CAPÍTULO 5

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Me despierto a la mañana siguiente cuando Chrystal, la avox asignada para ayudarme me toca suavemente en el hombro. Es una chica bonita, de rasgos finos, brillante cabello negro y una perpetua expresión de seriedad; pero el uniforme de los avox es tan humillante que apenas me atrevo a mirarla.

Básicamente llevan un bozal de perro, como para recordarles su incapacidad de hablar a todos los presentes y a ellos mismos.

Después de despertarme prepara la ducha para mí, justo como ayer me pidió que le indicara, después de revelarme su nombre trazando las letras en el vaho que se formaba en el espejo; me costó mucho que me lo confiara y en cuanto lo leí en voz alta, lo borró con la manga como si se tratase de una maldición.

Me pregunto cómo habrá terminado así.

Salgo de la cama y me ducho, Laurenze estaba muy entusiasmado porque probáramos el nuevísimo modelo de ducha que llegó al Capitolio, con más de veinte funciones para regular el agua y las lociones que quieras. Estaba el rumor de que pronto habría una alfombra que te secase el cabello.

Me río ante tal tontería mientras selecciono algunas de las opciones que más se adapten a mis preferencias.

El armario también puede programarse para elegir la ropa por ti, pero yo paso de hacerlo; tengo más confianza en mis gustos de moda que en los del Capitolio. Además, esta mañana se me instruyó para solo ponerme mi ropa interior y mi bata, ya que Cleothilde vendrá con su flamante atuendo para el desfile de esta noche.

Cada año se presenta a los tributos en un desfile de carros, los diseñadores elaboran trajes que tengan que ver con lo que produce cada distrito para el Capitolio. El Distrito 4 es la pesca, así que hay muchas opciones de donde elegir; casi siempre se van por sirenas y marinos, lo clásico.

El desfile es importante porque básicamente es donde el público elige a sus favoritos, por quien apostarán; los patrocinadores se basan mucho en eso para saber a las manos de quien irá a parar su dinero.

Por estas razones estoy llena de expectación.

Me despido de Chrystal en un susurro y salgo de la habitación rumbo a la sala. Laurenze y Mags están desayunando y me sonríen para que me acerque a la mesa; apenas voy a saludarlos cuando me doy cuenta de que los diseñadores de Kai ya están aquí; acostumbrada a verlo siempre con la misma camiseta y sus pantalones de trabajo, me quedo sin palabras un momento.

Kai está totalmente imponente con una túnica color azul rey con detalles en oro, dejando su torso desnudo, su capa está bordada de aguamarinas y en su cabeza reluce una corona dorada.

Su diseñador está puliendo un brillante tridente dorado. Está claro que la inspiración para su traje es Poseidón, el dios de los mares.

- Vaya, lo que un buen baño puede hacer, ¿verdad, Kai?

- ¡Oh, cállate! - me dice quitándome importancia con una mano, pero una sonrisa se insinúa en sus labios.

- Te ves bien.

Él sonríe y observa orgulloso su aspecto en el espejo.

- Vamos a hacer que valga la pena ese desfile, Neri.

- No lo dudo ni por un segundo - asegura Laurenze, que mira descaradamente el pecho de Kai - serán las estrellas de la noche, ya lo verán.

La conversación se interrumpe cuando se escucha la sonora voz dramática de Cleothilde en la puerta. Suspiro para armarme de paciencia y voy a saludarla.

Lleva un enorme bulto que asumo será mi traje, mientras que la pobre de Demetria apenas puede con montones de valijas y maletines.

Instalan un banquillo igual a donde está parado Kai, junto con más espejos.

EL MENTOR | Finnick Odair  // ( COMPLETA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora