Capítulo VIII

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Lisa Smith

Anoche dormimos Rose y yo juntas, porque estábamos muy nerviosas por el partido de hoy. Cuando nos ponemos a hablar de un tema en concreto, no existe ser humano capaz de callarnos. Nos pusimos a ver Titanic, nuestra película de confianza para estos momentos, y acabamos las dos llorando como magdalenas. Siempre nos pasa lo mismo aunque nos queramos hacer las fuertes.

Los chicos están cagados por el partido, ya que es el más emocionante de esta tanda de grupos y nuestro contrincante más duro. Estoy segurísima de que, cuando salgan al campo, lo van a dar todo y pasaremos a la final.

—Lili, ¿vamos a levantarnos y bajamos a desayunar? Me está rugiendo la barriga—me dice mi hermana mientras que yo sigo durmiendo la mona.

Abro los ojos y la miro con expresión desorientada.

—Pero...¿ya estás vestida? Madre de Dios... Espérame. Me pongo lo que pille y bajamos—digo yendo al baño para lavarme la cara y peinarme.—También quiero ver a los chicos antes de que se vayan a las ruedas de prensa.

—¿Quieres ver a los chicos o, más bien, a tu chico?—me dice mi hermana picándome y haciendo que yo me ría.

—Las dos sabemos la respuesta a esa pregunta.

Agarro mi teléfono para mirar las redes sociales y veo que tengo muchísimos mensajes de gente que me pregunta por mi relación con Paul. Los rumores son cada vez más fuertes. Todo este revuelo se debe a que nos fotografiaron el otro día agarrados de la mano por las calles de NY. En fin, voy a intentar no pensar mucho en el tema, porque bastante tengo ya con lo mío.

Al rato, me llega un mensaje de Paul diciéndome que si viene a recogerme o me espera abajo para desayunar.

Brown😍🔥:

Reina, ¿bajas o quieres que vaya para bajar los dos juntos? 

He pillado un bol de sandía con fresas, que se que son tus frutas favoritas.

yo:

¡Buenos días! 

Me estoy terminando de vestir y bajo con mi hermana que se quedó aquí conmigo, no te preocupes. 

Y... Como seas capaz de comerte eso sin mí, despídete de las sesiones de mimos. Te lo digo muy enserio.

Brown😍🔥:

Yo lo guardo para los dos mi niña. 

Te espero en el comedor que estamos aquí todos.

Nos mandamos emojis de corazones y salgo del baño ya arreglada para ir con mi hermana hacia el comedor.

—¿Por qué te entró esa prisa de repente? Has salido del baño con una fuerza que casi te cargas la puerta tía.

—Porque Paul me acaba de decir que ha pillado un cuenco con sandía y fresas y estoy muerta de hambre.

—Tienes una obsesión con esas frutas Lili, de verdad...—se ríe mi hermana mientras cogemos los móviles y salimos de la habitación.

Cuando bajamos al comedor, nos damos cuenta de que está medio vacío, es decir, mucho mejor. Así desayunamos tranquilas. Algunos jugadores se han ido a la sala de juegos a distraerse. Nosotras vamos hacia nuestro padre que está sentado con el equipo técnico.

—¡Buenos días mis niñas bonitas! —nos saluda a las dos dándonos un beso a cada una.—¿Cómo os habéis levantado hoy?

—Nerviosas por el partido, pero tenemos que estar animadas por lo chicos. Ellos necesitan demasiados ánimos para motivarse—responde mi hermana en nombre de las dos.—¿Y tú?

Te necesito conmigoWhere stories live. Discover now