¿Será que es amor? - Caché Adaptación

Capítulo 97

—Buenos días, señorita Daniela.—Saluda Carla cuando su jefa entra a la sala grupal.

—Buenos días, Carla.—Responde la castaña caminando hacia su oficina.—Quiero ver el mapa de las secciones del proyecto Kemerburgaz.—Le pide.

—¿Y un café?—Pregunta la chica.

—Rápido.—Replica Daniela con seriedad antes de entrar a la oficina.

Y Carla camina de regreso hacia su puesto de trabajo.

—Está molesta por lo de ayer, evidentemente. Qué lástima.—Murmura Kevin.

—Pero trato de comunicarme, soy humana, tengo sentimientos.—Se queja la chica.—Su actitud me lastima.

—Hoy será un día muy difícil, más vale que estemos atentos.

Laura conduce el auto mientras en su mente se repite una y otra vez la imagen de Daniela con esa invitación, lo que la hace llorar nuevamente y sacar su teléfono para llamar a Santiago.

—Hola, Laura.—Atiende la llamada el ojinegro.

—¿Dónde estás? Tenemos que hablar.—Responde la ojimarrón.

—Estoy en el café.

—Bueno, voy para allá.—Dice Laura antes de finalizar la llamada.

En la sala de impresiones, Carla y Juan Pablo revisan unos documentos sobre la empresa.

—Está bien, imprímelo y llévaselo a Daniela, yo lo veré después.—Pide el rubio.

—Señor Juan Pablo, recibí un correo del proyecto de Kemerburgaz.—Responde Carla, después notando que llego un correo electrónico de carácter urgente.

—Ábrelo.

—Por lo tanto le informamos...—Lee el correo y abre los ojos sorprendida.—Señor Juan Pablo...

—¿Qué? ¿Cómo? ¿Pero eso qué significa?—Replica confundido el rubio, leyendo también el correo.—¿Cómo que cancelaron el proyecto?

—Eso es lo que dice. Señor Juan Pablo, vaya a decírselo.—Pide Carla.

—¿Cómo, yo? Yo jamás se lo diría, mejor díselo tú, Carla.

—Yo no puedo, por favor.

—Tú eres su asistente.

—Usted es su amigo.

—No quiero interponerme.

—Usted dígaselo.—Insiste Carla y desde la puerta Kevin observa todo con curiosidad.—¿Qué importa la amistad?

—Es más conveniente que tú se lo digas.—Pide Juan Pablo.—Es tu responsabilidad.

—¿A qué se debe esta discusión? ¿Qué pasa?—Pregunta el pelinegro acercándose a ellos.

—Mira, lee eso.—Responde Carla abriendo nuevamente el correo.

—¿Qué es? ¿Qué dice?—Replica Kevin y comienza a leer el correo.—¡No puede ser!

—¡No es para que grites!—Se queja la chica.

—¡No! ¡No es posible! Qué horror. ¿Qué vamos a hacer?

—Deja de grita. ¡Ya estamos estresados!

—La empresa está perdida.—Dice Kevin alterándola aún más.

—Esto me pone muy nerviosa.—Murmura Carla.—No sé cómo manejarlo.

—Estamos arruinados.—Responde el pelinegro.