CAPÍTULO 17

370 26 5
                                    


Este barco resulta ser mucho más fácil de navegar, llevamos una velocidad bastante buena, aunque nos la pasamos mirando hacia atrás, temerosas de que el barco púrpura nos alcance.

Solo quedamos nosotros y ahora ellos lo saben, nunca en los Juegos habíamos estado tan en la mira.

Una pesada bruma cubre todo esta mañana, dándole al mar un aspecto aún más amenazante, es imposible pescar con un clima así. En realidad, navegar tampoco es recomendado, pero no es como si tuviéramos una alternativa.

Cuando despunta el alba, me doy cuenta de que llevamos varios días sin muertos nuevamente, no falta mucho para que los ingenieros de la arena salgan con otra sorpresa aterradora para dar movimiento a los Juegos.

Después de una noche entera de navegar, Bree y Aliry finalmente se sientan en cubierta, totalmente exhaustas.

- De acuerdo, creo que es el momento ideal para esto - Bree abre su chamarra y del bolsillo interior saca el paquete de galletas de mermelada que Finnick y Enobaria nos habían enviado junto a la comida.

En cuanto las veo la boca se me hace agua, no había probado alimento en muchas horas, además de haber tenido que vomitar mi última comida.

Aliry nos sorprende abriendo su chamarra también y revelando una cantimplora con agua.

- ¿Qué? Teniendo el agua ahí sería tonto no cargar con una reserva - dice ante nuestras miradas perplejas.

- Eres otra cosa, pequeña escuincla - dice Bree con los ojos brillantes.

Nos sentamos en círculo y disfrutamos el paquete de galletas juntas, el empaque estaba plastificado, por lo cual no se mojaron ni un poco, aunque están casi hechas polvo, pero el sabor no tiene comparación.

Al final, Aliry pasa la cantimplora y acordamos solo dos tragos por persona, aunque nos cuesta, por la sed que tenemos.

Intento disfrutar el breve momento de paz, pero me cuesta demasiado, el dolor de espalada y la tirantez en mi estómago apenas me dejan pensar en otra cosa, además que la sábana áspera que encontré en el camarote no fue la mejor idea que se me pudo ocurrir.

- ¿Qué creen que pase ahora? - dice Aliry cuando termina sus dos sorbos y vuelve a guardar la cantimplora.

- Tenemos que revisar la bodega - digo lentamente - pero igualmente tendremos que volver a la Cornucopia.

- Pero van a seguirnos...

- Ahora no van a dejarnos en paz - le dice Bree con gravedad - solo quedamos seis.

Ella asiente, pero su labio inferior tiembla de miedo. Me pone los pelos de punta el pensar en lo que tuvo que pasar antes de que llegáramos al barco.

- Siento mucho lo que Kai te hizo - digo sin pensar, ambas me miran sorprendidas.

- No es culpa tuya - Aliry le quita importancia y baja la mirada.

- Si, lo es - Bree rompe el silencio - ese tipo entró a los Juegos solo para proteger a Nerea.

Ahora soy yo la que baja la mirada, sin la certeza de si Bree realmente cree eso o solo lo dice para molestarme. Me arrebujo en mi chamarra de cuero, la bruma ha intensificado el frío de la mañana.

- Estos Juegos sacan lo peor de las personas - murmuro - Kai no... nunca habría hecho nada así. No el Kai que yo conozco.

- ¿Estás segura?

Me encojo de hombros.

- Ya no sé qué pensar de nadie. Cuando comenzaron los Juegos pensé que tú serías la primera en intentar matarme - digo señalando a Bree, ella abre la boca, ofendida y Aliry suelta una risita.

EL MENTOR | Finnick Odair  // ( COMPLETA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora