Capítulo XLI

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Paul Brown

Me encamino al comedor en compañía de mi mejor amigo. Ayer aterrizamos en Miami después de unas cuantas horas de vuelo y yo acabé muerto del cansancio. Los aviones me revientan demasiado. Tengo el cuello hecho un cristo.

Hoy  jugamos uno de los primero clásicos contra los Tigers y sí, estamos más que preparados para machacarlos.
No nos ha ido nada mal en los partidos anteriores. Evidentemente, como nos pasa muchas veces, había que mejorar todavía muchas cosas. Estamos a principios de temporada, así que lo que nos queda es darlo todo y trabajar muy duro, tanto en los entrenamientos como en cada partido. 
Estuvimos entrenando durante toda esta semana sin descansar ni un solo día y corregimos todos los errores que habíamos cometido. Estuvimos ejercitando piernas y brazos en el gimnasio y habíamos estado dando vueltas alrededor del campo para terminar de cargar. Hemos terminado muertos, pero este equipo requiere esfuerzo y sacrificio.

El partido lo jugaremos por la tarde/noche y ahora mismo es bastante temprano, apenas son las diez y media de la mañana por lo que me supongo que algunos estarán descansando todavía ya que, por la experiencia que tengo de estos meses pasados, nos darán la mañana más o menos libre para así estar más despiertos y frescos a la hora de jugar el partido.

—Llama a Lili enano. Querrá saber como te has levantado y si estás tranquilo—me dice Peter mientras nos sentamos en una de las mesas del comedor.

—A la hora que es digo yo que estará despierta. Me dijo que quería aprovechar este finde para hacer trabajos de la universidad.

—Pues con más razón. Anímala como tú sabes.

¿Qué hice yo para merecer a Peter?

Me llevo el móvil a la oreja mientras espero a que mi novia me coja el teléfono. Escucho varias pitadas, pero al final lo coge.

—Ey amor. ¿Cómo estás?—la escucho decir desde el otro lado de la línea con voz de medio dormida.

—Muy bien princesa. Estoy con Peter en el comedor esperando a que alguien venga a tomarnos nota—le digo con una sonrisa en la cara de la alegría que me da cuando escucho su voz.—¿Has desayunado ya?

—En ello estoy. Llevo un rato dando vueltas por la cocina sin saber que coger.

—¿Te pasa algo más peque?—le pregunto sabiendo ya la respuesta.

—¿Cómo puedes intuirlo tan rápido? De verdad que es una de las cosas que admiro de ti—me dice Lili antes de seguir.—Pues la verdad que ahora mismo tengo mis conflictos mentales, porque entre los trabajos y los parciales que tengo antes de los exámenes... Me van a quitar del mundo, te lo digo.

—No me digas eso ni de broma que yo sin ti no sé vivir. Tú te pones ahora y te organizas tranquila. Empieza por lo que se te de mejor y, cuando llegue la tarde, te preparas para ver a tu precioso novio darlo todo en el terreno de juego.

—Estoy deseando que llegue la tarde para veros en el partido. Adoro verte jugar y te adoro a ti.

—Te quiero princesa.

—Y yo a ti más Brown.

—Bueno Lili te dejo que nos acaban de traer el desayuno.

—Vale guapos, que os aproveche—dice ella antes de colgar el teléfono.

Nada más guardar el móvil en mi bolsillo, me giro para mirar a Peter y lo tengo mirándome con esa cara. Esa cara que sabe que me va a sacar la sonrisa boba que siempre me sale cuando hablo con o de Lisa.

—Me parece que alguien quiere marcar un gol hoy...—me dice el sonriente.

—Si tuviese la oportunidad, te aseguro que no la iba a desaprovechar.

Te necesito conmigoUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum