Capítulo XXXVII

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Lisa Smith

Giro mi cabeza hacia la ventanilla del tren para admirar las maravillosas vistas que se podían observar del paisaje de mi derecha. De repente, un toque en mi hombro me saca del trance en el que estaba para mirar hacia el otro lado. 
Rose está durmiendo como una marmota con su boca abierta mientras se apoya en mi hombro. Yo cuando me giro a mirarla, no puedo evitar que me de la risa. Decido aprovechar ese momento para sacar mi móvil y echarle una foto y así poder burlarme de ella cuando nos bajemos.

Nos encontramos todos (los que solemos quedar siempre) en el tren de camino a San Francisco. Hoy es tres de agosto y nos vamos a quedar toda esta semana en casa de Paul. En cuatro días será su cumpleaños y lo vamos a celebrar el sábado con toda su familia y, por la noche, con los amigos que él tiene por aquí.

Le aparto la cabeza a mi hermana posicionándola hacia el lado contrario mientras me dedico a mirar la pantalla del asiento que tengo justo delante de mí para ver cuánto tiempo queda para llegar. A penas quedan unos quince minutos, pero he de decir, que este viaje se me está haciendo eterno.

Normalmente, siempre me suelo sentar al lado de Paul y él me saca siempre un tema de conversación, porque él casi nunca se queda dormido en los viajes. Pero hoy me había sentado con mi hermana para que nos pusiéramos a cotillear y al final la tía ha estado sobando en mi hombro la mayor parte del trayecto dejándome muerta del asco mientras escuchaba música en mis cascos.

Vuelvo mi vista hacia los demás asientos para ver un poco el panorama y mirar cómo iba esta gente. Delante tenía a Ben y a Alfred los cuales se estaban partiendo de la risa a saber tú el por qué. Al lado estaban Jack y Jeremy con los cascos mientras echaban una partida al Among Us. En los asientos de detrás estaban Eric y Robert muertos de sueño. Y, casi que en el fondo, estaban Peter y Paul hablando muy animados. 

Suspiro del aburrimiento mientras cojo mi teléfono y así poner de nuevo mi playlist de Taylor Swift y jugar mi décima partida en el Geometry Dash.

—Buah hermana, menuda siesta que me eché—dice Rose mientras se frota los ojos.

—No hace falta que lo afirmes cariño. Medio vagón te ha escuchando roncar—digo yo vacilándola.

—Venga ya tía. ¿Mucho?—pregunta mientras me mira fijamente haciendo que me ría.

—Si si, un montón—le digo con cara de vacile.—Que va muchacha, pero eso sí. Te has apoyado en mi hombro con un mood romántico, pero al final te tuve que apartar la cabeza porque ya me estabas haciendo daño en el hueso—le digo haciendo que ella me saque la lengua.

Después de unos diez minutos, el tren llega a la estación de San Francisco y todos nos levantamos de nuestros asientos. Me giro para mirar a Paul el cuál estaba mirando su móvil y tecleando sobre la pantalla. Seguramente estará hablando con sus padres para decirles que ya hemos llegado y así puedan venir a recogernos.

Rose sale de la mano con Jack mientras yo me quedo a esperar a que mi novio llegue hasta mí para poder salir con él. Peter pasa por mi lado y me revuelve el pelo mientras me dedica una tierna sonrisa.

—¿Qué tal ha ido el trayecto princesa?—me pregunta Paul cuando llega a mi lado y me deposita un beso en la cabeza.

—Bastante aburrido. Rosie estuvo durmiendo la mayor parte del viaje y se me hizo eterno. Creo que debí haberme sentado contigo—le digo haciendo un puchero para que él sonría.

—Ahora sabes lo que siento yo cada vez que vamos juntos. Tú también te quedas dormida enana—dice él burlándose de mí mientras termina de acomodarse la mochila en el hombro.

—Mira que eres exagerado—le digo con una sonrisa mientras ruedo los ojos.

Él se acerca a mi rostro para depositarme un beso corto sobre los labios haciendo que sonría antes de que empecemos a caminar para salir del vagón ya que somos los que faltamos. Todos nos están esperando a fuera.

Te necesito conmigoWhere stories live. Discover now