01|Primer encuentro

8K 220 8
                                    

01| Primer encuentro

|Alexa


Acomodé mi peluca rubia dejando unos cabellos sueltos a los lados, intenté acomodar el flequillo que caía en mi frente casi llegando a mis ojos.

Mi vista barrió el tocador frente a mí en busca de unas tijeras. Estiré mi mano hacia los cajones que estaban debajo de la mesa y abrí uno por uno.

Nada.

No había en este lugar nada que pudiera lograr cortar el flequillo. Levanté el rostro y miré hacia atrás.

—María—dije—¡María!—Grité esta vez.

Ella volteó su cabeza hacia mí e hizo una señal con sus manos.

—Necesito unas tijeras, el flequillo está muy largo.

—volví a gritar por sobre la música.

Ella me volvió a hacer unas señales con sus manos y siguió hablando con Dann, nuestro jefe.

Me quedé viéndola con los brazos cruzados, esperando que se dignara a venir a ayudarme.

Ella terminó su conversación con un par de palabras más y volteó su voluptuoso cuerpo hacia mí. Mientras caminaba meneaba sus caderas atrayendo la atención de todos.

—¿Me necesitas?—preguntó afinando su voz.

—Si, tengo problemas con el flequillo de la peluca—le mostré—. Quiero que lo cortes.

Ella se llevó una de sus manos con una perfecta manicura al pecho y abrió sus voluminosos labios.

—Eso es un insulto para mí, ¿cómo crees que cortaré esta exquisita peluca?—María la acarició sobre mi cabeza.

—Me molesta, se enreda en las pestañas y no puedo ver—tiré un mechón hacia un lado.

—¿Cómo vas a ver con tres kilos de pestañas en tus ojos?

Le di un golpecito en el brazo con mi mano.

—No estoy hablando de las pestañas, estoy hablando del cabello–defendí mis pestañas.

Maria volteó sus ojos y caminó resignada hasta su tocador, ahí abrió un cajón y sacó unas tijeras de peluquería. Volvió hacia mí resignada.

—Qué sepas qué hago esto contra mi voluntad.

Ella volteó la silla en la que yo estaba y acarició el fleco de la peluca. Midió un par de veces el largo que quería y comenzó a cortar hasta dejarlo al largo requerido.

Moví mi cabeza hacia el espejo y sonreí, estaba perfecta.

—Gracias María, eres la mejor—le envié un beso y ella me miró con desprecio.

—Lo que he hecho va en contra de mis principios-me señaló con las tijeras aún en sus manos.

—Pero ayudaste a una amiga a no morir por culpa de una peluca—me levanté de la silla y caminé hacia ella—imagina esto. Salgo al escenario, comienzo a bailar y camino por la pasarela, pero no puedo ver nada así que resbalo y caigo al suelo partiéndome el cuello.

Ella enarcó una ceja.

Chingas a tu madre—dijo y acomodó uno de sus rizos detrás de su oreja.

—¿Es algún insulto mexicano?—le pregunté.

—Sí, significa ¡Jódete!

Reí ante su furia. María era de esas mujeres que amaba coleccionar pelucas de todo tamaño, colores y formas, si alguien osaba tocar o cortar alguna de ellas, era una muerte instantánea.

Deseo (1) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora