Capítulo XX

38 6 6
                                    

Lisa Smith

—¡Madre mía! La sobrina más bonita del mundo entero la tengo yo. No tengo duda alguna—dice mi tía Kate en cuanto me ve.—¿Hemos llegado muy tarde? Porque entre que había un tráfico terrible y que tus primos han tardado en vestirse casi dos horas... Se nos hizo imposible llegar antes.

—Únicamente faltabais vosotros, pero habéis llegado con tiempo de sobra—le digo yo con una sonrisa mientras mi tío me viene a saludar.

—¿Qué tal te va, bichito? Te he traído una botella de Malibú que sé que te encanta—dice guiñándome un ojo.

Por cosas así, adoro a mi tío.

—¡¿EN SERIO?! Te adorooooo—le respondo antes de que la avalancha compuesta por mis primos pequeños se dirija hacia mí.

Mi tía Kate es la hermana de mi padre y, tanto ella como mi tío Max, tienen a dos terremotos como hijos. Uno tiene nueve y el otro catorce años. Por otra parte, está el hermano de mi padre, mi tío Carl con su mujer Martyna y mis dos primas. Una tiene veinticinco y la otra dieciocho. También están los padres de mi padre, es decir, mi abuelo Tommy y mi abuela Margaret. En total y, si mis cálculos no fallan, hoy somos trece personas en la mesa.

Después de terminar con las bienvenidas, procedemos a sentarnos en la mesa, en la que está puesta toda la comida desde hace ya un rato.

—Se nota que teníais hambre peques. La mayor parte del embutido que traje, ha volado en cuestión de minutos—dice mi abuela en forma de broma mientras yo me cambio de sitio para estar al lado de mi hermana.

—Está ahí para que nos lo comamos, mamá. Lo malo es que quede y después haya que tirarlo—dice mi padre.

Mi abuela Margaret es la mejor. Nos llevamos demasiado bien desde siempre y nos ha apoyado en absolutamente todo. A pesar de tener más sobrinas, mi hermana y yo siempre hemos sido y seremos sus favoritas.

—Lisa, puse el salmón ahumado para los dos y te lo estás comiendo tú todo—se queja mi padre haciendo que todos riamos.

—Hombre, si estás hablando y no coges nada, eso no se va a comer solo—me burlo yo mientras bebo de mi copa.

Ya llevo tres copas de vino tinto. Menos mal que con la cantidad de comida que me estoy metiendo en el cuerpo, no me ha subido todavía el alcohol. Espérate a empezar con los cubatas, chupitos y el karaoke.

—¿Qué tal te va en la universidad, Lili?—me pregunta una de mis tías al otro lado de la mesa.—Nos ha dicho tu padre que te va genial.

—Me saqué a base de trabajos y parciales tres asignaturas en diciembre. Ahora tengo que ir a enero con dos, únicamente. No es una carrera fácil, pero me gusta un montón—respondo yo con una sonrisa.

—Lo haces todo súper bien cariño. No se te puede poner ninguna queja—dice mi padre guiñándome un ojo.

Todos los adultos comienzan a hablar de sus cosas mientras empezamos a emplatar la sopa de pollo que ha hecho mi abuela Margaret. Para después, tenemos carne a la parrilla con patatas fritas. Menos mal que apenas comí embutido, porque sino no sabría donde iba a meter todo esto. 

Junto a mi hermana y a mis primas, nos ponemos al día. Hacía bastante tiempo que no nos veíamos. 

—Y tú que... ¿No hay nada nuevo que contar?—dice una de mis primas con segundas intenciones al mirarme.

Puedo hacerme una idea de por donde van los tiros...

Mi hermana me mira mientras intenta contenerse la risa ya que ella sí que sabe los nuevos avances con Paul.

Te necesito conmigoWhere stories live. Discover now