- ¡Sebastian! ¿Que haces con el número de Karen?- cuestione aventándole el papel en la cara

-_____... yo. Ella me lo dio- se defendió poniéndose de pie. Me tomo de los brazos y me miro fijamente.

-Me alegra mucho- fingí una sonrisa. He intente sacarme su agarre. Era imposible.

-No te alegra. ¿Estas celosa?- cuestión, en su rostro se formo una sonrisa de victoria.

-Sueltame Sebastian- Pedí, baje la mirada. No quería que sus ojos me intimidaran.

-¿Estas celosa?- volvió a cuestionar, pero esta vez tomo mi mentón y lo guio hasta quedar frente a frente. Yo solo movi la cabeza en señal de afirmación. -¿Porque ____?- volvió a interrogar. ¿A caso disfruta verme nerviosa?

-Porque ella es bonita- dije en casi susurro.

-¿Eso crees? Tu eres hermosa- sonrió, haciéndome sonrojar. El acariciaba suavemente mi mejilla, un rose que me ponía nerviosa. Mas nerviosa.

-No me digas eso, no soy hermosa- dije bajando la mirada.

-Para mi si. Eres perfecta.- susurro cerca de mis labios. Comenzó a acercarse lentamente. Yo solo temblaba. No podía creerlo. Es estaba apuntó de besarme. Tenia miedo. Mucho miedo.

Unió sus labios a los mios, a penas sentí un rose me separe. No quería que esto fuera a mas.

-No- me separe de el y camine a la cocina. Me senté en la barra.

-Es horrible que te dejen con las ganas de un beso- llegó y se sentó frente a mi. Apoyo sus brazos en la barra y me miraba.

-Yo... Nada- dije y mire hacia otro lado. Jugaba con la lata que Sebastian había dejado ahí.

-Se siente feo eso, que me rechaces- tomo mi mano para que dejara de distraer me. ¿Rechazo? ¿Esta tratando de decirme algo? "¡Que le gustas idiota!" grito una voz en mi interior.

-No te rechazo - dije mirándolo.

-Te iba a besar y decidiste irte- apuntó con sus mano la sala, como indicando la escena que acababa de pasar.

-Tenia miedo- pronuncie cabizbaja. Jugando con mis dedos. Y era verdad, si tenia miedo. Miedo a una ruptura con el. Que nada vuelva a ser como antes.

-¿Miedo? ____ no voy a comerte o a matarte.- dijo ahora en un tono mas serio. Tomo mis manos. Las acarició suavemente. -¿A que le tienes miedo, preciosa?- cuestiono. Soltó mis manos y se cambio al asiento que estaba a un lado de mi. ¿Porque goza esto? Quiere verme nerviosa y vulnerable.

-La ultima vez que me enamore, jugaron conmigo. Estuve muy mal. Me habia enamorado de una manera que creía imposible. El... el solo quería sexo- dije cabizbaja, solloze. -Despues de eso el me buscó, he intento lograr más que unas caricias pasadas de temperatura. Intento abusar de mi- dije ya llorando. Sintiendo las gotas saladas en mi rostro.

-Sabes que yo no te trataría así- limpio una de mis lágrimas. Sonrió inspirandome confianza.

-Lo se- musite.

-¿Entonces?- cuestionó tomando mi mentón -Yo no te obligaría a hacer cosas que no quieres. Hará lo posible pata verte feliz. No quiero que pases soledad, inviernos abrazada a una frazada, quiero que sean mis brazos los que te den calor, mi cuerpo. Necesitó saber que hago las cosas bien, no quiero que llames sexo a lo que hagamos, porque yo lo voy a hacer con amor.- cito las palabras, me miras profundamente a los ojos, brillaban. ¿Porque me dice esto?

Mi mundo se pintó de otro color a escuchar eso. Sentí como mi estómago daba vueltas. Como las típicas mariposas revoloteaban. ¡No sabia que decirle!. No podía huir y encerrarme en la habitación y jamas salir por pena a verlo. Pero no quitaba eso de mis opciones.

Sebastian se acerco a mis labios, al ver que no decía o emitía algo. A escasos milímetros de sus labios. Esta ves no podía evitarlo, no debía salir huyendo ante esto.

-Iremos por un helado- era la voz de Arango. Que venia con Paulina. Me separe de Sebastian muy rápido. Escuche un gruñido de su parte.

-Hola- se saludaron Paulina y Sebastian- Nos vemos Campesina- me dijo y estos salieron.

-Yo debo ir por la cosa, tu sabes... en la cosa- dije nerviosa y fui a mi habitación. Me acosté en la cama mirando el techo. ¿Le gusto a Sebastian? No entiendo el porque. Hace menos de una semana que nos conocemos. ¿Como pude evitar ese beso? Tantas chicas que quieren solo agarrarle la mano.

Salí dispuesta a disculparme por mi falta. Pero lo encontré hablando frente a una cámara.

-"No se como explicarles. ¿Que harían si ven a alguien y ¡Bam! Se enamoran? Eso me paso, pero al parecer ella no esta interesada en mi, lo mas probable es que me aleje. Marque una estancia y me aleje de ella. Se siente tan terrible el rechazo. Al intentar besarla, ella me evadió ¡2 veces!- exclamó a la cámara.

-Sebastian... -entre a la sala. El sólo me miro.

-¿Que pasa?- se paro y fue directo hasta donde yo estaba.

-Besame- le pedí. Podría jurar que tome un color rojo intenso. Pero no me importaba.

-¿En cerio?- pregunto un tanto impactado

-Por favor- me acerque mas a el. Poniendo las palmas de mi mano en su pecho.

-No- dijo cerio. Lo mire extrañada. No podía creerlo. Hace unos minutos eso quería. -Tu besame a mi- se formuló una sonrisa victoriosa en sus labios.

Me acerque a sus labios, con una gran lentitud. Estaba nerviosa. Sentí como sus manos se posicionan en mi cintura. Agacho un poco la cabeza, tuve que ponerme de puntas para alcanzar a hacer un beso profundo. Su nariz rozo con la mía en jn acto de afecto. Posicione mis brazos en sus hombros, y mis manos jugueteaban con su cabello.

Uní mis labios a los suyos, era una sensación extraña.

Abrí un poco mi boca, dejando una abertura, el al instante hizo lo mismo. El beso llevaba otro ritmo, era lento, una desesperante lentitud.

Sentí como me acercaba mas a su cuerpo, pero eso era imposible. Se sentía desesperado. El ahora marcaba el ritmo de esto. Comenzó a hacer ma profundo el beso. Su lengua acariciaba mis labios, pudiendo acceso. Le permiti la entrada. Era la mas extraña de las sensaciones.

Nos separamos un instante, la respiración se estaba estabilizando. Aun seguíamos en la misma posición, abrazados.

Volvi a acercarme a sus labios, en un casto beso, fue la insignia de un sello. Unimos nuestros rostros, intentando estabilizar la respiración.

-La cámara grabó todo esto- dijo a punto de reír.

-¿Que?¡No! ¡Noo!- camine hasta la cámara para asegurarme de que Sebastian me estuviera mintiendo, y en efecto estaba grabando.

-¿Porque cambiase de opinión respecto al beso?- interrogo acercándose a mi, volviendo a la posición de hace 3 minutos.

-Queria hacerlo- levante loa hombros.

-¿Porque? A caso, ¿Te gusto?- cuestionó mirándome fijamente. Con un nerviosismo que invadía todo mi cuerpo, sentía el latido de mi corazón en todo mi cuerpo, tanto así, que podía escucharlo. ¿Me gusta? No podía responder eso. Pero es evidente que el quiere una respuesta.

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