Carta 163

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Pedía a gritos una bofetada. Mi padre le había pedido a Luke que me llevara a su casa, que me duchara, me alimentara. Tuve que hacerle caso a mi padre. Irme un rato del hospital no era lo malo, lo malo es que Mariela fue por nosotros.

Todo el camino fue besos en labios y agarradas de muslos. Ellos no eran tiernos. Daban asco. Mariela le agarraba el maldito pene y Luke solo me miraba por el espejo.

Al llegar a la casa, baje rápido del auto y entre a la casa. No había nadie. Casa sola. Subí a la habitación donde me estaba quedando y entre a la ducha.

A un lado de la habitación quedaba la de Luke. Las paredes no eran muy gruesas y se podía escuchar todo.

Termine de bañarme y mire mi ropa. Era la misma del viaje a México. Me puse lo más cómodo que tenia-limpio- y baje a la sala. Al bajar, Mariela estaba encima de Luke... sin sostén.

Luke agarraba sus pechos y le daba caricias circulares. Los dos gemían de placer. Tosí para interrumpir y Luke se espantó. Me miro y se quedo atónito. Hizo a Mariela a un lado y se paro, camino hacia mí y se limpio los labios, tomo mi muñeca y me jalo hacia el patio.

Me sentó a lado del árbol y él se arrodillo frente a mí. Lo mire confundida.

-Tú no viste nada.-dijo nervioso.

-No le diré a tus padres, si es lo que te preocupa.

-Ellos no me preocupan. Me preocupas tú.

Tomo mis manos y comenzó a acariciarlas. Jale mis manos hacia mí con brusquedad. Yo ya no sería su juguete. Me pare y entre a la casa.

Cualquiera en el mundo se pondría la ropa cuando... bueno ya saben. Mariela no era de esas personas. Estaba sentada en el sillón con su pecho desnudo. Me miro y me saco la lengua. Inmadura. Luke entró y se acostó en el sillón. Mariela se paro y se le encimo. Básicamente siguieron tocándose y gimiendo. Ya se tenían ganas.

No podía quedarme ahí, parada, como estúpida viendo esa escena sexual. Salí de la casa y me senté en la banqueta. Saque mi teléfono. Mire los contactos, sonreí al ver el nombre de Jay.

Marque y espere a que me contestara. Línea ocupada. Marque un par de veces más y seguía diciendo la voz femenina que estaba ocupado. Me di por vencida y volví a ver mis contactos. No tenía muchos contactos, y los que tenia eran el 99% familia.

Tenía que hacer amigos.

Me pare y camine a la biblioteca, estaba a un par de calles. Si iba a conseguir amigos, serian personas con cerebro, no huecas.

Entre a la biblioteca y salude a Sara, la bibliotecaria. Fui a la sección de literatura en busca de un libro interesante. En uno de los pasillos. Un chico...hermoso se encontraba ahí. Jesucristo, el era bajado del cielo.

Camine lentamente por el pasillo, haciéndome interesante. Buscaba la letra "G", para poder tomar cualquier libro de Gabriel García Márquez. Noté que esa letra estaba frente al chico. Mordí mis labios y tome un gran respiro. Camine hacia él. Mire todos los libros. Estaba entre Crónica de una muerte anunciada o Cien años de soledad. Tome los dos.

Sentí la mirada del chico. Me estaba poniendo nerviosa.

-Yo te recomiendo leer Crónica de una muerte anunciada.-me dijo con su voz ronca.

Por dentro me estaba muriendo. Era el primer chico-que me gustaba-que me hablaba.

-¿Es bueno?-le pregunté.

-No lo sé.

-¿Entonces, porque me lo recomiendas?

-Porque yo aún no lo leo, y cuando lo termines me gustaría que me dieras tu opinión.

-Acaso... ¿te importa mi opinión?

El me miró. Sus bellos ojos verdes me miraban. Estaba a punto de derretirme.

-Sí, demasiado.-dijo serio.-Mi nombre es Eithan. Mucho gusto.-me dio su mano.-¿Cuál es tu nombre?

-Mi nombre es...

-¿Puedo adivinarlo?-preguntó curioso.

-No lo adivinaras.

-Te llamas Hera.-dijo con seguridad.

-¿Cómo lo sabes?-pregunté sorprendida.

-Yo lo sé todo.

Los dos reímos.

-Ya en serio. ¿Cómo lo sabes?

-Ya te lo dije Hera Riley, yo lo sé todo.

-¿Eres un acosador?

-No-sonrió.-de hecho, trabajo aquí.

Suspire con alivio.

-Nunca te había visto.

-Es que cuando vienes, nunca le pones atención a lo que te rodea. Entras, te quedas parada y caminas por todos los pasillos encontrando el libro perfecto.

El tenía razón.

-Entonces¿sí lo leerás?

-Sí, lo leeré.

-¡Te he estado buscando por toda la ciudad!-gritó una voz.

Me gire y era Luke. Maldición.

-¿Lo conoces?-me preguntó Eithan.

-Para mi mala suerte sí.

Luke camino hacia nosotros. Su mirada se tensó al verme junto a Eithan.

-¿Quién es él?-me preguntó furioso.

-Que te importa.

-Soy su cita.-dijo Eithan con orgullo.

-¿Qué?-preguntamos Luke y yo al unisonó.

-Sí, su cita. ¿no lo recuerdas? Mañana a las 5, yo iré por ti.

Le seguí la corriente.

-Ah,sí. Lo había olvidado.

Luke me miró y se fue furioso.

-Gracias por ayudarme.-le sonreí.

-No te preocupes. Bueno debo de irme.

-Adiós.

Camine hacia la salida. Luke estaba en la puerta, furioso.

Sentí una mano en mi hombro.

-¿Te veré mañana?-era la voz de Eithan.

Miré a Luke y le sonreí maquiavélicamente.

-Sí, aquí estaré.

Eithan me sonrío y se fue.

No quería darme alas con Eithan. Pero si llegara a pasar algo entre nosotros... mejor lo dejo así. Que pasé lo que tenga que pasar.

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