Deseo (1) ✔️

49|Eres hermosa.

49|Eres hermosa.

|Alexa.

Christopher junto sus labios con los míos en cuanto dije que sí.

Jamás imaginé que podía sentirme de esta forma, nunca pensé que alguien me hiciera sentir de esta manera. Christopher atacaba mis labios mientras que sus manos recorrían mi cuerpo, mientras que el suyo se presionaba contra mí. Podía sentir su erección queriendo salir de sus pantalones, mi respiración aumentaba con cada roce, con cada beso, con cada caricia que provenían de él.

Él baja hasta succionar mis pechos con su boca, mientras lame y chupa uno, el otro está disfrutando de las caricias que le otorgan sus hábiles manos. Mis dedos se enredan en su cabello y aprieto cuando él muerde mi pezón.

Mi mano libre se atreve a pasar por su espalda, acariciando cada músculo, cada parte de él. Christopher abandona mis pechos para volver a mi boca, besa mis labios sediento, lamiendo, mordiendo y explorando cada parte de este.

—Chris—susurré al sentir como una de sus manos sube por mi pierna y acaricia mi humedad por encima del short.

Él se levanta y en un rápido movimiento se quita el pantalón quedando completamente desnudo ante mí. Aun no me acostumbro a tenerlo así, con su miembro erguido apuntando con su punta rosada y húmeda llamándome para probarlo. Me acerqué a él y lo tomé entre mis manos, Christopher echó su cabeza hacia atrás cuando mis manos hicieron un movimiento simple.

Mi lengua pasó por la punta recogiendo su líquido, volví a hacer ese movimiento arrancando varios gemidos guturales de su boca. Sin dejar de masturbarlo metí su miembro en mi boca chupando, lamiendo y explorando su pene, haciendo que Christopher emitiera vulgaridades y algunas palabras en un idioma que desconozco.

Él me tomó del cabello y me jaló hacia atrás.

—Eso ha estado delicioso, pero no quiero llegar así—dijo y me tumbo en el sofá—quiero tener el placer de hacerlo dentro de ti.

Christopher baja sus manos hasta las únicas prendas que quedan en mí y las saca en un ágil movimiento, sus dedos exploran mi interior haciendo que suelte un gemido cuando toca mi clítoris.

—Como siempre, estás deliciosa, húmeda, excitante—él mueve sus dedos con agilidad—me encantas, me vuelves malditamente loco.

Grito cuando uno de sus dedos entra en mi interior, eso no lo vi venir.

Christopher se sube sobre mí, en su mano lleva algo que no había visto antes.

Un condón.

Él se pone el preservativo y abre mis piernas para acomodarse llevando su miembro a mi entrada. Mi corazón comienza a latir desesperado, las ansias de saber ¿cómo será?, ¿cómo se sentirá tenerlo dentro de mi cuerpo?.

—Despacio—dije—entra despacio—susurré y él asintió.

Christopher no sabe que yo soy virgen, jamás le había dicho y ahora no será la ocasión.

Él comienza a entrar con calma y lentitud, así como se lo había pedido. Su cuerpo poco a poco se une con el mío haciendo que ahora solo fuéramos uno.

La invasión de su miembro en mi interior no duele, de hecho solo se siente aquella sensación de tener algo ahí, pero sin dolor. Agradecí aquel juego previo que humedeció mi interior e hizo más fácil la entrada de Christopher en mí.

Él movía sus caderas adelante y atrás haciendo que nuestros cuerpo chocaran y el sonido se expandiera por toda la habitación. Sus labios jamás dejaron los míos, su cuerpo se movía en sincronía con nuestras respiraciones, mis gemidos se ahogaban en su boca.