hacia al caminar en aquella oscura noche silenciosa.

-Vamos rubia, ya me has hartado.- gritó el de la moto volviendo a cruzarse en medio de mi camino, esta vez ocupo todo lo ancho de la zona peatonal, no podía rodearlo, escuché los pasos de atrás acelerar. La discoteca no estaba tan lejos, estoy segura de eso. El tipo se bajo de la moto quitándose el casco. No tenía ni idea de quién era, creo que no lo había visto nunca. -Si no quieres venir a divertirte conmigo, lo haré yo contigo.- amenazó. Estaba preparada para volver a dar mi temida patada de entrepiernas, una voz conocida detrás de mi me hizo bajar la guardia.

-Que te largues trozo de mierda.- gritó una voz masculina. No me giré, no quería quitarle el ojo de encima a ese tipo, no me fiaba nada de él.

Este se subió corriendo a la moto cuando miró hacia atrás y pudo ver quien se hallaba. Salió tan rápido que no se puso ni el casco. Vale, Dana, calma. Si el motorista le tiene miedo... yo...

-¿Vas a dejar de meterte en problemas?- escuché, esa voz... esa voz yo la conocía. Sentí como me agarraba del brazo, me giró obligándome a mirarle.
-Derek...- susurre.
-Lo siento.- susurró. Sus manos subieron a mis mejillas y con su dedo pulgar empezó a acariciarlas. Nos mirábamos fijamente a los ojos.
-Me has mentido, Derek.- respondí, cada una de esas palabras me dolía.
-Nunca a sido mi intención, jamás quise meterte en esto, créeme.- respondió.
-¿Y mi prima Meg? Para ti era una hermana pequeña, yo jamás metería a una persona que quiero en ese mundo.- seguí reprochando.
-Meg fue la que me metió a mi en este mundo.- se sincero. Me quede helada, ¿Meg?. -Éramos unos críos, Meg era muy social y estaba pasando una muy mala época, se junto con unos tipos mayores y acabamos metiéndonos en este mundo, yo descubrí que era bueno, y si llevaba a chicas las apuestas subían. Solo me interesaba el dinero.- confesó
-Todo esto es demasiado.- respondí agachando la cabeza.
-Te juro que lo dejo, no te quiero perder, no otra vez.- susurro levantando mi cabeza. Nos mirábamos fijamente.
-Llévame a casa de mis tíos, por favor.- respondí apenada.

Sus manos se fueron deslizando poco a poco hasta caer completamente. En su rostro podía apreciar tristeza. Pero estaba decepcionada, necesitaba aclarar mi cabeza y asimilar todo esto. Noté que su cabeza iba acercándose a la mía, sentí sus labios en mi frente, me estaba dando un cálido beso. Cerré los ojos. ¿Porque estaba siendo todo tan difícil?
Derek se dirigió al coche por el lado del copiloto, abrió la puerta, se quedó mirando esperando una reacción. -Vamos, rubia, estamos en zona peligrosa.- dijo rompiendo el silencio. Ante sus palabras mi reacción fue correr hacia el asiento, no le dio tiempo a cerrar a él la puerta ya que en cuanto entre la cerré corriendo. Derek rodeó el coche y se sentó a mi lado, encendió el coche y se puso rumbo a mi destino.

En todo el viaje se le veía pensativo, me alegré cuando por fin empecé a reconocer las calles. Mi cabeza iba a explotar de tantas cosas que había vivido hoy. Sentí como frenaba el coche, miré a través de la ventana de Derek, ya habíamos llegado. Había un silencio incómodo, desde que lo conocí jamás me había sentido tan incomoda.

-¿Puedo hacer algo para que me des una oportunidad?- preguntó cabizbajo.
-Dame tiempo.- respondí sincera.
-No puedo volver a perderte, rubia.- confesó girando su cabeza mirándome.
-Nunca me has tenido.- respondí, de mi solo salían palabras ofensivas, estaba enfadada, decepcionada...

Y tras esas palabras abrí la puerta saliendo del coche. Estaba triste. Me sentía triste por estar así con Derek, por verlo jodido por yo también estar jodida. Rodee el coche y me dispuse a entrar a la casa de mis tíos. Mierda. No tenía llaves. Derek aún seguía ahí, no escuchaba el coche arrancar. Me giré, me estaba mirando con el ceño fruncido. Rebusque en mi bolso y encontré unas llaves cualquiera, las saque a modo victoria y me despedí sutilmente con la mano. Él sonrió y puso su coche en marcha. Segundos después ya había desaparecido de mi vista.
Genial ¿y ahora como entro?

Caí en la cuenta de que mi habitación tenía un fácil acceso desde el jardín. Todas las luces estaban apagadas, mis tíos estarían durmiendo, debía ser muy silenciosa si no quería que se llevarán un buen susto. Cruce el jardín, ahí estaba mi balcón, la última vez que estuve me dejé las puertas abiertas, ojalá sigan así.

Empecé a buscar maneras de subir, vi la tubería de la que hablaba Derek cuando aquel día intentaba trazar un plan para colarse en mi balcón, sonreí al recordar ese momento. Entonces me fui agarrando a los salientes de la tubería, estaba muy cerca de conseguirlo.
-Ajá- grite victoriosa cuando por fin pude llegar al balcón. Mierda, silencio Dana, la emoción. Llegue a la puerta y tire de ella. -Bien, está abierta.- pensé.
Estaba tan cansada, deseaba que el día se acabara ya. Vi la cama y sin pensármelo dos veces me tiré sobre esta.
Mi móvil vibro, estaría avisando de que lo debía poner a cargar. Lo desbloqueo y miro la pantalla.

Derek:
-Soy un completo inútil. Buenas noches, rubia. -

Y mi móvil se apagó completamente.
¿Desde cuando Derek tenía mi número y yo el suyo? Entonces mis ojos se empezaron a cerrar lentamente de tanto agotamiento, y así caí en un sueño, profundamente dormida...

VIDA NUEVA | COMPLETA ✔️Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα