XXXII

839 91 12
                                    

Yoongi estaba recostado en su sofá, esperando la llamada de su mamá, quería volver lo más antes posible, quería olvidar y dejar atrás todo lo que le pasó en estos últimos meses, aunque le dolía dejar a Jimin y Ryujin, sentía que era mejor así.

— porque no me llama — miró su celular y se dio cuenta del día — ¡ash!allá es sábado, la universidad no atiende los fines de semana.

Tiró su celular y suspirando un poco frustrado por el hecho de que tiene que esperar todo un día completo para saber si puede hacer su traslado, sin importar que puede perder este año, aunque pensándolo bien, perder el año es como echar a la basura todo el esfuerzo que hizo, talvez pueda aguantar solo estos dos meses y luego irse a Hawái.

Cuando estaba apunto de dormir una siesta, sonó el timbre, se levantó un poco cansando pensado en que momento invitó a Hobi a su casa — Hoseok cuantas veces se dije que no toques- — se quedó con la palabra en la boca al ver de quien que se trataba — que hace usted aquí

— vine a hablar contigo y no me voy a ir, hasta que me escuches Yoongi

— pues te quedarás ahí esperando, porque no quiero escucharte — intentó cerrar la puerta pero Jimin puso el pie y comenzó a un forcejeo — quiero que te vayas Jimin

— ya te dije que no hasta que me escuches — logró vencer a Yoongi y entrar al departamento

— oye, no puedes entrar

— solo quiero que me escuches

— ¿y si no quiero? — se cruzó de brazos retandolo

— te obligaré a que lo hagas — sin más que decir se acercó a Yoongi y cargandolo en los hombros salió del departamento

— ¡hey, bájame!¡No puedes hacer esto!¡ya bajame Jimin! — siguió pataleando para que lo bajara — ¡ayúdeme!¡me quiere secuestrar! — comenzó a gritar

— Yoongi haz silencio.

— ¡no lo haré hasta que me bajes!¡Ayúdenme!

— quédate ahí dentro, no te bajes — le advirtió una vez que lo dejó en el auto y él se subía en el asiento del conductor — nunca pensé que esto seria tan complicado — prendió el auto y lo puso en marcha

— voy a denunciarte por secuestro

— no te secuestré Yoongi

— claro que si, me sacaste de mi casa, me metiste a tu auto y me estas llevando a quien sabe donde en contra de mi voluntad, ¡eso es un secuestro!

— ¿te he dicho que te vez lindo cuando te enojas?

Yoongi al escuchar quiso decir algo más, pero solo atinó a ponerse rojo y voltear su rostro, odiaba ser tan blanco y que su piel lo delatara cuando se sentía avergonzado.

No dijeron nada más en todo el camino, Jimin mantenía la vista en la carretera mientras que Yoongi solo miraba por la ventana, no sabía a dónde se lo estaba llevando, solo esperaba que realmente no sea un secuestro.

— ¿dónde estamos? — preguntó una vez que el carro se estacionó

— quiero presentarte a una persona — bajó de auto seguido de Yoongi, caminando un pequeño trecho de grass.

Fue ahí donde Yoongi se dio cuenta que estaban en un cementerio. Siguió a Jimin hasta llegar a una lápida de mármol. Al ver la foto en aquella lápida se dio cuenta de quien era.

— ella es Min Yoonji, la conocí cuando tenia 22 años, solo una semana antes de que ella y yo nos casaramos, desde que era niño supe que estaba unido a una niña que no conocía, mis padres me dijeron que querían unir ambas familias, los Min-Park y para que esa unión se pueda dar, yo tenía que casarme con ella... yo quise impedir ese matrimonio ¿sabes? — recordó todo lo que hizo para que ese matrimonio no se de

— ¿estabas enamorado de alguien más?

— no, solo no quería casarme con una desconocida, imagínate... apenas cumples 22 años y ya tienes que casarte, pero aunque lo intente todo, no lo logré, luego la conocí, por primera vez pude verla y... me enamoré, con solo verla entrar por aquella puerta, Yoonji era una chica muy bella, sus rasgos finos y definidos, en ese momento agradecía de que mis planes para impedir la boda no hayan funcionado.

— ¿de que murió?

— Yoonji tenia solo 26 años para cuando le detectaron un tumor cerebral, la perdí un año después de eso, yo... yo sentí que se me iba la vida con ella — dijo sin apartar la mirada de la foto — cuando ella murió yo no sabía que hacer, tenía a una niña de cuatro años que me preguntaba todos los días por su madre, pero fue ella que no podía derrumbarme — se limpió sus lágrimas — antes de morir ella me dijo que no le cerrara las puertas a mi corazón, que encuentre a alguien que me ame... yo le dije que eso nunca iba a pasar, que si no era con ella no quería nada, pero — miró a Yoongi — te conocí y esta bien, acepto que al principio me recordaste a ella

— Jimin, por favor no

— escúchame ¿si? — le pidió tomándole de las manos — no niego lo que acabo de decirte, pero yo... si me enamore de ti Yoongi, y no... no porque te pareces a ella ¿ok? Yo me enamore de ti, me enamore de Kim Yoongi, mi joven estudiante de 20 años, el chico inteligente, gracioso, lindo, del que cada mañana se sirve una taza de café antes de irse a la universidad, del que pelea con Beomgyu por quien se comió la última mandarina, de quien trata a Ryujin como si fuera su propia hija, me enamoré de ti Yoongi, no de quien te pareces

— Jimin — se puso a llorar por todo lo que había escuchado — eres un tonto, te quiero

— y yo te amo — respondió juntando sus frentes

Yoongi abrazo a Jimin volviendo a llorar, ya se estaba volviendo una costumbre llorar por él — yo también te amo — unieron sus labios y sellaron su amor verdadero con un tierno beso

¡Mi corazón te pertenece! (jimsu) Where stories live. Discover now