EL MENTOR | Finnick Odair // ( COMPLETA)

EL TRIBUTO (SNEAK PEEK)

EL TRIBUTO terminada, ya disponible en mi perfil ;)

Me gusta caminar cuando salgo de la oficina de Gardenia, queda solo a unas calles de donde vivo y así puedo pasar por la Plaza Principal, donde se me puede ver dando autógrafos y conversando con los fanáticos.

Mis queridos fanáticos del Capitolio. Los que no recuerdan que me querían ver muerta hace unos años.

Fuera de ello, la plaza me gusta; es donde todos los colores chillones y fosforescentes de la ropa de los ciudadanos contrasta con los colores grises y fríos de la ciudad, uniéndose en un torbellino que me envuelve con su energía, donde todos me aman y me admiran, donde puedo ver las grandes pantallas en el edificio central de comercio que anuncia todas las grandes noticias.

Y con ustedes, damas y caballeros ¡Katniss Everdeen y Peeta Mellark! ¡Los vencedores de los 74° juegos del hambre!

No puedo abstenerme de alzar la mirada cuando escucho esto, y no soy la única, la plaza está inundada de gente viendo la entrevista de una pareja de dos hermosos jóvenes, riendo y contestando nerviosamente a las preguntas de Caesar Flickerman, en el último día de su gira de la victoria; cuando recorrían todos los distritos de Panem para ser reconocidos como los vencedores de ese año.

Observo con detenimiento el rostro de Katniss, maquillado con discreción, delicadas pecas adornan sus mejillas sonrosadas y un bello vestido de invierno la enfunda de pies a cabeza; y no puedo evitar pensar en lo que me habían hecho vestir en mi propia gira: pronunciados escotes y faldas cortas ribeteadas de armiño que me hacían tiritar bajo la nieve del Capitolio en esa época del año. Ella se ve tan joven en comparación, tan... inocente.

Mi atención se desvía hacia el joven a su lado, Peeta Mellark ha cambiado mucho desde la última vez que lo vi en televisión, justo después de que culminaran los Juegos, con su pierna prostética y su cabello rubio totalmente engominado hacia atrás; ahora su rostro está enmarcado por perfectos rizos que realzan su mentón fuerte y su mirada sincera, el escuálido y llorón chico del distrito 12 se ha convertido en el nuevo rompecorazones perfecto para el Capitolio, lo que no ha cambiado para nada es su mirada de absoluta devoción hacia su compañera de distrito.

- Vaya par desdichado - no puedo evitar decir entre dientes, me arrepiento justo después, recordando que me encuentro en medio de los lobos.

Lobos que comentan encantados lo felices que están por la pareja, que han sido sus juegos favoritos, que no pueden esperar a ver que se pondrá Katniss en la fiesta del presidente Snow.

Perdida entre el tumulto de gente, por poco lo paso por alto cuando lo veo pasar.

Su rostro ha perdido ese brillo del bronceado que se realzó durante su estadía en el Distrito 4, ahora su piel está perfecta y reluciente, justo como esas fotos de él que ponen en las revistas, sin embargo, está tan pálido que pareciera que nunca ha pisado las playas que antes recorría conmigo.

El pesado abrigo gris le otorga un aire aún más lúgubre, haciendo su cabello dorado parecer casi cenizo, incluso su andar parece automático; la única pizca de color que queda en él son sus bellos ojos verde mar, que flotan entre la multitud como un alma en pena.

No está solo.

Me arrebujo en mi propio abrigo cuando veo a la mujer que rodea con su brazo; la había visto en una o dos cenas de Plutarch, pero nunca había hablado con ella. Sé que es una millonaria con un apellido distinguido y que ha pagado una cuantiosa suma por tener a Finnick en su departamento durante estas dos semanas, al menos eso es lo que se cuchichea en los pasillos.

En este momento quisiera que no hubieran abandonado ese departamento.

En este momento quisiera no haber elegido mi mejor abrigo blanco con este sombrero de invierno, ni usado este labial carmín o estos botines a juego que me hacen resaltar en la multitud; ojalá hubiera usado gris igual que él, o negro. Lo que sea con tal de no llamar su atención.