Deseo (1) ✔️

64| Escape

64| Escape

|Alexa

—¿¡Cómo que la niña no está!?

Rodney se levantó alejándose de mí para tomar a Joe de su ropa para estamparlo en la pared.

—¿¡No cerraste la maldita puerta, imbécil!?

—Claro que la cerré, pero cuando fuí a vigilar estaba abierta y la niña ya no estaba—Joe lo empujó.

—¿Entonces esa maldita niña tiene poderes? ¿Abrió la puerta mágicamente?—Rodney se agarró el cabello mientras daba vueltas por la habitación.

—Espera, si nosotros dos no abrimos esa puerta, ¿quién fue?

Los dos miraron hacia Vanessa, ella estaba pálida como una hoja de papel. Sus manos se restregaba entre ellas, la mirada estaba en todas partes menos en los dos hombres que la veían con odio.

—Dime que no dejaste la maldita puerta abierta—Rodney caminaba lentamente hacia ella.

—Yo... bueno, yo... ¡Sólo entré para ver a la mocosa! Al parecer sin querer dejé la puerta sin seguro, no sabia que la maldita niña se iba a escapar.

—¡Eres una maldita estúpida! No sirves para nada—Él me dió una cachetada tirando a la chica al suelo.

—¿¡Por qué me pegas!? Es una niña, buscala y ya, no se irá lejos—ella se levantó encarando a Rodney.

—¡Pero nos puede traer problemas! ¿Qué pasaría si se escapa? ¿Qué pasará si alguien la ve? ¡Estaremos jodidos!

—La cagaste, Vanessa. Si esa niña desaparece, se irá con nuestro dinero ¡Su padre no nos dará una mierda si esa maldita se muere!—Joe la tomó por el cabello para arrastrarla hasta la salida—busca a esa maldita niña, y no vuelvas hasta que aparezca, si no, date por muerta.

Ella salió de aquella habitación hecha una furia, Joe y Rodney estaban dando vueltas desesperados.

—Te dije que sería mala idea traerla, pero tú insististe.

—¿¡Qué querías que hiciera Rodney!? La maldita es un jodido grano en el culo—Joe le metió un golpe a la pared. —No creí que iba a ser tan inútil.

—Pues lo es, nos está jodiendo todo y como esa niña se escape los mataré a los dos, así que sal y búscala antes de que seas mierda—Rodney tomó un arma que estaba estratégicamente colocada en su pantalón.

Joe bufó y salió de la habitación murmurando que mataría a Vanessa.

—Y tú—él me señaló con la pistola—espero que te quedes muy quieta, si no, te dejaré como un maldito colador.

Rodney abandonó la habitación no sin antes ponerle seguro a la puerta. Me levanté de inmediato y corrí a ver a María, ella aún respiraba, pero estaba muy débil, tomé una manta que tapaban varios de los sofás que ahí estaban y cubrí su desnudez.

Necesitaba salir de aquí.

Corrí hasta la puerta y jalé la manija pero ésta no cedía, miré a mi alrededor y vi la barra de madera que tenía Vanessa entre sus manos. Tomé la pesada barra y comencé a golpear el cerrojo, estaba haciendo mucho ruido, pero si lo hacía rápido, podría escapar y buscar a Annika antes de que ellos la encontraran.

Di un golpe más y la cerradura cayó con un sonido sordo al suelo, abrí la puerta y corrí.

Corrí hasta bajar las escaleras por donde habíamos subido, crucé varios pasillos intentando ver la cabellera rubia de Annika. Me dolía cada parte del cuerpo, con cada paso que daba sentía como si me estuvieran clavando mil cuchillos en los pies, la cabeza me palpitaba, el estómago no lo sentía.