Capítulo 100

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—Laura...—Murmura Santiago entrando al salón.

—¿Es mi cumpleaños?—Grita la ojimarrón y comienza a tirar las cosas que aún quedan sobre la mesa.—Mira...Mira esta porquería.

—Por favor, cálmate.—Pide el ojinegro.—¡Laura, ya!

—Todo se arruinó.—Vuelve a gritar.

—¡Cálmate!—La agarra de los brazos.

—¡Suéltame!—Se queja Laura quitándose con brusquedad.

—Basta.

—¡Tenía que arruinarlo todo!—Grita nuevamente la ojimarrón pateando la mesa.

—Te acompaño al cuarto.—Insiste Santiago tratando de calmarla.

—Déjame sola, no quiero ir a mi habitación.—Pide Laura dándole un empujón.

—Laura, mira esto.

—¡Todo esto es por tu culpa! ¡Tú tienes la culpa de todo!—Le golpea el pecho.—No debiste haber dejado a María José sola ni un instante.

—Ya deja de decir tonterías.—Espeta Santiago.

—Eso es una tontería.—Murmura la ojimarrón antes de agarrarlo de la chaqueta y besarlo.

Un beso que se torna agresivo, pues está cargado de rabia, dolor y amargura, de ambas partes, porque a pesar de los sentimientos que Santiago tiene por la morena, termina correspondiéndole el beso.

(***)

—¿Cómo sigue tu pierna?—Pregunta Daniela.

—Aún me duele.—Admite María José.

—Te duele...—Responde la castaña sentándose al lado de ella.—¿Quieres que te dé un masaje?—Le ofrece.—Puede ser muy bueno porque ayuda a que circule la sangre.

—Está bien, pero con cuidado.—Pide la morena poniendo su pierna derecha sobre la pierna de Daniela.

—¿Dónde fue?

—En la rodilla.—Responde María José y la castaña comienza a palparle la rodilla para saber dónde le duele.—Ahí.

—Convendría revisar...—Dice Daniela haciéndole señas para que se suba el pantalón.— para ver cómo está el golpe.

—Tengo frío.—Murmura la morena.

—De todas formas tengo que revisarlo.

—Tengo frío.—Le insiste.

—Ya, está bien.

—Okey.

—Entonces dime...—Vuelve a palparle la rodilla.

—No es...

—¿Es aquí?—Pregunta tocando la zona lateral de la rodilla.

—Es más...

—¿Acá?—Le palpa la rótula.—¿Por esta zona?

—Ahí no.—Responde María José y la castaña continua moviendo su mano.—Ahí, ahí me duele mucho.—Se queja cuando le toca la zona medial de la rodilla.

—A ver...

—No es mi rodilla, es aquí.—Explica la morena moviéndole la mano sobre su muslo, justo sobre la rodilla.

Y Daniela comienza a masajear la zona con suavidad, ayudándole a aliviar el dolor.

—Ojalá todo dolor fuera como este.—Murmura María José mirando hacia otro lado y la castaña frunce el ceño.—Pasaría con un buen masaje.

¿Será que es amor? - Caché Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora