Capítulo 38

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Laura estaciona su carro fuera de la empresa y el vallet se acerca de inmediato a abrirle la puerta.

—Muchas gracias.—Dice la chica bajándose del auto.

Le entrega las llaves e ingresa a la empresa para ir a la oficina de la castaña.

—Pasa.—Habla Daniela guiándola a la terraza apenas llega.

—No tengo mucho tiempo.—Responde Laura.

—Si quieres sentarte...—Señala uno de los sillones individuales y ella toma asiento en el otro.

Felipe se acerca a la empresa en el momento en que inician la conversación, quedando justo debajo de la terraza, por la parte exterior.

—Laura, mira.—Empieza a hablar Daniela.—Tú eres muy importante para mí, siempre lo has sido. Nunca olvido que nos conocemos desde que somos niñas. A pesar de las situaciones difíciles, nunca me dejaste sola. Incluso ahora.

—Estoy aquí.—Replica la chica de ojos marrones, sin poder retener las lágrimas.

—Pero, Laura, sabes que lo intentamos, durante mucho tiempo, pero no funciono. Y como te dije antes, eres la persona más lógica para mí. De verdad.

—Para mí, todo fue diferente, Daniela.—Dice con la voz entrecotrtada, gracias a las lágrimas.—Tú eras todo mi mundo. Lo más importante. Siempre fuiste la primera en mi lista, estabs incluso por delante de mí.

—Laura, por favor, no llores.—Pide Daniela en voz baja.

—Reuní todo el valor que pude encontrar y hablé contigo. Hasta te dije que dejaría a Felipe si tú querías.—Responde y para Felipe escuchar eso es como si le metieran un puñal en el corazón.—María José me dijo que lo del compromiso era falso, que tú estabas enamorada de mí. Dijiste que vendrías a hablar conmigo. Me citaste y te esperé durante horas. Pero no llegaste y, la verdad, no sé qué hago aquí. Ya quiero irme.

Fuera de la empresa, Felipe comienza a sentirse mal, como si se estuviera ahogando y no pudiera respirar.

—Tienes mucha razón.—Replica Daniela.—Sí, y pienso que eres muy valiente. Sin duda, más valiente que yo.—Le asegura.—Tuviste la entereza de decir lo que sentías. Por el contrario, yo no podía decírselo a María José. Estaba por irse a Italia, iba a perderla.—Admite con pesar.— Y pensé en volver contigo, pero no pude.

—Porque la amas.

—Sí, la amo—Dice Daniela con sinceridad.

—Tuvimos la misma experiencia, Daniela.Pero...tú sí estás con la persona a la que amas.—Responde Laura con dolor y para Felipe escuchar eso es triplicar su malestar, provocándole una crisis de pánico.

—Créeme que nunca quise lastimarte.

—Daniela, mira, no estoy enojada contigo. Te lo aseguro.—Replica Laura.—Tal vez, esto sea lo mejor para ambas. No sería feliz contigo. Siempre soñe que me miraras como miras a María José, que disfrutaras, que rieras como ríes con ella. Me encantaba ese sueño.

La sensación de falta de aire en el castaño, aumentaba con cada palabra dicha por su prometirda, como si se empeñará en lastimarlo.

—Entiendo.—Le responde Daniela después de unos segundos.

—Iré a lavarme la cara.—Avisa Laura poniéndose de pie.

La abogada se acerca en el carro con su chofer y apenas ve al chico en ese estado, se preocupa.

—Detén el auto, por favor.—Pide Paula.—Espera un momento.

Se baja del vehículo y se acerca para socorrer al castaño.

¿Será que es amor? - Caché Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora