Carta 158

1.4K 127 9
                                    

Hoy era mi  tercer día en casa de la familia Hemmings. Llamaba a mi padre y él me decía que pronto vendrían por mí. Le pedí una explicación y no quiso dármela.

Si mi cumpleaños fuera en este mes, sospecharía que me harían una fiesta sorpresa o algo por el estilo, pero falta demasiado para mi cumpleaños. También llamé a mi madre y ella no me contesta el teléfono, me ignora por completo. Llamé a Emmanuel para ver si de casualidad podría decirme que estaba pasando y me cambiaba de tema.

Estaba muy preocupada, mi familia me estaba ocultando algo.

De la preocupación, me gaste mi crédito llamando a casi toda mi familia. Llame a varios familiares y nadie me decía nada. Incluso llame a mi abuelo. El fue el único que me dio una pista: "Cambios, felicidad y dolor."

A la felicidad no le tenía miedo, a el dolor ya estaba acostumbrada, pero a los cambios no.

Liz me pido muchas veces que me tranquilizara, que todo estaría bien. Jack hacia muchas cosas para que olvidara un poco todo esto. Me llevaba de compras, por helados y al cine. Era muy tierno de su parte.

Esta tensión familiar que sentía me hizo recordar a mis hermanos. No hablo de Emmanuel.

Nadie en el mundo sabe que tengo más hermanos. Solo mis abuelos lo saben. Esto siempre me ha incomodado. Cuando era niña todos éramos muy unidos.  Nuestro ambiente familiar siempre era armonioso.

Éramos 4 hermanos. Emiliano y Hades los mayores,  Emmanuel y yo los menores.

Eran dos con E y dos con H. Mi madre les puso el nombre a Emiliano y a Emmanuel.  Mi padre me lo puso a mí y a Hades. Todo el mundo podía notar que mi padre es un amante de lo mitológico.

Todo cambio cuando mi madre intento divorciarse de mi padre. Tenía 7 años cuando todo esto paso.

Cada noche había peleas, golpes y gritos. Siempre era lo mismo. Cuando mi abuelo se entero de esto nos separo a todos.

Emiliano y  Hades se  fueron.  Fue muy duro. Nosotros siempre estábamos juntos. Hacíamos todo juntos, excepto bañarnos, claro.  

Cuando ellos se fueron el ambiente en mi casa cambio. Mi madre se calmo y se le fue la idea del divorcio. Lucia más feliz. Por otro lado, mi padre estaba destrozado. Mi padre nos amaba. No dudo que ahora lo siga haciendo, pero su sonrisa sigue sin ser la misma de antes.

Mi madre nos decía que teníamos que olvidarlos. Que ellos ya no eran de nuestra familia. La odiaba cada que decía eso. Desde ese día ya no he visto a mis hermanos.

Podría odiar a mi abuelo por llevárselos, pero no lo hago. El les hizo un bien.

Cada 4 meses mis hermanos le envían una carta a mi padre diciéndole como están y que hacen de su vida.

Mi padre no las enseña y nos cuenta todo. En la última carta decía que ellos regresarían.  No sé cuando regresaran, pero espero que sea pronto.

Han pasado 12 años. ¡Eso es demasiado!

Las 7:30 de la noche marcaba el reloj. Estaba en el patio recostada viendo el gran árbol con hojas verdes. En el árbol había un pequeño nido de aves. Eran colibrís. La mama colibrí estaba ahí sentada, dándoles calor a sus huevitos para que ellos no murieran.

Me puse un poco sentimental. Recordé mi infancia. Mi madre nunca nos dio amor. Era muy cruel con nosotros.

Mi padre era nuestro "Papa-mamá". Nos llevaba a todos lados. Me peinaba. Iba a nuestros festivales... a estado ahí siempre para nosotros.

-¿Necesitas compañía?

Me levante rápidamente y acomode mi cabello. Mire a Luke y el me veía con ternura.

Maldición. No me mires así.

-No. Ya me iba.

Corrí hacia la casa y me senté en el sillón. Luke entro segundos después y se sentó a mi lado. Me pare y camine a la cocina. Sentía sus pasos detrás de mí.

-Hera-hablo Liz.

-¿Qué  pasa?

-Nos dejarías solos un momento, por favor.

Asentí y salí de la cocina. Salí de nuevo a patio y me senté en el pasto.

Desde aquí observaba como toda la familia Hemmings se reunió. Liz hablaba con seriedad. Todos miraban al suelo. Sus caras se hicieron tristes y preocupadas.

Luke me miro y sus labios decían: "Lo siento." Estaba confundida. Pasaban y pasaban los minutos y ellos seguían hablando. Luke ya no lucia preocupado. Lucia enojado, bastante enojado.

-¡Díselo! ¡Deja de mentirle!¡Ella ha sufrido bastante!¡Está aquí en nuestra casa pensando que su familia...!-gritó Luke.

Su padre lo cayó dándole una bofetada.


Me señalo y por eso supe que hablaban de mí. Ahora estaba realmente segura que mi familia me estaba ocultando algo. 

365 cartas para tiOn viuen les histories. Descobreix ara