Capítulo IV

47 9 0
                                    

Paul Brown

Estos últimos días han sido bastante movidos. Entre el vuelo, las entrevistas, los entrenamientos, las sesiones de fotos y patrocinios, no hemos dado abasto. Llegamos a Nueva York antes de ayer y no hemos tenido ni un segundo de descanso.

Apenas hace tres días que me despedí de Lisa y ya la hecho de menos. Encima, tenemos horarios diferentes y se nos dificulta todavía más el poder vernos. Tardamos más en contestarnos y, además, estos días tiene un examen bastante importante.

Quiero mantener mi cabeza en el partido, porque aunque sea un amistoso, queremos hacerlo lo mejor posible. Estoy muy nervioso y, a la vez, con muchas ganas de salir y darlo todo.

Al salir de la ducha, escucho la vibración de mi teléfono. ¡Es Lisa! Así que se lo cojo sin pensármelo ni dos segundos.

-¡Buenos días guapo!-me saluda con una energía radiante por la otra línea.-¿Cómo te has levantado hoy?

-Cuanta energía tienes por la mañana-le digo riéndome.-¿Has madrugado para llamarme?

-Claro que sí tonto. Además, que así estamos ambos de buen humor que nos hace falta y lo sabes. Tengo que ponerme a repasar y a hacer mil cosas, pero quería llamarte antes de que te fueras a entrenar. Y... Porque te echo de menos...

-No la hay más linda que tú. Yo también te echo de menos-le respondo mientras pongo el altavoz para vestirme y estar más cómodo.-Pues si, tengo que bajar en media hora y acabo de salir de la ducha.

-Tú siempre tan puntual hijo mío-dice ella riéndose.-Yo voy a ver si me levanto ya de la cama que he quedado para hacer un trabajo grupal, pero tú no te me preocupes que te voy a ver jugar.

-Así me gusta. Mi fan número uno sin duda-la vacilo.-Ahora enserio, estoy acojonado.

-Tú haz respiraciones y estate tranquilo. Vas a bordarlo como siempre. Confío en ti plenamente-dice animándome.-Juega como tú sabes y no me andes nerviosillo.

-Gracias por los ánimos Lili, pero ahora debo colgarte si no quiero una chapa por parte de tu padre por llegar tarde.

-Vale loquillo. Hablamos después. Y ya hablaré yo con mi señor padre por poneros unos horarios tan estrictos.

-Hablamos después Lili-me despido mandándole un beso.

-Mucha suerte Paul. Te mando un abrazo enorme-me dice antes de colgar.

Me quedo con una sonrisa tonta mirando el teléfono. De verdad que no puedo explicar lo que causa esta niña en mí. Nunca había sentido esto en toda mi vida y me asusta demasiado. Quiero ir despacio con ella, porque puedo hacerme a la idea de todo lo que ha sufrido en su relación anterior y no quiero presionarla. Pero a la vez siento cosas muy buenas cuando estoy cerca de ella, lo que hace que me olvide del resto del mundo. No quiero cagarla, me importa demasiado.

Suspiro antes de terminar de arreglarme y bajar con el resto del equipo a desayunar. Bajo los cinco pisos como Flash, porque llego tarde, y cuando entro al comedor todos empiezan a gritar mi nombre.

-Paul siempre siendo puntual-me dice Ben con tono de sarcasmo y riéndose.-Le vamos a tener que dar el premio al más tardón de todos-dice vacilando con una sonrisa.

-Voy a adivinar. Estabas hablando con Lisa, ¿verdad?-me pregunta Peter en un tono bajo, ya que me he sentado junto a él.

Asiento con mi cabeza varias veces mientras me da unos toques en la espalda riéndose y alzando las cejas. Pasamos así el resto del desayuno, el cual me lo tuve que comer en menos de cinco minutos porque iba a empezar el entreno en nada de tiempo.

El míster dividió el campo en tres partes. En la primera, nos explicó nuevas tácticas que podríamos utilizar en el partido de hoy: regates, recortes, tiros a portería... También estuvimos analizando los puntos fuertes y los débiles del otro equipo para saber organizarnos mejor en el campo y saber por dónde tenemos que entrar para pillarlos desprevenidos. Y, por último, dijo la lista de titulares. En este caso saldremos: Robert, Eric, Jack, Peter, Ben, Jeremy, Will, Alfred, Charles, James y yo. Hicimos una hora de gimnasio y otra de estiramientos, para terminar con un partido dividiendo al equipo en dos.

Subo a mi habitación en compañía de los chicos mientras hablamos de todo un poco y, después de estar un buen rato con vaciles y risas, bajamos a comer. Comentamos varias cosas sobre el entrenamiento y, al terminar, vuelvo a mi habitación para ducharme y echarme una señora siesta. Es importante que esté lo más descansado posible.

Le respondo unos mensajes a Lisa que me mandó hace unas horas, y le digo que voy a aprovechar para dormir un rato. Después apenas tendré tiempo de nada y no quiero que se preocupe. Me responde pocos minutos después deseándome mucha suerte y también me envía una foto haciendo el tonto mientras está en la universidad. Sonrío y le respondo con otra foto antes de ponerme la alarma y dejar el móvil en la mesita para ponerme a descansar.


Lisa Smith

Son las siete menos cuarto y, mi hermana y yo, tenemos puesta la tele en casa para ver el partido de nuestro equipo mientras comemos chuches y palomitas.

Salen los jugadores del túnel mientras se colocan en una línea recta abrazándose entre unos y otros. Se produce un silencio para escuchar así los himnos. Cuando veo salir a Paul, no puedo evitar sonreír. Me hace muchísima ilusión verle tan emocionado y cumpliendo sus sueños. Los Bulldogs de NY eran buenos, pero nosotros jugábamos a otro nivel.

Empieza el partido con buena posesión del balón por nuestra parte. James juega como lateral izquierdo y no Ben. Cosa que nos tenía algo preocupadas, porque era una posición a la que se estaba adaptando. Will dispara a portería en el minuto doce, pero el portero de los Bulldogs consigue cogerla sin problema. Esto hace que Rose y yo bufemos. Pero, ocho minutos después, un pase de uno de los jugadores del equipo contrario, hace que se metan en propia puerta dándonos así el primer gol del partido.

-¡TOMAAAAAAA!¡POR ESTÚPIDOS!-gritamos mi hermana y yo mientras chocamos las manos y damos saltos en el sofá. Menos mal que nuestro padre no nos ve, porque del guantazo que nos mete, llegamos a Nueva York sin necesidad de avión alguno.

La primera parte continúa sin ningún tipo de cambio y bastante normal. Intentaron meter varias veces, pero se iba al larguero o el portero contrario lo paraba. Cuando acaba el primer tiempo, aprovecho para hacer pipí y coger un botellín de agua de la nevera y, nada más poner el culo en el sofá, vuelven a salir los jugadores. La segunda parte comienza y en el minuto sesenta y cinco es Paul quien mete el segundo gol del partido con una asistencia perfecta por parte de Peter.

-¡OLEEEEEEEE!¡ESE ES MI FURBOLISTA!-digo yo sin poder contener la emoción y pegando brincos por todas partes.-¡PEDAZO DE ASISTENCIA LE HIZO PETER!

-¡ESE ES MI FUTURO CUÑADO!-grita mi hermana haciendo que la mire con cara seria y ella se ría.

Se producen varios cambios por parte del equipo contrario, pero nosotros nos mantenemos igual. Están funcionando muy bien y saben como comunicarse dentro del campo que es lo más importante.

En el minuto setenta es mi cuñado el que mete el tercer gol a nuestro favor y se creó una revolución en el estadio.

-¡ESO EEEEEEESSSS!¡CON TODOS TUS COJONES AMOR MÍO!-dice gritando mi hermana mientras le da besos a la tele y salta de la alegría.

En el minuto ochenta, los Bulldogs meten su primer gol, haciendo que el partido acabe 3-1. Gran victoria la nuestra. Nos lo merecemos la verdad.

-MENUDO PARTIDAZO-grito feliz mientras abrazo a mi hermana.-Me alegro un montón por los chicos.

-Voy a abrir una botella de vino para celebrarlo, que sé que te encanta-dice Rose súper feliz mientras va a la cocina.

Aprovecho ese rato a <<solas>> para escribirle a mi padre y al autor de uno de los goles. Paul. Los felicito a ambos por la victoria de hoy. Han jugado de maravilla.

No quiero ser muy pesada y prefiero dejarles descansar, por lo que me limito a mandar unos cuantos mensajes y ya está. A ver si mañana están mas espabilados y con muchos ánimos para el siguiente. Sinceramente, no espero menos.

No sé por qué, pero tengo muy buenas expectativas con estos encuentros...

Te necesito conmigoWhere stories live. Discover now