Capítulo 26

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En mitad de la noche, Derek se volvió al sofá, ya que estábamos muy incómodos, la cama se nos hacía muy pequeña.
De repente en mis sueños escuché una voz... sentía como que alguien me miraba fijamente, no podía estar tranquila...

-Dana, despierta, tienes que abrir los ojos.- una voz suave hablaba... era como... la voz de mamá.
-DANA ABRE LOS OJOS, ¡AHORA!-

Los abrí de golpe, la habitación estaba completamente a oscuras, excepto una pequeña luz que entraba por la ventana gracias a una farola de la calle, era muy tarde, no se escuchaban ruidos por el pasillo. Miraba hacia dónde estaba la puerta, pero al estar tan a oscuras ni la puerta era capaz de distinguir...

-Dana...- escuché un susurro. ¿Me estoy volviendo loca?
-Derek, tú no tiene gracia...- respondí con voz entrecortada.
-Vas a desear no haberme conocido...- susurró esa voz lejana cada vez más cerca.

Y en ese momento entre la oscuridad, se movió algo o más bien... alguien. Algo se acercó a la pequeña luz que entraba por la venta gracias a la farola y ahí lo vi. Vi esa cicatriz. Cerré mis ojos.

-¡AYUDA, AYUDA, DEREK!- gritaba sin parar.

Escuché revoloteo en la habitación, no se que estaba pasando, no quería abrir los ojos y verlo delante de mi.

-Dana... Dana, ¿Que pasa?- escuché a Derek gritar. Abrí mis ojos.

Había luz en la habitación. Derek estaba en el interruptor de la luz, el la había encendido.
Se estaba acercando a mi con ojos preocupados.

-Adam...- intente pronunciar palabra pero solo me salió su nombre.

Derek salió corriendo pero mi grito lo detuvo -¡NO!- Derek paro en seco y no traspasó la puerta, se giró mirándome. En sus ojos pude ver ira, como si desprendieran fuego.

-No me dejes sola, por favor.- supliqué y no pude contenerlo más, las lágrimas empezaron a salir de mis ojos.
-Nena, si está aquí Adam, tengo que ir a por él.-respondió alterado.
-Llama a Luis, por favor.- suplique
-Vamos a llamar a seguridad del hospital.- dijo volviendo a mi lado, apretando un botón, en unos segundos apareció una enfermera por la puerta.
-Decidme chicos ¿que pasa?- preguntó la enfermera en la puerta.
-¿Que, que pasa? Se a colado en la maldita habitación el depravado que está obsesionado con ella, quiero que llame a seguridad, ¡YA!-  respondió Derek en un tono muy cabreado, la enfermera abrió los ojos sorprendida y desapareció corriendo tras esta.

A los pocos minutos un agente de seguridad entró en la habitación haciendo varias preguntas... me tuvieron que poner calmantes por que estaba poniéndome muy nerviosa...
El tipo de seguridad, se quedó en el pasillo lo que quedaba de noche no sin antes llamar a su supervisor y pedir las grabaciones de las cámaras de vigilancia. Cuando lleguen, ahí podrán ver que no han sido imaginación mías.

-Duerme, rubia, me quedo despierto.- dijo Derek sentándose en el sofá mirando hacia la puerta.
-Tengo miedo.- susurré.
-Es lo que quiere, ese maldito hijo de puta quiere que le tengas miedo, y no voy a consentirlo, la próxima vez que lo vea, voy a acabar con el.-  respondió sin quitar la mirada de la puerta.

Estaba tan cansada... Si Derek se quedaba despierto lo que quedaba de noche y el tipo de seguridad estaba ahí fuera nada podía pasar... ¿verdad?

-Si, Adam estuvo aquí, quiere quitarme lo que más quiero en esta vida.-
-...
-No, Adam es mío, hace mucho tiempo que tenía que haber acabado con esto.
-...
-Cualquier cosa, me avisas, debe estar escondido ahora mismo, pero tarde o temprano lo voy a encontrar.

Fui abriendo mis ojos lentamente, estaba escuchando a Derek hablar... pero no oía una respuesta, simplemente silencio y después volvía a hablar. Miré hacia el, estaba de espaldas a mi.

-Derek...- susurre. Él se giró y me vio despierta, me sonrió tiernamente.
-Te cuelgo Luis, Dana a despertado.- contestó. Derek, así que estaba hablando con Luis.
-¿Que pasa? - pregunté.
-No te preocupes.- dijo acercándose a mi y dejando sobre mis labios un suave y tierno beso. Sonreí.
-Tengo ganas de irme.- dije suplicándole, como si el tuviera algo que ver con la decisión de que yo siguiera ahí.
-Pronto estaremos en casa, en nuestra casa.-  susurró agarrándome una mano.

Paso la mañana, el médico aún no paso por la habitación y ahí estábamos Derek y yo esperando noticias nuevas... Al rato llego papá y evitemos completamente hablar sobre lo que ocurrió por la noche, era mejor que no supiera nada, sino iba a llevarme de vuelta a casa, y no, yo quería seguir quedándome aquí.

-Buenos días Dana, perdona la demora, estamos saturados.- dijo el doctor mientras cerraba la puerta tras de él.
-No pasa nada, pero me quiero ir ya.- dije dejándoselo caer. El doctor se rio.
-Es normal, pero solo te puedes ir a casa si sigues mis recomendaciones.- dijo advirtiéndome.
-Le escucho.- dije sonriendo.
-Nada de situaciones de estrés, nada de discusiones, por el momento nada de deporte de impacto, nada de experiencias con mucha adrenalina, ¿se entiende lo que quiero decir?- pregunto el doctor mirándome a mi, después a mi padre y después a Derek.
-Le entiendo.- dije mientras asentía con la cabeza.
-Dicho esto, ya están preparando los papeles del alta, puedes cambiarte, y por favor, cuídate.- dijo el doctor mientras se despedía y se iba.

Me fui al baño a vestirme y a los pocos minutos entró la enfermera con los papeles del alta. Estaba deseando pegarme una ducha, dormir en una cama ancha y para que mentir, sentir a Derek más cerca de mi.

Ya en el coche, papá vino con nosotros sentándose detrás en este, una vez ya en el apartamento de Derek fue cuando le conté que iba a pasar ahí lo que queda de verano casi se desmaya, pero se recompuso bastante rápido, se a dado cuenta que Derek sabe cuidarme.
Lo mejor del viaje fue cuando llegamos a la calle de nuestra casa y no había sitio para aparcar, vi a Derek con la intención de coger el mando y abrir el parking privado, le paré cogiéndole de la mano y moviendo la cabeza, negando con esta, se había olvidado completamente que mi padre estaba ahí, y no quería que empezara a preguntar por todos esos vehículos.

Una vez arriba, Derek nos preparo un par de bebidas frías haciendo que nos sentáramos todos alrededor de la isla.

-Bueno, entonces... ¿entonces sois novios?-  preguntó mi padre carraspeando su garganta. Oh no, no, no, ahora toca afrontar la típica conversación incómoda que se tienen con los padres.
-Papá... es compl...- intente hablar pero Derek me corto.
-Si, si lo somos.- dijo mirándome sonriente. ¡Somos novios! O quizá lo a dicho para dejar más tranquilo a mi padre.
-Está bien... tú tía Helen me a hablado muy bien de él y confía en él, así que yo también.-  respondió algo dudoso.
-Gracias, papá.- dije sonriendo amablemente.
-Tu prima Megan también pasará aquí lo que queda de verano, ¿verdad?- preguntó aún algo confuso.
-Si, no tienes de que preocuparte.- dije riendo.
-Hija está noche cojo un vuelo y vuelvo a casa.- respondió triste cambiando completamente de tema.
-¿Tan pronto?- pregunté cabizbaja.
-¿Te acuerdas que tuve una entrevista de trabajo?- asentí con la cabeza. -Me contrataron y ya me han dado muchos días, al darte a ti el alta me están pidiendo que vuelva lo antes posible.- contestó sinceramente.
-Está bien, papá.- respondí algo apenada.
-Tendría que ir yendo a casa de tus tíos a preparar la maleta y ir al aeropuerto, ya sabes, cómo mamá, haciendo las cosas siempre con antelación.- dijo riendo, y no pude evitar unirme a su risa.

A mi padre le sacaba de quicio que mi madre preparara todo con antelación, una cosa es preparar maletas la noche de antes, pero no una semana. Nos sacaba tanto de quicio que ahora lo echamos de menos...

Al final papá se fue al rato, Derek se ofreció a llevarlo pero él no quiso, nos dijo que prefería irse dando un paseo, recordando viejos tiempos.

Recordando a mamá.

VIDA NUEVA | COMPLETA ✔️Where stories live. Discover now