Capítulo XXXVI

11 2 2
                                    

Lisa Smith

—A ver mis niñas, hay que escoger uno. ¿Cuál me pongo?¿Azul o amarillo?—nos pregunta Morgan a Rose y a mí mientras se gira para mirarnos. Para poder dar mi opinión y poder mirarla bien, me vuelvo a dejar mi teléfono sobre la mesita de noche que hay junto a mi cama.

Morgan es una chica de un metro sesenta y cinco, más o menos, morena y con los ojos verdes. También es muy abierta y extrovertida. Nos conocimos este último cuatrimestre cuando nos tocó ser compañeras en un trabajo de anatomía y, sinceramente, ha sido una de las mejores personas que he podido conocer. Al principio, con mi timidez, nos costó mucho comunicarnos y ponernos de acuerdo en la mayoría de los aspectos: tanto del trabajo como a nivel de conocernos personalmente. Pero ella me ayudó a ser más sociable, más segura de mí misma... Y le estoy agradecidísima por ello.

—Tía ponte el amarillo. Va de lujo con tus ojos. Además, te hace un cuerpazo—dice mi hermana mientras le guiña un ojo.—Hoy ligas, ya verás.

Estamos las tres metidas en mi habitación marujeando mientras nos ponemos divinas para salir de fiesta. Un amigo de Morgan, el cual está estudiando para ser maestro en la universidad de educación que está justo al lado de la nuestra, la invitó a una discoteca porque le sobraban algunas entradas que no había podido revender. Entonces, para no ir sola, decidió llamarnos a nosotras.

Sinceramente, estamos haciendo muy buena piña las tres y nos hemos pasado la mayor parte de estos días juntas. Morgan es un cielo de persona y, cuando se la presenté a mi hermana, le cayó genial al instante. Le estamos pillando cariño a la loca del coño esta.

Los chicos se encuentran jugando unas partidas de Fifa en el piso de abajo mientras nosotras terminamos. Hemos pasado la tarde todos juntos, como es costumbre, para estar en la piscina. Estuvimos cenando y jugando a varios juegos de mesa, pero ahora, en teoría, cada uno debería volverse a su casita a dormir. Se supone que Paul nos va a llevar en su coche antes de él irse hacia su casa.

—Lili, ¿tú que opinas?—me pregunta Morgan mientras sigue mirando ambos vestidos con cara de duda.

—Como dijo antes mi querida hermana, el amarillo te queda genial. Te hace parecer una auténtica diosa—le digo con una sonrisa en mi cara antes de levantarme de un salto para darle un abrazo.—Yo me voy a poner el de color burdeos, porque hace mil que no me lo pongo.

—¡Ay, me encanta como te queda ese! A pesar de que me lo robaras sin permiso cabrona—me dice Rose haciendo que Morgan y yo nos riamos.

—Vale vale, perdone usted señora. Pero tienes que admitir que a mí me queda mucho mejor—digo yo para picarla un poco haciendo que ella me saque la lengua antes de soltar una sonrisa burlona mientras se levanta de mi cama.

—Creo que voy a ir tirando hacia el piso de abajo y me quedaré sentada con los chicos en el sofá mientras espero a que termines de arreglarte—dice Rose.—¿Te vienes conmigo Morgan?

—Pues sí, porque como me quede aquí con Lisa contándonos chismes, no acabamos nunca—dice Morgan riéndose mientras termina de abrocharse la hebilla de los tacones.—En menos de diez minutos, te queremos lista bombón.

—Que siiiii. Anda, id tirando para abajo ya pesadas.

Rose coge su móvil que estaba tirando en mi cama y ambas me guiñan un ojo y me lanzan un beso antes de salir por la puerta de mi habitación y cerrarla tras ellas.

Me dirijo hacia mi pedazo de armario para coger el vestido que tengo colgado en una de las perchas. Es un espectáculo. Burdeos, largo y metálico. También he pensado en ponerme las Jordan blancas y rojas ya que paso de ponerme los tacones. Sé que soy incapaz de aguantarlos durante toda la noche.

Te necesito conmigoWhere stories live. Discover now