CAPÍTULO 4

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Ya es de mañana cuando unos golpes en la puerta me despiertan, la voz de Laurenze me asusta tanto que prácticamente salto fuera de la cama.

- ¡A levantarse, Bella Durmiente! Llegaremos en dos horas.

¿Dos horas?

Corro hacia la ducha y siento que la cabeza está a punto de explotarme. Debo verme perfecta para los ciudadanos del Capitolio.

Entre los cajones encuentro un vestido del mismo azul de mis ojos, lo elijo casi de inmediato, pero de último momento cambio de opinión.

Me hierve la sangre al recordar a Finnick llamándome "chica de azul", así que decido llevarle la contraria hoy. Doy un segundo recorrido por el armario y elijo un vestido rojo en su lugar. Veremos cómo me llama ahora.

"Chica de rojo" dice una voz en mi interior, pero la mando callar.

No encuentro maquillaje por ningún lado, así que tengo que acudir a Laurenze.

- Oh, ya veo que estás aplicando los consejos, muy bien, muy bien - sonríe cuando le pregunto por un neceser de maquillaje- pero está justo aquí, tontita. Solo tienes que presionar el costado del espejo...

Da unos golpecitos en el tocador y se desliza la superficie, dejando a la vista una impresionante selección de cosméticos, muchos de los cuales nunca he visto en mi vida.

Me doy un momento para experimentar con las diferentes cremas y pigmentos: hay lociones que encogen los granos en mi frente a la velocidad de la luz, exfoliantes que se sienten abrasadores como la arena del Distrito 4 y dejan una piel perfectamente suave, perfumes que me dejan aroma a piña colada. En cuestión de minutos, salgo de mi habitación con la piel totalmente lisa y las mejillas sonrosadas.

En la mesa del desayuno solo están Laurenze, Mags y Finnick; todos devorando el banquete que han preparado para nosotros. Veo en la mesa huevos, tocino, patatas fritas, fruta, jugo...

No siento hambre, pero el dolor de cabeza me indica que no puedo aguantar mucho tiempo más con el estómago vacío. Me obligo a tomarme todo el vaso de jugo de naranja y comer un plato con fruta.

Mags murmura algo a Finnick y él lo piensa un momento antes de girarse hacia mí.

- Mags dice que estás muy bonita hoy, que el Capitolio va a adorarte.

Siento que me sonrojo, pero sonrío y le contesto a ella directamente.

- Gracias Mags, eso es muy dulce.

- Buenos días- Kai nos saluda a todos antes de sentarse a la mesa; está vestido con una bonita camisa de lino blanco, aunque su cabello aún está alborotado; cuando nota mi plato de fruta, sin decir una palabra sirve otro plato de huevos con tocino y me lo acerca.

- No, yo...

- Por favor, necesitarás fuerza.

Observo el plato derrotada y comienzo a comer.

- Entonces Finnick, ¿Debería mostrar mi habilidad en el centro de entrenamiento, o esperar a la prueba? - Me sorprende la naturalidad con la que Kai le habla, y Finnick no parece ofendido por ello.

- Puedes usar el tridente, a la gente le gustará; pero guarda un poco para la prueba. En el centro de entrenamiento solo lo suficiente para hacer aliados.

Incluso dejo de comer para guardar estos trozos de información.

- ¿Tienen alguna idea de cuál podría ser la arena este año? - Hago la pregunta tanto a Finnick como a Mags, de esta forma no puede ignorarme.

EL MENTOR | Finnick Odair  // ( COMPLETA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora