52| Sé valiente

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52| Sé valiente

|Christopher


Avanzo por las desoladas calles de la ciudad, el atardecer se hace presente tiñendo de naranja toda la carretera. Mis ojos no dejan de ver el camino, pero mis pensamientos están en aquella conversación en el avión que tuve con Alexa.

Me ha dejado sorprendido la manera en como no le ha importado todo lo que pasamos en México, otras chicas estuvieran a mi lado rogando amor y ella simplemente va y coquetea con otro. Solo una vez me acosté con Caroline, solo una vez bastó para que ella se pegara a mí como una jodida sanguijuela.

Pero Alexa, no.

Recuerdo como la primera vez que estuvimos ella se colocó su ropa para irse a dormir a su habitación, no deseó quedarse conmigo esa noche, tampoco me rogó que la dejara estar a mi lado. Ella es simplemente extraña, diferente y no sé si eso me molesta o me gusta.

No he podido sacar de mi cabeza las incontables veces que la hice mía en aquel lugar, la cantidad de posiciones en las que estuvo y aquellos deliciosos gemidos que salían de su boca. No puedo evitar pensar en como volver a tenerla en mi cama, en mi auto, en mi escritorio; ella es simplemente adictiva.

Y eso me molesta.

Me molesta tener esa sensación de ser adicto a su piel, a su cuerpo, a sus besos, a sus gemidos. Yo soy de los que follan y se van, por más buena que esté no repito mujeres, pero ella, maldita sea ella...Me tiene como un imbécil pensando cada día en su cuerpo.

Sé que, ahora mismo, soy como un niño con juguete nuevo, sé que en cuanto me aburra la dejaré ir como a todas las demás. No soy un hombre de una sola mujer, tengo tan sólo diecinueve años y una larga y próspera vida en la que debo y quiero disfrutar de tantos cuerpos como sea posible, de los placeres de la vida, de los excesos y de todo lo que el dinero pueda comprar.

Quiero ser alguien como lo es mi tío Nicholai. Un aventurero, un hombre que no le rinde cuentas a nadie, que va por la vida viviendo de la manera que se le antoje sin hijos, ni esposa ni obligaciones. Esa es la vida que merezco y quiero.

No quiero parecerme a mi padre. Un hombre que se la pasa en el trabajo, que se casó joven con la primera mujer millonaria que sus padres le impusieron, no quiero vivir toda la vida para el trabajo, estar encerrado en una oficina dirigiendo a mediocres, sin tener tiempo para mí o mis hijos y odiando cada día de mi existencia.

Yo no quiero ser así.

Los años que pasé con mi tío Nicholai en Rumania me abrieron las puertas a un nuevo mundo, a nuevos placeres, a nuevas experiencias que jamás imaginé que podían existir. Allá aprendí a boxear, a conocerme a mí mismo, a ser yo sin ataduras ni mentiras.

Pero aquí, en mi hogar, debo fingir quien soy, debo ocultar lo que me gusta, lo que me hace feliz.

Muchos dicen que soy un hijo de puta, un maldito por solo querer gozar de los cuerpos de las mujeres, pero yo nunca las engaño. Siempre he sido directo con todas las mujeres con las que he estado, con las que me he acostado, nunca les he prometido amor, o noviazgo. Algunas creen que porque follemos ya tienen derechos sobre mí y eso no lo puedo permitir.

Sólo hubo una chica que llegó a gustarme más de lo que debía, sólo ella logró conocer al Christopher romántico, no enamorado, pero si el que regalaba rosas y chocolates. Aunque eso me enseñó a ser más despierto con las mujeres, a no mezclar sentimientos con placer, |si una chica me atraía solo la follaba y ya, nada de sentimientos, nada de romance, nada de amor.

Deseo (1) ✔️Where stories live. Discover now