CAPÍTULO 22

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- ¿Qué es lo primero que harás?

- Definitivamente ir a ver a Cordelia y a Maureen, después a Citrio...

- ¿Conoceré a tus padres? - pregunta Finnick con una sonrisa traviesa.

- Ya conoces a mis padres.

- Conozco a tu padre en un nivel profesional, no lo conozco en un nivel "su hija ha besado cada centímetro de este rostro".

- Basta, Odair - no puedo evitar sonreír mientras le doy un codazo.

Nos dirigimos a toda velocidad hacia el Distrito 4 en el tren, llegaremos de noche, pero yo no puedo apartarme ni un segundo de la ventana, quiero ver el mar cuando aparezca por el horizonte, el mar real, no un ecosistema artificial creado por los ingenieros de los Juegos. Me ajusto el incómodo vendaje que rodea mi pecho, lo había puesto ahí para evitar preguntas de mi familia tan pronto.

Mags y Laurenze juegan una partida de cartas detrás de nosotros, donde el último parece estar perdiendo todo su bono, para diversión de Mags.

En una caja plástica sobre la mesa, va doblado mi vestido de la noche de las entrevistas, el cual me he ganado alabando a Demetria en mi discurso de la casa del presidente Snow. Estoy segura de que Cordelia va a adorarlo.

El ambiente que se respira tiene una melancolía extrañamente pacífica, lo que haya pasado en los Juegos ya no se puede arreglar y todos lo sabemos, es como si hubiéramos acordado dejarlo en el pasado.

Finnick me lleva de cenar a la mesita junto a la ventana para que no me pierda de nada, y vale la pena porque suelto una exclamación cuando el aire cambia a esa humedad pesada característica de la costa. Trae mis pulmones de vuelta a la vida.

El mar no tarda en aparecer, iluminado en la costa con lámparas de luz blanca, pero es la luna la que lo hace relucir.

He regresado a casa.

Un brazo amable rodea mis hombros y me giro para encontrarme con Mags, que me dice algo de extrañar a mi familia.

- Si, no puedo esperar a verlos. Es una suerte que la celebración vaya a ser hasta mañana.

Ella sonríe con benevolencia "tengo algo para ti". Casi me sobresalto cuando le entiendo perfectamente una oración completa, ella parece percatarse y se ríe con ganas, para luego guiarme lejos de la ventana hacia su vagón.

Su habitación es pulcra y huele a limpio, me pregunto si pedirá que la arreglen así para ella o si carga con algún aromatizante. O quizá Finnick simplemente es demasiado desordenado en comparación.

Estos pensamientos se irrumpen cuando se acerca con una caja color azul entre las manos. Me le quedo mirando y mi mente se transporta hacia el pasado, en el edificio donde nos alojábamos antes de los Juegos.

Recuerdo la noche en que Kai nos sorprendió a Finnick y a mí en mi habitación, recuerdo la caja que llevaba en las manos y como la había arrojado a su cama cuando peleamos.

- Pero... - tomo la caja cuando Mags me anima a hacerlo, poniéndola prácticamente en mis manos - ¿De dónde la sacaste?

"Kai" dice simplemente. ¿Kai se la había dado? Recuerdo que la noche de las entrevistas ellos se quedaron juntos cuando yo salí corriendo a mi habitación. La primera vez que me traicionó.

Este pensamiento hace temblar la caja en mis manos y tengo que respirar hondo para recuperarme. Mags me da unas palmaditas en las manos, ahora con una mirada mucho más solemne.

EL MENTOR | Finnick Odair  // ( COMPLETA) Where stories live. Discover now