Capítulo 11

106 37 18
                                    


Mientras llegaba al último escalón se escuchaban ruidos fuertes, como si algo cayera contra el suelo provocando un fuerte impacto. Me giré llegando a la habitación y dejando atrás el último escalón y ahí vi a Derek, mis ojos bajaron hasta sus manos. Las tenía vendadas y tenía pesas en ellas. Tenía un arsenal de pesas y artilugios que nunca había visto, desplegados por todo el suelo de la habitación. Había suficiente espacio para que tuviera todo ese arsenal y aún sobraba habitación, no se dio cuenta de mi presencia, así que por qué no jugar un poco con él.

Me acerqué lentamente, lo justo para que no se percatara que ahí estaba yo. Estaba mirando hacia el mar, así que estaba de espaldas a mi. Estaba cerca de él, di un par de pasos más, y sin saber muy bien que hacer, empecé a acaricias su espalda, esta estaba cubierta por una fina camiseta, mi mano siguió acariciando dirección su brazo derecho el cual estaba levantando con la pesa. Noté su reacción al instante, bajo de golpe su brazo y noté todos sus músculos tensarse. Giró la cabeza y nuestras miradas chocaron.

-¿Que haces?- preguntó con una voz grave y ronca jadeante. Me fijé en su rostro, caían gotas de sudor por su frente, tenía el pelo un poco húmedo, supuse de la sudor. Iba en camiseta de tirantes que enmarcaban sus brazos. Parecía un dios griego. No supe que responder simplemente me quedé callada mirándole a los ojos. El se agachó para dejar la pesa haciendo el mínimo ruido posible, y giró su cuerpo completo para quedarse frente a mi. -¿Ocurre algo?- siguió preguntando consiguiendo calmar su respiración de tanto ejercicio. Dana, espabila, responde.
-Derek.-respondí. ¿Pero que haces Dana? ¡Cuéntale lo de tía Helen! En ese momento Derek me agarró de la cadera, haciendo que nuestros cuerpos quedaran pegados.
-Como me gusta escuchar mi nombre saliendo de tus labios.- contestó acercando su rostro peligrosamente.
-Quería decirte... que...- intenté articular palabra, pero Derek fue más rápido, fue directo a mi oreja a mi lóbulo derecho y lo mordió. Solté un suspiro de placer. Derek me apretó más fuerte contra el.
-No sabes las ganas que tengo de ti.- siguió diciendo, esta vez fue bajando sus labios hasta acabar en mi cuello. Ahí empezó a besarlo.
-Der...-intente hablar, pero lo que estaba sintiendo no me dejaba soltar ninguna palabra.
-Estoy deseando que llegue el momento en el que me pidas que te folle.-contestó Derek, se estaba desplazando lentamente dando pequeños besos mientras se movía, ahora iba recorriendo mi mejilla, yo estaba en las nubes. Mi respiración estaba empezando a acelerarse. Cerré los ojos, estaba muy cerca de mis labios. Sentí como depositaba un cálido y húmedo beso cerca de la comisura de mis labios.
-Derek...-dije jadeante. Se acercó de nuevo a mi oreja.
-Has visto rubia, yo también sé jugar.-dijo en un susurro. Cretino. Lo empuje con mis manos, esto hizo que diera un pequeño paso hacia atrás.
-Me a encantado dormir contigo, rubia.-dijo riendo.
-Me a llamado mi tía.- contesté intentando calmar mi respiración y no seguirle el juego. Eso fue lo primero que me vino a la cabeza. Derek frunció el ceño.
-¿Que te a dicho?- preguntó algo preocupado haciendo que desapareciera la sonrisa de su rostro .
-Que nos podemos quedar a pasar el verano en tu casa si tú estás de acuerdo.- le mire fijamente. Vi como una de sus gotas de sudor empezó a resbalar por su mejilla. Él abrió los ojos sorprendiéndose. -Solo si tú estás de acuerdo, no te sientas obligado a decir que si.- continúe diciendo para no presionarlo.
-¿Estas de broma, rubia? Eso es maravilloso. Tenerte en mi casa y a mi lado todo el día, en la cama durmiendo con mi camiseta, sin nada más.-dijo con su voz grave y ronca. Se volvía a acercar lentamente a mi, pero di un paso atrás, ya has jugado demasiado por hoy Derek. Al ver mi reacción se volvió a separar y fue dirigiéndose a la escalera, en un par de zancadas llegó a estas y sin intenciones de bajarla empezó a gritar:

-Tortolitos, la madre de Megan a dado el visto bueno para que las chicas pasen los tres meses de verano aquí.- gritó tan fuerte que hasta los vecinos de abajo creo que lo debieron de escuchar. Empecé a escuchar pasos correr provenientes de abajo y de golpe subiendo por las escaleras.

-¿Como sabes eso? No a hablado conmigo.- respondió Meg jadeante por el sprint que habían dado. Giró su cabeza y me vio ahí plantada, en medio de la habitación.
-Pero si a hablado conmigo.- dije sonriente acercándome a ellos.
-No me lo puedo creer.- comentó Luis abalanzándose sobre su novia y plantándole un beso. Derek giró sobre si dándoles privacidad volviendo hacia mi.

Mientras iba dando pasos acercándose cada vez más mis ojos le miraron de arriba a bajo, tenía mojada la camiseta de tirantes por el sudor eso hacía que se le marcaran los abdominales, mis ojos siguieron bajando, llevaba un pantalón de sport negro, le quedaba algo apretado de la parte de los muslos por los músculos tonificados que tenía. Como dije antes, menudo dios griego. Paró justo delante mío.

-Supongo que pasando todo el día juntos, ahora si podré volver a conocerte bien.- dije mirándole a los ojos.
-¿Estas preparada para enamorarte de mi?- respondió en voz baja que solo fui capaz de escucharlo yo.
-Sí.-contesté sin apartar mi mirada de la suya. Se le escapó una pequeña sonrisa. Lo vi acercar su cara poco a poco a la mía, Dios, me va a besar. Acto seguido noté como unos labios delicados, suaves, dejaban un cálido beso en mi mejilla. Suspiré. Creía que me iba a dar un beso en la boca. Creo que no me habría apartado.
-Te invito a cenar esta noche, ¿te apetece?- asentí tímidamente, pero recordé que aquí no tenía nada.
-Tengo que ir a casa de mis tíos a coger algo de ropa.-respondí
-Algo de ropa.- repitió riéndose.- Vas a cogerlo todo y te lo vas a traer aquí. Hay que llenar ese vestidor.- dijo con esa voz ronca que era imposible negarse.

Nos pusimos rumbo a casa de mis tíos. Para eso tuvimos primero que ir al ascensor, detrás venían Luis y Meg.

-¿El coche lo tienes en el parquing, Derek?-preguntó Luis.
-Sí.-respondió él. Derek se giró hacia él y vi que compartían una mirada rara. No entiendo nada. Que más dará dónde tenga el coche.

El sonido de las puertas del ascensor me hizo volver a la realidad, entramos todos y miré hacia los botones del ascensor por curiosidad. Todos tenían botón para pulsar menos en una de las plantas subterráneas, esta tenía la rendija para meter una pequeña llave y así activarse para bajar a esa planta. Segundos más tardes vi como Derek rebuscaba entre sus llaves de casa, eligió una pequeña y dicho esto se dispuso a introducirla en esa rendija. Vaya, ahora si que estoy sorprendida. Unos segundos más tardes las puertas se abrieron dejándome ver qué contenía esa planta.

-¿Que es esto?- dije sorprendida y a la vez asustada. Ante mi habían varios coches de gama alta, audi, rang rover.... diferentes modelos que ni conocía y de diferentes colores, también varias motos de diferentes modelos que ni conozco.
-Esta es mi pequeña colección.- dijo Derek sonriendo.
-¿Pe... pequeña?- respondí anonadada, me estaba empezando a asustar todo esto.
-Venga Dana, elige tú el coche para conducir hoy.- dijo Luis riendo. Mis ojos no paraban de mirar a todos lados, no me podía creer nada de lo que estaba viendo. Aquí pasa algo.
-¿Como te puedes permitir todo esto?- respondí dirigiéndome a Derek. Pareció no importarle la pregunta y siguió caminando. Este tío me está vacilando.
-Dana, no pasa nada. Tiene dinero y lo gasta en lo que le gusta, no hay de que preocuparse.- respondió Meg. No me convenció. Iba a llegar hasta el final de todo este asunto.
-Si no me queréis contar nada lo voy a descubrir yo sola.-respondí enfureciéndome. Aquí todos sabían lo que pasaba menos yo, pero tarde o temprano lo iba a descubrir.

Derek se dirigió a un 4x4 rojo, muy bonito y elegante, parecía el coche de mis sueños, agarró las llaves que estaban colgadas en la pared donde estaba aparcado y lo abrió.

-Siéntate detrás conmigo cariño, ¡porfa!- suplicó Meg a Luis.
-No.- intervení antes de que él pudiese decir nada. No me iba a sentar delante, al lado de la persona que me está ocultando cosas. Fui directa al asiento de atrás y corriendo me senté en el para que así Luis no lo hiciera.

Y tanto... y tanto que iba a llegar hasta el final de todo esto.

VIDA NUEVA | COMPLETA ✔️Kde žijí příběhy. Začni objevovat